LA GRAN FIESTA

 

Saludos.

Si, hoy es el gran día. Es la Fiesta de la Democracia…

“Democracia es una forma de organización de grupos de personas, cuya característica predominante es que la titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros, haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad colectiva de los miembros del grupo. En sentido estricto la democracia es una forma de organización del Estado, en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que le confieren legitimidad a los representantes. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.”

Lean eso, piénsenlo, miren alrededor, comparen y decidan si lo que ven, observan, sienten, viven y padecen se aproxima a eso que han leído.

Hoy termina el plazo de las palabras y entramos en el de los hechos. Hoy están abiertas las urnas para que los ciudadanos, de acuerdo con la definición leída, dictaminen quién decidirá en los próximos cuatro años.

Esta noche, por tanto, sabremos a quién se le otorga el poder de disponer sobre nuestros bienes y destinos y esta noche, también, se cerrarán las urnas hasta 2015.

Ése año habrá otra nueva Fiesta de la Democracia. Hasta entonces, olvídate de tu participación y deja a los que saben que para eso están.

¿Fiesta? ¿Se le puede llamar, impúdicamente, fiesta? ¿Quién dice eso? Miro a mi alrededor y no veo ni una sola cara feliz, festiva, disfrutando del momento que se supone en un día de fiesta.

Muy al contrario, solo observo caras largas, tristes, apesadumbradas… con profundo malestar, con preocupaciones mas allá del mal momento, sin esperanzas y sin futuros. Y todo se confabula para ennegrecer lo que ya es bastante opaco de por si.

Generaciones perdidas huyendo del propio destino que les hemos creado.

Las mejores  generaciones, las más formadas, las que hemos dotados de mecanismos de acceso a los niveles superiores del saber como jamás nunca antes y desde todos los niveles sociales, condenadas a sobrevivir de mala manera y de cualquier forma.

Generaciones de ciudadanos huyendo de su propio destino… en manos de los mismos desaprensivos de siempre, los de la Historia, los que saben cómo funciona esto y lo administran con perfección (tantos cientos de años de entrenamiento dan sus frutos).

¿Fiesta? Por supuesto. Para algunos, para los de siempre. Para los que saben que tendrán otros cuatro años para permanecer ahí arriba porque un colchón de votos les harán las camas blandas y cómodas, las buenas covachas y las ricas viandas.

Y los canuts apretados.

El Roto, de nuevo, tiene razón porque meter en un papelito todas las frustraciones es tremendamente complicado. Es imposible.

Y optar por el atajo, el que sea, no lleva a la meta. De todas las soluciones posibles, vamos a dejarnos llevar de los vendedores de fantasías, de los parlanchines, de los charlatanes de ferias… (¿ferias? ¿fiestas?)

Los populistas que, grandísimo contrasentido, ganan terreno en una sociedad supuestamente mejor formada, inteligente, culta y reflexiva.

Quizás me haya pasado un tanto: hoy no se permite reflexionar porque no hay tiempo, porque tenemos diez pantallas que mirar a la vez, teléfono, internet, móvil, iPad, iPod, portátil, tele basura, basura tele, criminales, madres de criminales, ladrones, malandrines, dueños de vidas, estúpidos…

Puede que tengan razón y que a pesar de los esfuerzos sociales por formar las mejores mentes de toda nuestra Historia, ésa sociedad permanezca anclada en las formas de la ignorancia, del sometimiento, del medioevo… esclavos modernos, esclavos de siempre.

Te dirán que “la cosa está muy mal”, la tuya, y “yo te lo arreglo en un plis plas”.

Déjame a mí que sé de esto tela.

Aguanta, te dirán, un poquito mas y verás en en poco tiempo, antes de que vuelvas a estar en un día de fiesta… con tu voto yo seguiré aquí y tú ahí. Y te volveré a engatusar para otro periplo. Y tu volverás a rellenarme el colchón.

Y yo te arreglaré los problemas para que sigas teniendo los mismos problemas y yo no, para que sufras y pongas, al menos, una sonrisa porque… ¡hemos ganado!

¿Quiénes son los que hemos ganado?

Esta noche, algunos, descorcharán cavas y champanes porque habrán ganado.

Otros, los que también están de fiesta, no brindarán. No brindaremos. No hemos ganado.

Cuidaros.