jueves, 15 de agosto de 2013

EL MEJOR EQUIPO DEL MUNDO

 

Saludos.

Hay algunas fases en mi trabajo en las que debo hacer labores repetitivas, fáciles y monótonas pero que me permiten dedicar solo una pequeña parte de atención (suficiente como para hacerlo bien) y porque no son especialmente complicadas. Las menos, por cierto.

Si hubiera de cuantificar, diría que con un 20% puede ser suficiente. Siendo así, convendremos que me queda libre el otro 80 de “capacidad mental” para dedicarla a cuestiones internas varias.

[Nota.- Un 80% de mi “capacidad” mental es una barbaridad si, como espero, lo entienden, comprenden e interpretan en el sentido volumétrico del término. Es a ése al que me refiero y no confundan, gracias]

Bien. Pues en ése inmenso resto que utilizo para proponerme ideas y conceptos (que luego anoto fielmente en mi PDA (o Papel De Apuntar) y que se presume que más tarde traslado a éste espacio de letras blancas sobre fondo negro), aún me queda un cierto margen para prestar atención al mundo que me rodea. Desde mi privilegiada situación física, puedo captar un batiburrillo de conversaciones, músicas, denuestos, improperios y altercados diversos (propios de la “interfaz” laboral al uso) entre las cuatro o cinco decenas de personas que allí nos concentramos. Todas con, se presume, el mismo fin y la misma dedicación.

Pues resulta que hace unos días, no muchos, me llegan retazos de una conversación sobre fútbol que, confieso, no escuché completa. Otra. Como supondrán, se habla del Sevilla y del Betis (venido a cuento con la historia del Manchester) en la que un compañero usa ésa expresión de mi título para referirse al Sevilla. Por supuesto, el compañero es verdosito y lo dice con toda la sorna del mundo.

Está bien, es la guasa sevillana y depende cómo y quién la practique, divertidísima ya que, por el contrario, hay muchos que siempre usan flechas envenenadas. Contra esos, cañones.

Sin embargo, mi 80 por ciento no puede quedar inactivo y no se conforma con la media sonrisa que se me dibuja en la cara al escuchar la expresión y como tantas otras veces.

Me tomo mis minutos, la cuezo a fuego lento, la macero y concluyo que no, que el “mejor equipo del mundo” debe ser el otro porque nosotros, el Sevilla F.C, solo somos el mejor equipo andaluz de todos los tiempos. Y presumo que lo seguirá siendo así que pasen una jartá de años.

Claro que nosotros nos movemos en geografías limitadas, muy localistas, en los arrabales europeos antes de bajar al moro, y que jamás llegaremos a tener un millón de seguidores. No obstante y si aplicamos las reglas de las comparaciones (sobre un mundo de algo más de 7 mil millones) ése solo y único millón parece ridículo. Nosotros los palanganas, sea dicho con justicia y equidad y en nuestra escasez, andaríamos rozando lo paupérrimo.

No le den más vueltas porque las matemáticas, ciencia exacta donde las haya, no mienten. Y las encuestas, a menos que las encargue yo, menos.

En cualquier caso, todo ello considerando que nunca tuve muy claro del todo, algo difuso, si somos el sur de Europa o el norte de África.

Hace bien poco (viene ahora mi archiconocida distracción de la atención del lector), estuve visitando el Museo de la Evolución Humana y Atapuerca, en Burgos. Allí miré de muy de cerca a Miguelón (el cráneo fósil descubierto en aquellas excavaciones).

Miguelón

En un ejercicio de imaginación, traté de rellenar los huecos con sus nervios, carnes, músculos y pellejos y confieso que sospeché que guapo, lo que se dice guapo, no debió ser. Además, las proporciones generales hacen suponer que propinaría mamporros como coces.

La recreación que vi más tarde solo hizo confirmar mis peores expectativas.

MiguelónRecreado

Y a Excalibur (el bifaz)…

Excalibur

…entre otros muchos tesoros arqueológicos apasionantes.

Aseguran los que saben que ése bifaz era una herramienta porque para punta de flecha o lanza es demasiado grande, no obstante los bichos (leones) de quinientos kilos que pululaban por la zona.

[Recomiendo encarecidamente la obra (ensayo) de Juan Luis de Arzuaga (codirector de Atapuerca), titulada “El enigma de la Esfinge”. Hay muchas claves para mirar al pasado sin complejos y sin terrores. Si lo leen, háganlo antes de ir allí]

Contemplando todo aquello con espíritu abierto, interés genuino y ánimo constructivo (además de ésa persistente curiosidad que me acompaña desde siempre y que me permite archivar ingente cantidad de datos que en su mayor parte nunca me servirán para nada aunque, como decía, tenga espacio de sobras), no pude menos que recordar a los maestros filosóficos de Pitecantropía, genuinos pioneros divulgadores del concepto de universalidad. Vean sino:

Todos estos primeros homínidos eran de poca talla. No aparecen grandes homínidos hasta hace 1,6 millones de años, época en que entra en escena el Homo erectus (hombre erecto). Este pitecántropo (mono-hombre) fue el primero en extenderse más allá de África, llegando a aparecer en Asia continental (China) e insular (Java), Europa y Medio Oriente. El Homo erectus ya tenía un cerebro bastante desarrollado (750-1.250 cc) y una altura y peso (1,5-1,80 m y 40-80 kg.) como nosotros. Hace aproximadamente un millón de años era el único homínido sobre la tierra, los demás se habían extinguido, y continuó siéndolo hasta hace unos 200 mil años.

No podrán negar que es toda una declaración de intenciones y con un ámbito de desarrollo geográfico notable para las fechas en que se movían.

[Resulta paradójico que para detectar la antigüedad de aquellos restos se use el modesto Carbono 14. Modesto si tenemos en cuenta que debe datar fósiles con miles de años y dadas las cifras que se barajan, un Carbono… 15.000, por ejemplo, hubiera resultado más apropiado, estética y formalmente hablando. 14 me parece escaso, casi insultante aunque sirva y sea fiable]

Después de las gestas pitecantrópicas, lo de Grecia estaba cantado y pierde bastante mérito en el contexto global.

Pero no solo de alimento espiritual vive el hombre (yo). Burgos es “Capital Española de la Gastronomía 2013”. Sin comentarios pero con muchos comensales. De otra forma: no comments… pero commimos y bebimmos a modo y manera. Corderillos, Rivera y otras fruslerías.

Y todo rico, rico. ¡Salud!

Cuidaros.

SEVILLA F.C. SINCE 1890

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