CON TODO EL EQUIPO

 

Saludos.

Hoy es viernes y mañana sábado… aterriza la galaxia en Saint Paul.

Pues hoy, viernes, seguimos con el Equipo al completo, intacto, sin desmantelar y eso no me cuadra, me desubica, me trastoca y me perturba. Diría, incluso, que me preocupa porque se sale del guión habitual del entorno merengue/baboso de las últimas décadas.

Ni una sola referencia desde el MarkAs Madriding Post, al trasiego correspondiente, en una sola dirección, de perlas, joyas, gemas y tesoros propios de Nervión, sea producción propia (Utrera Road Factory), comunitario o de import export.

Ni siquiera vuelven a recuperar, otra vez, a Negredo. Ni siquiera eso.

Me siento como perdido y llevo varios días meditando sobre lo inusual del hecho, la importancia colateral del mismo y el desfase que ocasiona la carencia de un muñeco al que toda la blogosfera palangana pueda poner a parir. Con todo su derecho y su obligación, dicho sea de paso, de vuelta y quedándose a vivir ahí.

(Inciso: hay un sitio donde se están despachando a gusto, modo y manera y se llama Palanganismo Exacerbado. Obsérvese lo cuidado del lenguaje, las delicadas estructuras sintácticas y morfológicas y la escrupulosa selección de epítetos. Advierto que el consumo excesivo de PEX puede provocar alteraciones irreversibles de los maceteros)

Estudio, analizo, pienso y consulto los manuales de Psicología Aplicada en Procesos Desorientativos Profundos (que aún guardo de cuando no estudié sicología) y concluyo que lo más probable es que el escozor del repaso, ajuste, pintada, puesta a punto y entrega a domicilio de la última jornada sabatina, sea tan intenso que se han olvidado de comprarnos a Navas o a Varas (Negredo too), como es de obligada obligación en semanas previas y desde, repito, hace décadas.

Suele suceder que cuando uno tiene mal cuerpo, cuando la fiebre es alta y aparecen rubor, color (blau grana) y dolor,  los músculos, todos, se resienten y el paciente presenta cuadro de inapetencias, falta de motivación y síntomas de depresión.

Otra posibilidad, dudosa pero factible, es que en aplicando alguno de los principios propios de Sun Tzu (porque también pudiera haber sucedido que el domingo pasado y tras la acción correctiva del sábado, algún chips con poderío en la redacción y para olvidar, se lo leyera y viera luces), haya ordenado sorprender al enemigo con un movimiento distrayente (a Custer solo le hicieron uno porque para los demás ya se había quitado las botas y así no cuenta), no mentarlo e infligirle una dolorosa sesión de indiferencia (de siete colas) para:

a) Generar caos.

b) Propiciar la turbación que provoca la ausencia de causa que justifique algo.

c) No alimentar la cohesión en torno a un solo enemigo.

Por partes:

a) El caos puede suceder sobre las doce de la noche, ser empaquetado y reexpedido a unos quinientos kilómetros hacia el norte.

b) La turbación solo es posible en organismos capaces de ser turbados (valga eso) y la causa ya estaba justificado desde 1929. Incluso cuando debimos enviarlos a la División Argentina.

c) Son muchos más, pero la satisfacción de cortar el árbol más gordo no tiene precio (preferiría que el Sr. Vizcaíno se saltara éstas dos líneas).

Y si algún mindundi (tal que los descritos aquí) se piensa que ya está todo amañado… puede que tenga razón. Por ésta vez también.

Aún así, los del oso tendrán que cazarlo antes.

Y ahí puede que se dejen los restos de orgullo que les quede y que al peso les sale carísimo.

Como dice mi amigo Borja: ¡A por los merengues! ¡Vamos a por ellos! ¡Viva el Sevilla!

Cuidaros.