Saludos.
Decía Ángel Villar, a la sazón presidente de la RFEF, en el acto de entrega del Dorsal de Leyenda a Marcelo Campanal (Campanal II) del pasado martes 22, que no tenía noticias de que ningún otro Club de Fútbol español hubiera tomado iniciativa similar a la nuestra.
Es, por tanto, un modelo a seguir. Y van…
Hay que reconocer (y se reconoce), que el protocolo funcionó perfectamente, que las intervenciones fueron medidas y justas y que no hubo tiempo más que para compartir sensaciones de gratitud con D. Marcelo.
Me repito, ciertamente, pero también diré mientras viva que estuve allí y me emocioné con el astur/sevillano. Y con el ramillete de fenómenos futboleros que le acompañaba.
También me llamó la atención (por mi ignorancia propia y personal), una frase que nos regaló la Alcaldesa de Avilés, la señora Pilar Varela: “Sevilla está en el escudo de Avilés”.
Eso, para los que tenemos cierto grado de desarrollo para captar frases al vuelo, se me aferró al cacumen y permaneció ahí, horas cual retortijón de estómago, hasta que decidí solventarlo. En efecto, Sevilla figura en dicho escudo:
Vean el dibujo del centro con una nave, dos torres y una cadena. Os preguntaréis que qué tiene eso que ver con Sevilla y yo os diré que todo.
Veamos. Dice la Wiki:
“En campo de Gules (rojo) y sobre ondas de azur y plata, una nave de tres palos, de oro, con velas desplegadas de plata, con una sierra en la proa, con una cruz de oro en el palo mayor, embistiendo unas cadenas soportadas por dos torres de oro. En los palos mayor y trinquete, una bandera corneta de plata en cada uno, y en el palo de mesana una bandera corneta cuartelada de azur y plata. Todo sobre un escudo ovalado, adornado con lambrequines y rematado con una corona real cerrada.”
Y la Wiki, también, refleja que:
“Dice la tradición que su origen está en la participación del marinero avilesino Rui-Pérez en la conquista de Sevilla por el rey Fernando III en 1248. Iba al mando de un barco en cuya proa portaba una sierra con la cual rompió la cadena que unía las Torres del Oro y que impedía la entrada por el río Guadalquivir”
Rui-Pérez, avilesino como D. Marcelo, guerreaba bajo las órdenes de D. Ramón Bonifaz, burgalés y auténtico baluarte del Rey Fernando (mucho antes de que llegara a Sevilla y formulase la famosa pregunta que inventó Silvio).
Si os detenéis un poco en leer su biografía, veréis que tuvo mucho que ver con Cantabria. Y cuando miras a ésa Comunidad, descubres…
Torre, barco y cadenas. Como en el de Avilés.
Porque es cierto que los andalusíes protegían en acceso a Isbilia con una poderosa cadena (que detuvo, dicen, a los mismísimos vikingos en alguna incursión rio arriba). Había, por tanto DOS torres situadas a ambas orillas, como refleja el Escudo de Avilés.
Comentaba el inefable Antonio Ramírez, en Neo FM de ayer miércoles día 23, que hay supuestos trozos de ésa cadena en infinidad de sitios. Cual reliquias y al modo de las astillas de la cruz, es probable que de creer ambas cosas, tendríamos un bosque inmenso y hierro para envolver media España.
¿Saben dónde se ubica el Restaurante Rio Grande? Pues ahí estaba la otra, frente a la que hoy conocemos como Torre del Oro (debajo de la cual y un poco a la derecha, si os fijáis y mirando desde Los Remedios, veréis un ventanuco que es… la desembocadura del Tagarete)
¿Tagarete? Hummmmm
La Torre (la que aún sigue en pie en la rivera de Sevilla), como resultas del saqueo a que sometimos a las américas, se convertiría en Torre del Oro. Más arriba, como sabéis, está la de La Plata.
¿No es apasionante?
Volvamos a lo nuestro porque son tres dorsales entregados ya:
A de Arza.
B de Busto.
C de Campanal.
¿Habrá una D?
¿Domenech tal vez? Recordad que Manuel Domenech Pinto, campeón de España con el Sevilla F.C. en 1948, era aquel delantero del “pañuelo en la cintura”.
Otra leyenda. Otro Dorsal de Leyenda.
¿Después de la D viene la E?
¿Eizaguirre, el Ángel Volador, quizás?
Los designios del Sevilla con inescrutables y un servidor, sencillo y humilde investigador, no es quien para suponer nada.
Pero llama la atención. Se sospecha. Pudiera ser…
O quizás no.
Dejemos a los que saben. Permitamos que hagan bien lo que hacen bien y que ellos decidan (que ocurrirá a la postre nos guste más o mucho más).
Vale. Admito apuestas pero os aconsejo que pongáis poca “pasta” porque puede que yo tenga cartas marcadas.
Cuidaros.
4 comentarios:
Con Vd. no apuesto ni el aire que respiro, porque me tendrían que dar respiración artificial.
La Historia sin un historiador que la transmita a los demás, se pierde en las penumbras del tiempo.
Cordialidad para Vd.
¿Apasionante?
A mí me apasiona muchísimo. Qué cosa más curiosa lo de los escudos. Qué bonita es la Historia, que de una simple anécdota, uno se pone a rebuscar y acaba sacando un montón de cosas. Es fantástico.
Respecto a la apuesta, antes de leer el post, sólo con el título, ya pensé en Domenech. Mi abuelo me hablaba muchísimo de los jugadores de esa época, y Domenech no se quedaba atrás.
Un saludo
Saludos.
Gracias, D. Marcu. ¿Se apuesta entonces que un dia nos tomaremos unas birras juntos?
Ganaremos ambos.
D. Ravesen, es tarea recomendable para los qie investigan... investigar.
A veces, de un grano de arena te sale un compendio. Otras no.
Gracias a ambos.
Cuidaros.
Tampoco me apuesto eso. Porque me ganaría , seguro.
Cordialidad para Vd.
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