EL VINO EN UN BARCO

 

Saludos.

Ya otros que saben más que yo de esto hicieron el trabajo con “El Capitán Maravillas” , o el “Dorsal de Leyenda”, o “Don Marcelo Campanal” y la segunda parte, entre otros muchos y desde siempre.

Hoy solo quiero escribir un poco de las intensas emociones que viví ayer con aquel chaval que llegó ¡o casualidades! en barco, por el rio, a Sevilla, procedente del norte y que se hizo sevillano y sevillista de por vida.

Aquel crío que leía “tebeos” en el Carbonero Ita y que llegaría a ser símbolo y bandera del sevillismo.

Ayer, la emoción de D. Marcelo nos puso al borde de las lágrimas o caímos de lleno en ellas.

Ayer, rodeado de tanta gloria deportiva de nuestros colores, brilló con luz propia uno de los Más Grandes.

Y yo tuve la inmensa suerte de estar allí.

Y de emocionarme.

Y de vivir momentos que quedarán para siempre en mi memoria.

Junto a D. Marcelo, junto a aquel nombre mítico que recitábamos de niños del tirón sin haberlo visto ni una sola vez jugando…

No importa porque ayer tuve el privilegio de estrechar su mano y de compartir unas horas con, por encima de todo lo demás, una persona excepcional.

Gracias, D. Marcelo.

Gracias Campanal por venirte al sur y por regalarnos tanta Gloria.

Cuidaros.