miércoles, 10 de abril de 2019

A VUELTAS CON EL TÓPICO




Saludos.

Colaboración especial de José Melero (José Melero@JMelero1)

Hubo un tiempo en el que el desconocimiento de la historia del Real Betis se debía a la dejadez y a la negligencia de quienes eran los encargados de escribirla. Mentiras de quienes publicaban con tanta ligereza como irresponsabilidad. Hoy es peor, hoy se debe a la mala fe, a la poca valentía de quienes se encargan de investigar y mostrar los hallazgos y al interés que existe en que la mentira y el tópico prosperen.

El pasado mes de Marzo el Real Betis Balompié quiso recordar el centenario que cumplió el campo del Patronato Obrero, la que fuera casa del club verdiblanco entre 1918 y 1936. De aquel recinto sólo queda el edificio del antiguo Frontón Betis, en cuya fachada fue descubierta una placa conmemorativa.

A raíz de esta efemérides, desde la web oficial del club, se publicó un artículo escrito por el investigador Alfonso del Castillo en el que se intentaba mostrar el devenir histórico del recinto municipal y en el que sorprendentemente se pasaba por alto a la persona que hizo posible el apaño y consiguió el alquiler a precio de amigos, gracias al puesto que ocupaba en el ayuntamiento como perito aparejador. Nos referimos a don Carlos Alarcón de la Lastra, un todo terreno en nuestro fútbol que llegó a ser presidente, vicepresidente y secretario técnico en el club verdiblanco y presidente de la Federación Regional Sur, además de cronista deportivo.

Así lo reconocía en una entrevista para la revista "Crónica" el secretario bético Carlos Fernández del Pando, en septiembre de 1932.


Conforme iba avanzando en la lectura del citado artículo no salí de mi asombro cuando compruebo que el señor del Castillo echa mano del tópico sevillano y se refiere al Real Betis como un "club popular" frente a un Sevilla FC “más exclusivista". Y todo eso dicho desde un medio oficial del Real Betis, con la gravedad que eso supone.

Los motivos que alega el autor del escrito para referirse a ambos clubs en dichos términos no pueden ser más peregrinos, ni más simplistas.


 Curiosa la explicación que da el señor del Castillo para calificar al Sevilla FC como club "exclusivista", según él el hecho de que tu casero sea un aristócrata te hace que tú pases directamente a ese estatus social. Por esa regla de tres los inquilinos que vivían hacinados en los corrales de vecinos en la Sevilla de la primera mitad del siglo pasado, eran de un nivel social elevado, porque los propietarios eran pongamos por caso el Marqués de Yanduri o el distinguido terrateniente don Luis Ramos Paúl, el primero significado socio bético y el segundo propietario de la humilde finca donde vivían los padres del autor de estas líneas, que les puedo asegurar que de aristócratas tenían bien poco.

¿O acaso llama "exclusivista" al Sevilla FC el señor del Castillo por el hecho de que el hijo de la marquesa pasara por un breve espacio de tiempo a ser directivo del Sevilla FC? ¿Jugamos a ver cuántos aristócratas y personajes de alto abolengo llegaron a ocupar puestos de responsabilidad en el Betis de los años diez, veinte y treinta? No creo que salga muy bien parado, créanme.

Luego habla de la popularidad del Betis como si su equipo tuviera en exclusividad el afecto de las clases digamos más humildes por aquellos años, y todo por tener situado su campo cercano a varias fábricas, demostrando un desconocimiento total no solo de la historia del fútbol sevillano si no de la de la propia ciudad de Sevilla.

Vayamos por partes, en un principio cuando ambos clubs se trasladan en 1918 a la zona sur de la ciudad, a las afueras de la misma, supuso para directivos y cronistas casi el fin del fútbol en Sevilla, como así lo manifestaron públicamente, debido a las molestias que acarrearía el ir a presenciar los partidos de fútbol a los aficionados, debido a los pocos tranvías que arribaban a aquellos lugares.

Con el paso del tiempo, ya entrado los años veinte Sevilla iba a entrar en un proceso de transformación debido al éxodo rural hacia la ciudad debido principalmente a la necesidad de mano de obra atraída por el incentivo de la Exposición Iberoamericana, y las grandes obras de infraestructura, con sus necesidades de mano de obra y posibilidades económicas en los sectores de construcción y servicios.

Debido a esto que decimos nacerán barrios obreros a las afuera de la ciudad, barrios como Nervión, Cerro del Águila, la Voluntad, León o España. Ya en los treinta existían: Árbol Gordo, la Barzola, Bellavista, Los Carteros, Ciudad Jardín, La Dársena, La Corza, el Fontanal, Heliópolis, Barrio León, Miraflores, Patrocinio, Tiro de Línea, Retiro Obrero, San Jerónimo, Torreblanca de los Caños y Vista Hermosa.

Lo que se vino a llamar "los felices años veinte" supuso el marco adecuado para un normal desenvolvimiento de las actividades humanas en todos los terrenos.

La reducción progresiva de la jornada laboral, junto con el referido aumento demográfico y el mayor poder adquisitivo de los sevillanos provocó la necesidad de llenar de contenido un nuevo tiempo de ocio que fue a desembocar a un deporte que había ganado mucho en popularidad.

A esto había que sumarle la influencia que supuso el desarrollo del transporte, que hizo que muchos aficionados de los pueblos de la provincia, se desplazaran en coche cada domingo a ver los partidos de su equipo.

Este aumento de público proletario benefició a ambos equipos pero principalmente al equipo que históricamente más triunfos deportivos había llevado a la ciudad y el que acertadamente había logrado acercar a las masas a su campo debido a una política de abonados muy económicas y accesibles para el gran público , como explicaba su presidente Ramón Sánchez-Pizjuan en una entrevista para la revista As en Agosto de 1935.



Por este motivo el Sevilla FC era el equipo más popular entre los sevillanos, y no es que lo digamos nosotros, es que lo reconocería el propio secretario bético Carlos Fernández del Pando en una entrevista para la revista "Crónica" en septiembre de 1932, donde reconocía que los aficionados sevillistas era mayoría y donde afirmaba que en esos años solo había podido llegar a los 2.321 socios, siendo el Sevilla FC uno de los clubs con mayor número de socios de España.



Esta escasa masa social que sufría el equipo bético unido a la poca fidelidad de sus socios, le provocó poco después una nueva crisis al intentar vivir por encima de sus posibilidades en los años treinta y que como decimos fue causante de lo que se ha llamado "la crisis del 36". Pero eso es otra historia...

Por lo tanto, cuando se habla de tópicos como "el equipo del pueblo" y el "equipo más popular", hay que hacerlo con conocimiento de causa y ciñéndose a parámetros serios y rigurosos, de lo contrario lo que se está haciendo es sencillamente engañar a la gente.

Cuidaros.

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