CUARTA INGLESA

 

Saludos.

Noviembre, día quinto. Doceava jornada de la Liga BBVA. La “media inglesa” hace muchos partidos que se rompió y ahora debemos soportar la “cuarta inglesa”.

Insisto, insistiré y lo diré cuantas veces sea posible: de los veinte equipos de la Liga, a catorce, sin paliativos, hay salir a comérselos. Son, deben ser, los partidos en los cuales hay que darlo todo. Y todo es todo… porque ésos catorce son los que llenan el saco de puntos. De esos puntos que al final, en el último partido de la temporada, te dejan tercero, cuarto, quinto… te juegas Europa o el descenso.

No me vale que solo veamos un ejercicio de entrega, de solidaridad, de apoyos y de táctica contra un Barça. Es una flauta que sonó porque, seamos sinceros, lo normal hubiera sido que el poderoso catalán nos fundiera, como le hace a casi todos. Aún así, hicimos un partido excelente y nos trajimos un punto de oro por lo inesperado, por nuestros aciertos y méritos.

Pero no es lo “normal”. No nos engañemos. A pesar de lo que diga quien lo diga, nuestra liga comienza en la tercera plaza (aunque haya que salir, desde el minuto uno del primer partido, a por ésa Liga… y luego los méritos, aciertos, errores y presupuestos nos dejen en el sitio que nos merezcamos). Y nuestro trabajo es succionarle puntos, de tres en tres, a todo mindundi, con todos los respetos, que pase por aquí o a los que visitemos.

Y con pequeñas variantes cualitativas, son catorce. Sin ambages. Sin contemplaciones.

Pero estamos en la jornada doce y:

No tenemos filo, ni punta, romos.

Con tres balones al área, las posibilidades de transformarlos en gol son paupérrimas (pura estadística). Más aún si  no hay ningún especialista domiciliado en las cercanías. Todavía más si nos empeñamos en usar un modelo, amparados en unas bandas que hace muchos meses que dejaron de ser efectivas, que sigue sin dar resultados. Los dio espectaculares, ciertamente, pero ya no nos sirven porque todos nos conocen y saben como neutralizarnos. Hasta los mindundis (con respeto).

Por cierto que los mejores partidos, hasta ahora y desde mi punto de vista, han sido cuando hemos renunciado a ésas bandas en beneficio del centro.

Y son ya demasiadas contras cogiéndonos desubicados. Todos los mindundis, con respeto, porque perdemos tantos balones (falta de precisión, de desmarques, de alternativas al pase, de movilidad, de posesión…) que llegan a pesar la mejora consistente en los hombres de atrás en lo que llevamos de Liga.

En noviembre, jornada doce, no tenemos delanteros disponibles. No tenemos quien meta goles (aunque algún sucedáneo haga lo que pueda), porque no llegan balones. Y de tener un habitante natural, casi que tampoco porque… no llegan balones.

¿No tenemos delanteros disponibles? ¿Qué pasó? ¿Quién la cagó? ¿Por qué todo el mundo se llevó las manos a la cabeza cuando el tercero en la lista fue traspasado y no llegó un repuesto?

¿Por qué no llegan balones? ¿Nadie se plantea un modelo alternativo que nos haga ser propietarios del centro del campo, con el balón de nuestra propiedad? Es un principio universal que algunos practican a la perfección: si yo tengo el balón, no lo tienes tú; si yo soy el dueño, puedo marcar goles y tú no.

Seguimos casi imbatidos, es cierto. Pero ésa “media” solo nos sirve para quedar en zona de exclusión europea, sin problemas en la tabla, pero fuera de Europa. Si no sumamos de tres en tres, adiós.

Y adiós a Europa supone un “bocado” a los presupuestos de difícil asimilación en años de crisis, sin mejorar los ingresos y en plena batalla por unos dineros de las televisiones que, en el mejor de los casos (confiemos en ganar la guerra al final), no llegarán hasta 2014 como poco.

Eso es un equipo de cirugía y hay que usarlo ya. Y un poquito de…

…se hace necesaria. O mucha.

Cuidaros.

P.D. A pesar de las estupideces largadas por tipos como Roures, parece que hay un llenazo en el Bernabeu. A las doce de la mañana y, seguramente, con un buen pellizco desde el mercado asiático.