lunes, 22 de diciembre de 2008

DA GRIMA


Saludos.

Algo debe estar pasando en el Sevilla cuando tantos miles de sevillistas andan inquietos con el juego del equipo y solo hay que mirarlos y escucharlos durante los partidos.

Un equipo que va el segundo en la Liga.

Es paradójico.

Sin embargo nadie se llama a engaño: no estamos ahí porque hagamos un fútbol espectacular, demoledor y brillante. No.

Estamos ahí porque Jiménez, nuestro entrenador y ex jugador, ha conseguido ensamblar un buen esquema defensivo y es complicado hacerle goles al Sevilla. Él era defensa.

Hay partidos donde jugamos con cuatro y cinco centrales. Cuatro y cinco.
Somos el segundo equipo menos goleado, tras el Barça (con la diferencia que los catalanes han marcado más del doble de goles que nosotros)

Es muy significativo.

Pero seguimos esperando que consiga articular el medio campo, la zona creativa, la parte desde donde sale todo el juego, que orquesta el ataque y propicia el trabajo de extremos y delanteros.

Las bandas han perdido mordiente y ya no son los dos espolones que eran. Los extremos reciben pocos balones con espacios y casi siempre de espaldas al contrario, por lo que deben retrasar el balón una y otra vez. Se pierde la capacidad de desborde y la velocidad. Y cuando estos llegan, faltan apoyos.

Los puntas, a pesar del cúmulo de lesiones, siguen sin recibir balones claros. Si además unimos a ello la escasa o nula participación de Luis Fabiano (el bajón es insoportable y puede que necesite un par de semanas de banquillo para que se encabrite de nuevo) y que Kanouté ha perdido el primer puesto como delantero que le corresponde por derecho (se nota demasiado cuando está y cuando no), vemos que somos, con diferencia, el equipo menos goleador de los seis primeros.

Es muy significativo.

Y si es cierto que Renato ha marcado varios goles entrando como segundo punta, tengo que insistir una y otra vez en que no es delantero. Renato es un medio campista excelente, con una calidad indiscutible y capaz de llegar en segunda oleada cuando es necesario. Pero no podemos sacarlo, invariablemente, en ésa posición siempre. No rinde todo lo que puede.
Renato debe organizar. Si marca goles, además, mejor que mejor. Pero cada cual en su sitio.

Todo ello nos ha llevado a la segunda plaza. Un sueño.

Pero pocos escucho y leo contentos. Pocos.

Y para quienes esgrimen las cifras con tanta contundencia, decirles que es lícito y aconsejable esperar más del equipo; que es lógico querer que gane y juegue bien; que no es anti nada exigir espectáculo, brillantez y resultados.

Es lícito digan lo que digan.

Este equipo, que nadie sabe a lo que juega, va el segundo en la Liga.

Pero este equipo es el mismo que el pasado verano nos hizo frotarnos las manos viendo el juego que desplegó en los torneos amistosos. Nos las prometíamos felices.

Craso error.

A Jiménez le puede la tensión, el acoso, los pitos y las opiniones de terceros, malditos terceros, que se dedican a minar el admirable trabajo organizativo del Club.

Manolo se pone nervioso y se caga. Juega a la italiana (quizás por ello, por pretender jugar con la Sampdoria a su manera, a la que inventaron por allí, nos salió el churro que nos salió).

Y ha demostrado ya, en demasiadas ocasiones, que pega un paso atrás sin razones para ello: el año pasado nos quedamos a un punto de Champions porque nos faltó un poco de coraje en algunos partidos teóricamente fáciles; nos echó de la Champions el equipo turco cuando ganábamos de tres goles, nos echa de la Uefa un equipillo, un grupo de amiguetes, porque no salimos a devorarlos…

Y con el Mallorca, el último, ¿a qué salimos? Sigo tratando de buscar una explicación plausible.

No me cansaré de insistir, las veces que sea necesario, que los equipos de los dos tercios de abajo son los que llenan el saco de puntos y que es ahí, contra ésos equipos, donde hay que salir a apisonarlos.

Esos puntos, como el año pasado, nos pondrán en Uefa o en Champios la primavera que viene. O fuera de Europa.

Salimos con dos medio campistas para tratar de quitarle el balón al Barça porque alguien había exigido dos delanteros.

Es de locos.

Demasiado sensible a las opiniones de terceros, Manolo.

Pero vamos los segundos.

Sin embargo, tengo la sensación de que estamos en régimen de alquiler y con un desahucio en el buzón. No veo al Sevilla con la fortaleza necesaria para mantener ésa posición mucho tiempo y uno o dos partidos, uno o dos, nos mandan a sextos, segunda plaza de Uefa, porque el pelotón europeo está más que apretado y un tropezón, del que sea, te descuelga. Y cada jornada será más difícil recuperar posiciones.

Veo al Sevilla a punto de resbalar en cualquier momento.

Cuando lea las mofas, los discursos rancios y clasistas, el peloteo formalizado, el valor del caché auto adjudicado, el desprecio a los diferentes y los insultos a los que no pensamos acorde con la línea oficial, deciros que el Sevilla es una fábrica que produce ilusiones, sueños, alegrías y grandeza.

Que es apasionante el fútbol y el del Sevilla, cuando juega como sabe hacerlo, se convierte en un goce estético sin parangón.

Que no solo los cuarenta y cinco mil que llenan el estadio pueden hablar, opinar y reclamar: somos miles por todo el mundo.

Y que el único mercantilismo posible es satisfacer las ansias de buen juego y triunfos de tantísimas personas que creemos, adoramos y pensamos en el Sevilla.

Cuidaros.

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