domingo, 20 de febrero de 2011

NO DISPAREN AL PIANISTA

 

Saludos.

¿Recuerdan lo que ocurre con algunas morcillas? Se repiten, se repiten, se repiten… ¡Grrrup!

Como decía aquel, admito nuestro derecho a equivocarnos pero es inadmisible seguir haciéndolo siempre. Y adultos, formados, inteligentes y capacitados, la insensata obstinación en caer, recaer y volver a insistir en los errores quizás merezca un calificativo fuerte, sonoro; que cada cual elija.

Yo no diré cual aunque lo piense. No soy quien.

Cuando las cosas van bien, cuando todo pinta de rosa, cuando los vientos hinchan las velas a todo trapo, cuando la miel nos chorrea entre los dedos, somos UNO. Elogios, cohetes, gritos, alegría…

Nos miramos con la sonrisa más ancha capaces de adoptar; nos abrazamos, nos felicitamos y nos palmeamos las espaldas a buen ritmo porque todo VA BIEN.

Ganamos, conseguimos títulos, jugamos de escándalo…

Todos contentos.

Pero hete aquí que llegan las vacas flacas (las flacas dan poca leche y poca carne llegado el caso) y se nos agotan las maneras. Vemos, pensamos, analizamos y recomendamos sin éxito porque los bichos siguen sin engordar.

Todos expertos, todos, somos capaces de ver lo que no funciona, diseccionarlo, separar los granos de la paja y salir airosos largando una solución que nadie adopta porque nuestras ideas no tienen carácter ejecutivo. Son solo ideas desde la grada.

Es fútbol.

Somos los aficionados.

El problema se presenta cuando a pesar de todas nuestras buenísimas intensiones, de nuestros sabios consejos, de nuestra capacidad certificada para detectar los errores (que quien debe, sorprendentemente, no corrige), el Equipo sigue marchando mal. Los resultados no acompañan y nos vemos lampando en la zona gris.

Y nos entra el pánico porque desde hace algunos años, ésa zona es tabú. Ni en las peores pesadillas se no hubiera ocurrido que regresaríamos. Ni de coña.

A pesar de nuestra insistencia, el Equipo sigue ahí y lo que es peor, sin dar señales claras de que pueda salir a corto plazo.

Nos acongojamos.

Como no podemos solucionar los asuntos internos, nos buscamos enemigos alrededor (al modo y manera de otros cuya existencia gira en torno a lo que hagan los vecinos, los verdaderos y eternos culpables de sus propios males). Y puestos a disparar contra alguien… ¿porqué no a Sam?

Juro que no era mi intención ensañarme con el de raza negra. Es solo que ha sido el primer pianista que se me ha venido a la memoria. Además, no iba armado (los pianistas, independientemente de su color, no solían portar arsenal).

Es el “blanco” fácil (otro jueguito de palabras sin gracia) porque los otros pistoleros usan Magnum y lanzan las balas a una velocidad letal.

Busquemos, por tanto, a los hermanos que nos distraigan de los malos momentos.

Hermanos

Vamos a inventarnos batallas virtuales que nos ocupen un tiempo en el que no queremos pensar. Vamos, entre todos, a fomentar la sangría porque no tenemos un polo de atracción que nos aglutine en la euforia. Saquemos los batallones de adeptos (yo mas que tú, tú menos que yo), para adobar esta ensalada de despropósitos…

Unos por otros, otros por unos, bofetadas sin ton ni son, sin causa y sin motivo. Gratis. Para distraer.

Es la morcilla esa que nos tiene las tripas de aquella manera.

Y mi pistola es más grande que la tuya.

Y todos del mismo color.

¡Grrrup!

Cuidaros.

2 comentarios:

Rubén Márquez dijo...

en estos casos, todos tenemos que aceptar nuestra parte de culpa. Si bien es cierto que las cosas no se están haciendo como antes o, si se hacen, los resultados no llegan, creo que nosotros, como aficionados, nos hemos aacostumbrado a situaciones casi perfectas a nivel deportivo, con lo difícil que e mantenerse en esas posiciones y tener al equipo saneado económicamente. Creo que estos momentos de dificultad deportiva tienen que hacernos reflexionar un poco y que volvamos a apoyar al equipo con todas nuestras fuerzas en cada partido, no sólo en partidos señalados y después de una campaña publicitaria destinada a tal fin. Esto es como la pescadilla que se muerde la cola, los resultados hacen que la afición responda, la afición hace que lleguen los resultados con su aliento... Seamos críticos, es nuestra esencia sevillista, pero en el campo, dejémonos la garganta!

Viva el Sevilla!


Un abrazo, maestro!

EL PAPI MAGASE dijo...

jajajajajajajajaja,eres la leche hermano,es que das en el clavo siempre ¿sera por tu juventud eterna? siempre te lo he dicho y siempre te lo diré ante el mundo entero si hace falta,eres mi crack,a pesar de lo bicho raro que eres ¿pa cuando un cafecito? descafeinado pa mi que sabes que no puedo con el café puro.