Saludos.
Y dígalo bien fuerte, alto y claro. No se corte. Si es necesario, pregunte… ¿”mesescucha”?, no vaya a ser que falle algo (una mala conexión, un cable pelado, una conector mal encajado…) y los escuchantes le miren como si estuviera traduciendo para sordomudos y usted no hizo el curso.
Expláyese cuanto quiera, hable o escriba con propiedad, con riqueza de términos, domine el lenguaje o mire cualquier diccionario de sinónimos y antónimos, cuanto sea necesario, porque están al alcance de cualquiera y son gratis. Si aún no queda satisfecho, invente palabras nuevas (recuerde que junto al canario, el andaluz es uno de los motores principales de la renovación constante de la lengua española). y demuestre que de fama le viene al galgo y que por éstas tierras, la imaginación no es un tópico.
Una de las cosas buenas que tiene éste sistema de organización social llamada democracia (de las pocas), es que permite decir lo que se piensa, escribirlo, filmarlo, declararlo, tallarlo, gritarlo y berrearlo, llegado el caso. Ni siquiera tiene por qué hacer discursos de intenciones si pretende que ése discurso suyo llegue, como decía, alto y claro. No deje nada a la interpretación (la mayor parte de las veces errónea) del receptor del mensaje: si es blanco diga “blanco” y si negro, “negro”.
Hábleles como si fueran niños porque usted nunca sabrá el nivel de todos y cada uno de sus oyentes. Es preferible pecar de sencillez que por abstracción. Como decía aquel, la inteligencia consiste en poder entenderte con cualquier interlocutor sea del nivel que sea. Más aún: dice la Pedagogía que la educación entre iguales es las mas perfecta de las formas posibles.
Si usted tiene razón o piensa que la tiene, defiéndalo con uñas y dientes, sea usted mismo, amontone argumentos en su favor, tenga memoria y recuerde las veces que arguyó ésas mismas tesis y las que desenmascaró las contrarias. Es su derecho y su deber incluso si cobra por ello.
No haga caso de aquellos que postulan que somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras porque son filósofos de cola de supermercado. Ni caso. Usted a lo suyo.
Cuando advierta que ha podido ser pillado en un “renuncio”, sepa que todo argumento puede ser reversible, que puede ser observado desde muchos puntos de vista y que cada cual, cada uno de nosotros, tenemos un cristal para ver el mundo. Eso no significa, necesariamente, que el mundo sea de una forma u otra. Es que hay tantos prismas como observadores. Y opinantes.
Este galimatías (el mío), nos lo permite la Diversidad. Fantástica palabreja que aglutina todo un tratado de formas, normas y valores. Es tan rica la diversidad que cabe todo. Hasta lo bueno (si breve).
De tal forma que si piensa que el mundo es plano, dígalo a los cuatro vientos (yo siempre pensé que era solo uno, el de Eolo). Todo lo que puede pasar es que se rían de usted (los aventureros ignorantes) o que salga un científico y le demuestre que lleva razón. O que dice burradas como camellos. O que todo es ilusión y relativismo.
De todas maneras… ¿a quién le importa la forma de la tierra?
Aún así, atrévase a demostrar sus valores, sean cuales fueren, sin cortapisas, sin complejos, sin ataduras y sin sentirse inferior. Usted vale mucho. Demuéstrelo.
Tampoco permita que le etiqueten si usted no quiere. Sus valores son los Valores y contra eso no hay disputa posible. Estar en posesión de la Verdad es la única verdad verdadera porque… lo que no es no puede ser y además, es imposible. No hay caso.
Piense: “Yo soy la Verdad y no me amilana que haya otros casi siete mil millones pensando otra cosa. Yo a lo mío y eso es lo único que cuenta”.
Siéntase en usted mismo porque está demostrado, científicamente, que nuestros fallos solo son atribuibles a envidias, recelos, odio o mala fe. Seres menores que jamás lograrán llegarle a alza de sus zapatos. Seres que viven sus miserias renegando de los éxitos de los demás.
Obtusos ellos porque a pesar de cuanto quiera decirles, jamás verán la luz. Entre otras cosas, porque la luz es suya y usted solo la comparte si quiere. Y si no quiere, dígaselo abiertamente.
Recuerde que usted es la Verdad.
Cuidaros… de los manuales de auto ayuda.
2 comentarios:
Cuando digo que eres diferente...
Bueno, que eres Algarivo...
La vida misma es educación y por tanto proceso de socialización del individuo, asimilando conocimiento y eso implica cultura y conducta. Ese proceso produce habilidades con cambios intelectuales y sociales y la propia vida nos va evaluando...
Por tanto, lo que hoy es mi verdad para mañana puede que ya no lo sea, y lo que hoy puedo defender contra todo y contra todos, mañana no sea defendible...!evolución!
Es sábado, me levanto espeso y es día de parienta, cervecita y fútbol.
Cordialidad para Vd.
Saludos.
Pues en efecto, D. Marcu, la vida es evolución aunque a veces parezca lo contrario.
Ya que lo dice, yo también me he levantado algo anquilosado (quizás por abusar de los brazos de Morfeo), me tomaré unas cruzcampi con la mi parienta y me iré al partido a ver si ponemos a los espanyolistas mirando para Barcelona.
Gracias.
Cuídate.
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