LA MAQUINA MEDIATICA, SIGLO II

 

Saludos.

Han sido décadas, casi un siglo, de vejaciones, insultos, mentiras conscientes y mala fe. Un siglo de máquina mediática verde a velocidad de crucero, sin límites, sin barreras.

Un siglo de soportar estoicamente (nosotros a lo nuestro), bulos, leyendas urbanas y estupideces impropias de seres racionales. Tan infames que nadie les hacía caso en nuestras filas y muchos de ellos se crecían, se crecían y llegaban a creerse, a pies juntillas, las patrañas más gorda que pudieran inventar.

Y las mentiras. Sobre todo, las mentiras. Mentiras grandes, mentiras pequeñas, mentirijillas, mentiras sangrantes, mentiras gordas, mentiras perversas…

Muchas mentiras.

Un siglo de ir siempre en segundo lugar, de vivir constantemente a la sombra del otro, de envidiar la Historia del Club mas Grande de Andalucía y tener, cada día, menos que oponer a ello donde hay que oponerlo: en el terreno de juego, en las galerías de trofeos y en las historias.

Un siglo de proyectar carencias y errores en el otro para suavizar su propio dolor y su impotencia, para ocultar un pasado mucho menos brillante de lo que pretenden, para intentar escapar de los tiempos en que todos fuimos lo que fuimos.

Décadas de inventar, imaginar, tergiversar, manipular… hasta el momento presente donde, en supuestos estadios de cientifismo falso, prosiguen recreando sus propios deseos, sus aspiraciones y penurias a costa del otro. Como siempre.

Pero llega el Siglo II allá por 2005 y la Historia pega un vuelco porque aparece, por fin, otra Máquina Mediática, la Blanca y Roja, para luchar en igualdad de condiciones.

Ya no solo vamos a lo nuestro, también vamos a lo del otro.

El segundo siglo, en apenas unos años, has trastocado definitivamente el terreno de juego, las reglas de ése juego, y los que antes creían ganar los partidos por goleadas, se encuentran ahora con un frente insuperable, potente, amplio y poderoso. Un frente que ya no solo entiende de lo “nuestro”, sino que también entiende de lo del “otro”. Y lo demuestra.

Y se lamentan conscientes de que las tornas han cambiado, de que ahora ya no ejercen el control, de que ahora el otro, el Más Grande, también lo es en su medio, en el que han manejado a voluntad un siglo.

Ahora, se quejan dolidos, nos acusan de querer ejercer una especie de dictadura y de que pretendamos hacerles lo mismo que ellos han venido haciendo desde los inicio.

Hasta los mas serios, documentados y respetables se dejan influenciar por los fuegos de artificio de ilusionantes cantores de lo imposible, bengalas efímeras preparadas para diversión de propios y escarnio permanente de extraños.

No resisten un debate serio. No pueden. Deben inventar triquiñuelas, vericuetos y atajos para intentar no dejarse apabullar ante la fuerza de las pruebas, de los hechos, de los documentos.

Todo un castillo de naipes que se les viene abajo.

Ya no controlan, ya no manipulan, ya no se les permite un desliz, por festivo que pretendan disfrazarlo, porque la Máquina Mediática Blanca y Roja ya no lo consiente. Ya no.

Y no esperen piedad porque no la merecen. Aún no se la han ganado.

Antes deberán pedir perdón.

Pero no se alarmen, amigos. No somos iguales.

Solo es que ya no pasáis tan fácilmente, ya no podréis imaginar más que vuestro propio destino. No habrá tregua cuando mintáis, cuando falseéis o cuando pretendáis inventar pasados imposibles porque tendréis respuesta inmediata. Muchas respuestas. Todas las respuestas.

Si no nos respetáis, al menos nos temeréis.

Cuidaros.