CANAL +… ¿DIGAME? II

Saludos.

Contaba el admirado Ricardo Villena en un artículo en Columnas Blancas sus cuitas con Canal+ y la magnífica forma de ponerle la cara “colorá” a la operadora de ésa compañía.

A principios del pasado julio tuve –yo también-, el pálpito de mandarlos, en árabe, al-caraho. Con perdón.

Llamé, pues, y pedí la baja. Como es natural en éstos casos, intentaron saber el motivo del incomprensible abandono -del osado, mejor- de un servicio tan extraordinario.

Les dije que no me satisfacía, que mi contrato –de los caros, por cierto-, estaba pensado para ver cine y deportes y especialmente, el fútbol. Pero que no siendo aficionado de los dos equipos titulares de la Liga, mis preferencias no estaban contempladas y que por ello, me parecía una estupidez pagar para no ver lo que deseaba ver: al Sevilla.

Además, que me parecía indigno que para ver los partidos del mundial, hubiera de abonar un extra.

Me dicen que solo por dos euros más al mes, puedo tener acceso a ésos partidos –y no le dije que entre los seiscientos otros canales alemanes, siempre había uno que ponía los partidos en cuestión-. Pero no, no me dejo convencer. Ella, muy atenta, me pregunta ¿dejará usted de ver los partidos del mundial por solo dos euros? Y uno que no es, para algunas cosas, lento de reflejos, le dice: ¿dejarán ustedes perder un buen cliente, antiguo, de cuota alta por solo dos euros al mes?

Hasta ahí –confieso que fueron muy respetuosos-, todo bien. Me dieron de baja, me aseguraron que un técnico pasaría a retirarme el descodificador y el mando –al día de hoy sigue sin aparecer- y tan amigos.

Pero desde entonces, he recibido tres llamadas. Tres.

En todos los casos insistí en que quería ver al Sevilla y no era posible. Y en la última –que me pilló de buen rollito y con ánimos de cachondearme un poco-, me explayé.

Digamos primero que de los sesenta y cuatro leuritos que pagaba al mes, me lo bajaban a ¡¡¡50!!!, es decir, pagaba 14 menos por los mismos canales. No, no cuela.

Se marcha por la rama económica y me pego el fardeo de decirle que no, que no es una cuestión monetaria porque tengo pasta de sobras. Insiste. Resisto. La tensión contenida se palpa en el auricular del móvil…

Llega un momento de inspiración y le largo: Vamos a ver, señorita… en su publicidad del año pasado, ustedes decían que garantizaban un partido del Madrí o del Barça cada fin de semana ¿correcto?

-Si –responde.

-Pues supongo que sus técnicos de mercado habrán hecho un estudio del ídem y calculado que con los clientes/aficionados de ésos dos equipos, deberán cubrir sus expectativas, balances, cubrir gastos y obtener beneficios… ¿cierto?

-Hum… –responde.

-Así pues –continuo-, los de los demás equipos, entre ellos el mío, sobramos. Con dos deben tener bastante.

Se queda descolocada y aprovecho para remover el cuchillo en la herida:

-Ustedes pagan a ésos dos cantidades astronómicas y al resto, miserias…

-Pero es que ganan títulos… –me corta-.

Y entro a saco:

-¡Vaya! ¡Qué curioso! Pues resulta que el Sevilla, por ejemplo, ha ganado muchos, muchísimos más títulos en los últimos años que, pongamos, el Madrí. Y al Sevilla no lo televisan. Y cuando lo hacen en partidos como visitante, hay que escuchar las estupideces de los comentaristas. Y le pagan miserias comparadas con los otros. Y ahondan descaradamente en las diferencias…

Le largo una serie de consideraciones legítimas, reales como la vida misma, y ante las que debe hocicar.

No me extiendo más. Ya no tengo Canal+ ni Digital+ ni ná de ná.

Tengo sesenta y cuatro leuritos más cada mes.

Tengo a treinta metros de mi casa un bar magnífico, de palanganas, que me ponen una servesita fresquita y los partidos de fuera en pantalla plana, grande y muy bien sintonizada.

Y tengo la satisfacción de escuchar a la señorita decir, como despedida, la siguiente frase:

-Pues es usted el primer cliente que arguye ésos motivos para darse de baja.

Y pienso: son los mejores motivos. Son buenísimos.

Gracias Ricardo por abrirme el camino y darme la idea.

Cuidaros.