lunes, 22 de octubre de 2012

POR SUS OBRAS

 

Saludos.

Miren por donde, un no creyente como yo echa mano de la Biblia para extraer una frase que nos viene como anillo al dedo o como el aceite a las espinacas.

Aunque la frase textual es “por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7.16), frutos equivale a obras. Creo o pienso y sí, yo he leído la Biblia. Es curiosidad intelectual.

Ayer, día 21, publicaba La Palangana Mecánica un magnífico artículo de mi amigo  Cornelio sobre el primer árbitro de la Historia del fútbol español, sobre E. F. Johnston, y me llama poderosamente la atención un comentario en ésa entrada, firmado por Fernando J. S., que con todos mis respetos y con la esperanza de que no se moleste, reproduzco ahora.

“Imagino que lo que voy a decir aquí es una batalla perdida. Existe un colaborador malagueño y malaguista que elimina en la entrada de ANDALUCÍA de la Wikipedia todas las reseñas relativas a los títulos europeos o españoles del Sevilla FC (por ejemplo, su condición de ser el primer equipo andaluz en ganar la copa de España, o de tener 3 títulos europeos, o el magnífico hallazgo por los que hacen esta página web del origen del Sevilla), y en cambio, sólo "permite" que sea el Málaga, equipo también histórico de Andalucía, el único que tenga título europeo en nuestra región: una interteto, torneo veraniego extingo, con varios ganadores cada verano que se jugó. Este llamamiento es especialmente para LOS AFICINADOS SEVILLISTAS, que no dejen que se manipule o se recorte la historia y las glorias de este equipo por razones poco recomendables de rivalidad entre provincias en un lugar tan destacado como Wikipedia. Todos somos hermanos, y a cada uno lo que le corresponde, aunque imagino que es una batalla perdida.”

D. Fernando, la lista es larga, muy larga y en los diversos blogs de los que componemos el Área de Historia del Sevilla F.C (y junto a muchos otros de la amplia y extensa red Blanca y Roja), hay constancia de multitud de ejemplos similares e, incluso, sangrantes. No le doy la lista porque seguro que la conoce pero desde las propias instituciones andaluzas hasta la página del Sevilla F.C. en ésa Wikipedia, el pretendido ninguneo, la ocultación, el bloqueo permanente para poder consignar los datos correctos o corregir los errores, el tratar de cubrir unos colores con otros… es, directamente, un intento de ofensa.

Intento de ofensa que mueve a risa inevitablemente porque lo realmente importante es la Historia y el palmarés  y eso, por mucho que lo pretendan, no podrán ocultarlo. Especialmente cuando las alternativas a los nuestros, al Sevilla F.C. son minúsculas.

No obstante, éstas actitudes solo pueden ocasionarnos risa, insisto, y nunca enfado. Todo lo contrario, ésos gestos son el mejor reflejo posible de la impotencia y la envidia y son rasgos de infantilismo. Son trampitas con las que solo se engañan ellos.

¿Les hace más grandes, más poderosos, con más títulos o mejores equipos?

¿Tapar los méritos del rival supone sumar alguno a los tuyos?

De la misma forma que achacar al otro todos los males internos, de inventar leyendas urbanas falsas (como hemos venido sufriendo durante décadas y hasta hace bien poco), de proyectar tu incapacidad en la maldad del contrario o tratar de ocultar los valores ciertos del más grande es, sencillamente y con reiteración, infantil.

Y a los infantes es imposible pedirles coherencia, ética y respeto. No saben lo que es eso porque la lógica de los niños solo concibe el negro y el blanco o el grande y el pequeño, por ejemplo. Los matices, los grises, los medianos y demás, solo arraigan y se desarrollan con la adultez, con la madurez.

Mire, D. Fernando, yo no creo en las fronteras y es probable que me sienta tan hermano de un malagueño, por ejemplo, que de un chino. Es posible.

Pero debo reconocer que la proximidad física y geográfica añade un plus a ése sentimiento de fraternidad que no tengo, obviamente, con los chinos y que por mucho que intelectualmente pretenda negarlo, me deberán llegar antes al corazón los andaluces (el cerebro es otro asunto) que los de piel amarilla que viven a miles de kilómetros y con los que mantengo importantes diferencias sociales, culturales y lingüísticas. Aunque sean tan exactamente humanos como los sevillanos y los malagueños.

Son churras y merinas todas mezcladas. Es una forma sorprendente de introducir en el mismo puchero elementos antagónicos, extraños, indisolubles.

Es como pretender construir una casa común sin hormigón o sin cemento y que por mucho que la pintes por fuera, es una auténtica mierda (con perdón).

Son obras que definen a quienes las realizan y que muestran con exactitud el nivel intelectual en que se soportan.

Espero, D. Fernando, que no se sienta mal por haberle sacado aquí.

Gracias.

Cuidaros.

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