sábado, 17 de mayo de 2008

DE IMBECILES



Saludos.

A veces resulta incluso doloroso, soportar la estupidez de algunos humanos.

A veces te quedas hastiado de tu propio género cuando te enfrentas a personas que padecen una miopía mental que asusta.

¿Cómo se puede pedir lo blanco y lo negro a la vez?

¿Cómo es posible pretender mantender dos posturas antagónicas sin que haya manera humana de convencer al estúpido de sus barbaridades?

Es un misterio que no alcanzo a comprender. Un desafío intelectual que se mantiene atractivo, retador, hasta que concluyes que son, sencillamente, estúpidos.

Y son estos estúpidos quienes pretenden robarte mas tiempo, los que te atrapan en su maraña de bobadas porque eres tu, un curioso intelectual que intenta explicar, razonar y hacerles ver que lo blanco es blanco, lo negro es negro y la zona intermedia es gris.

Y terminas pareciendo tan estúpido como ellos por dejarte arrastrar al charco de la estupidez.

Cuando los ves deambular por ahí, orgullosos de su imbecilidad, mostrando toda una panoplia de grandezas, presumiendo de méritos falsos y sabes que detrás, dentro, no hay nada y que es solo fachada para ocultar el vacio existencial que los invade, te vuelves a sorprender de que tengan público, de que haya otros imbéciles aún mayores que aplauden a rabiar. Y eso los hace creerse aún más su propio papel.

Es cómico, por lo trágico, verlos ahí en su pedestal, el que se han creado ellos mismos, adoctrinando sin cuartel.

Adsurdos y a veces crueles ejemplos de nada.

Y se permiten dar lecciones.

No me sirve el poeta.

No tiene razón.

El cristal con que se mira es transparente.

Cada mañana, cuando me miro al espejo, lo primero que me digo es: "el normal soy yo".

Luego, cuando tropiezo con los imbéciles, la ilusión se desvanece y toca ponerse a las trincheras para que no te asalten.

¡Y esos eran los espermatozoides más listos!

Cuidaros.

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