Saludos.
Anoche, como casi todos, estuve presenciando el Chelsea-Barça. Y como casi todos, me alegro infinito porque la apuesta de hacer fútbol se impusiera a la contraria, a la de no construir nada, la de destruir amparados en la fuerza.
También coincido con quienes consideran justo el pase del Barça -a pesar de los varios errores arbitrales-, porque frente a un muro de once portentos físicos, unos pocos señores bajitos, delgadillos y poca cosa, demostraron que fabricar buen juego es posible frente a cuerpos tan descomunales.
La insistencia, la fé, la perseverancia, la convicción de que se estaba haciendo bien y que eso tendría que dar fruto en algún momento -aunque muchos desesperábamos viendo pasar los minutos-, logró que ése tipo de aspecto endeble, cara como demacrada, sencillo y paisano de todos los paisanos del mundo, enganchara un chut formidable y alojara ése balón, de vuelo irregular, en el fondo de la portería de la muralla de carne musculosa que tenía delante.
Iniesta es, para mí, uno de los mejores jugadores que han pisado los campos españoles en muchos años.
Si la suerte le acompaña y su frágil cuerpo no es masacrado por algún obtuso, puede brillar poderoso en la historia del fútbol hispano.
Y en Roma, la Gran Final.
Un Manchester que construye y un Barça que también, y mejor, nos deberán ofrecer una de las finales más espectaculares desde hace mucho tiempo.
Si el Barça dispone de todo su personal y el listísimo de Ferguson no decide amarrar atrás -porque los catalanes no saben hacerlo-, las dos delanteras más voraces de Europa, en estos momentos, nos regalarán otra joya para la posteridad.
Y faltan por aparecer los Messi, Henry, Etoo...
El 27, que seré azulgrana por dos horas, quiero cantar los goles de los catalanes como si fueran de los mios.
Cuidaros.
1 comentario:
Cuando vi lo de "gran final" en el título del post, pensé que te referías al final de tu historia de la vendimia. Me he decepcionado un poco al ver que no era así, jeje.
Pero estamos de acuerdo. Es la final que todos queríamos ver, y me alegro por el fútbol. Hubiera sido injusto que la apuesta del Chelsea acabase por triunfar. Era indignante ver como un equipo que aspira a disputar esa final se eche atrás de esa manera jugando en casa contra diez.
Así que enhorabuena al Barça, a disfrutar de la final, y por favor, acaba tu historia pronto, que hay por ahí más de uno enganchado.
Un saludo
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