EL AMIGO MEJICANO

 

Saludos.

Es jueves 12 de abril, son las casi 10 de la noche y acabo de llegar del acto de la emocionante presentación del libro de Enrique Vidal “Caso Antúnez. Mas allá del honor”

Allí estamos los habituales en nuestros asientos del Sánchez-Pizjuan (con los amigotes de Écija) en ésos momentos previos donde comentas las novedades, te preguntan el nombre del árbitro y fruncen el ceño (como si de alguno de ellos se pudiera esperar algo justo), las lesiones y la posible alineación… y comemos pipas, como siempre.

Un par de sitios mas allá, Julio Ruiz (ex Secretario General de CCOO en Sevilla) ocupa, junto a una señora, dos de los asientos que tengo libres a mi lado éste año. Nos miramos y pone cara de tratar de ubicarme. Sabe que nos conocemos pero no recuerda de qué y yo no hice mucho por animarle, la verdad. Julio portaba orgulloso su bufanda y cantó a voz en grito el Himno del Centenario.

Cuando ya casi rueda el balón, una pareja llega hasta justo los asientos de mi lado. Tienen cara de suramericanos.

El chico porta gorrilla y la chica es muy guapa. Son jóvenes.

Nos arrebujamos, como siempre, para tratar de acomodarnos lo mejor posible. Comienza el partido. A los pocos minutos, el chico, con ésa cortesía exquisita de todos los habitantes de la parte latina de América, me pregunta:

-Disculpe, señor. Somos extranjeros y acabamos de llegar a Sevilla. ¿Sabe dónde se ubican las autoridades?

Imagino que se refiere al Palco del Sánchez-Pizjuan y le indico que desde donde estamos no podemos verlo.

Luego me preguntan que qué significa la pancarta de los Biris por el chico de Bilbao. Les cuento someramente el suceso y recuerda haber leído algo al respecto. Hablamos, también, del euskera y su categoría de idioma. No, amigo, no es un dialecto. En España tenemos cuatro idiomas oficiales. No lo sabían y pone cara de reconocimiento. Dice, entonces, que su abuelo era vasco.

Ése día y como recuerdan, los Biris andaban de protesta y no comenzaron a cantar hasta el minuto 27, con lo que en llegando ése momento, los amigos de fuera se quedan prendados de la banda sonora del Sánchez-Pizjuan.

Seguimos hablando entre goles y ellos (ella más), sin apartar la mirada del espectáculo Biri.

-Somos de México –dice- y recién llegamos a Sevilla. Vimos que había partido y nos vinimos a verlo.

Venían de Toluca, donde los “Diablos Rojos”. Dice que ésa forma de animar, la de los Biris, no la conocen allá, que están pasmados.

Luego quiere saber si tenemos mejicanos jugando por aquí y le respondo que no, que el último, creo recordar, fue Torrado y en el otro Equipo. Torrado, me informa, sigue en activo en el Cruz Azul aunque se lesionó y ya no jugará el resto de la temporada.

Cantan los goles y sus comentarios son los propios de un tipo que conoce bien el juego. Le señalo las nacionalidades de nuestros jugadores y comenta que allá solo pueden jugar tres extranjeros. Yo le indico que en la Comunidad Europea no existe problema con las fronteras y por eso podemos tener todos los que queramos.

-¿Ves aquel delgadito que galopa por la banda? –le pregunto.

-Si –responde.

-Pues ése es Jesús Navas, Campeón del Mundo en Sudáfrica..

-¡Si, si, lo recuerdo –me dice- hizo la jugada completita que machacó Iniesta!

Ese.

Le cuento que estuve en México hace unos años, en Cancún, en el D.F. y en Tampico. Arruga la cara y me cuenta que la situación delictiva en ésta última, con los narcos, la ha hecho la ciudad más peligrosa de su país. Pues entonces tuve suerte, le digo, porque yo lo pasé de maravilla y nunca tuve ningún problema.

Acto seguido le regalo un pin del Sevilla que llevo en la bolsa del bocata, que me agradece profusamente y que se coloca inmediatamente.

-¿Sabe –pregunta de nuevo- si hay restaurantes abiertos por acá a éstas horas?

-Pues es muy probable que si –respondo-. Justo cuando salgan, en el Centro Comercial que se encontrará delante del Estadio, seguro que encuentran algunos abiertos.

Tras otro buen rato informándoles de la situación del Zaragoza, la del Sevilla y algunas características de nuestro fútbol, termina el partido y nos despedimos con sus profundos agradecimientos y mis deseos de que les vaya bonito en Sevilla.

Suerte, amigo.

Puede que hayamos hecho un nuevo adepto mas allá del charco.

Cuidaros.