sábado, 27 de septiembre de 2008

DE PALANGANAS


Saludos.

Porqué soy PALANGANA.
“Palangana” es un término acuñado por los “verdolagas”. Se supone que es un adjetivo con el que nos descalifican. Quizás piensen que nos insultan.“Palangana”, según la RAE, es una jofaina o aljofaina, es decir, un lavabo.
Ya no se usan, pero los que tenemos edad suficiente, las hemos visto en nuestras casas. Es un recipiente ancho, de poco fondo, BLANCO y que se usaba para asearse.
“Verdolaga”, también según la RAE, es: planta herbácea anual, de la familia de las Portulacáceas, con tallos tendidos, gruesos, jugosos, de tres a cuatro decímetros de largo; hojas sentadas, carnosas, casi redondas, VERDES por la haz y blanquecinas por el envés, flores amarillas, y fruto capsular con semillas menudas y negras. Es planta hortense y se usa como verdura.
Como veréis y en ambos casos, parece que solo el color parece que tenga alguna relación con el tema que tratamos.
Sin embargo, los sevillistas (espero que la gran mayoría), lejos de sentirnos agraviados con ése supuesto insulto, hemos tenido la genialidad, la clase y el señorío de hacerlo nuestro. Hemos tomado el término con el que pretendían ofendernos y los hemos elevado de categoría.
Lo hemos dignificado.
¿Qué supone esto? Pues que los hemos desarmado. Nada resulta más chocante que intenten herirte y que tomes sus armas, las cambies y las conviertas en halagos. Los dejas sin argumentos.
Tanto es así que ellos siguen siendo “verdolagas” y han tenido que inventar otro supuesto insulto (que no pienso repetir), para poder superar el intento fallido en su afán por atacarnos.
Aunque no quería decirlo, resulta que tendremos que echar mano a la conocida sentencia que propone: “No insulta quien quiere…”
Hoy y en el entorno en el que me muevo, nos llamamos “palanganas”. Hoy veo orgullo en mis amigos palanganas cuando son llamados así. Hoy hay decenas de miles de palanganas por el mundo. Hoy, salvo algún cretino o cretina que no rija bien, no encuentro sevillistas que se sientan ofendidos con el término.
Y no pasa nada.
Como he dicho muchas veces, que me llamen “sevillista”, “sevillón” o “palangana”, no me causa nada más que placer porque, definitivamente, mis sentimientos no pueden etiquetarse.
Sigo esperando que los “verdolagas” estén a la altura y tengan la clase necesaria para transformar eso.
Termino con un grandísimo abrazo de hermanamiento a todos los sevillistas, sevillones o palanganas que en el mundo son porque siempre, siempre, hay un grito superior, un llamamiento que no conoce fronteras:
¡VIVA EL SEVILLA!
¡HASTA LA MUERTE, SIEMPRE!
Cuidaros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

OLE,OLE Y OLE,NI VEINTEMIL PALABRAS MÁS.