viernes, 4 de julio de 2008

HERMANOS EN EL ESCUDO

Saludos.

Querido hermano en el Escudo:

No deja se ser curioso que amparados bajo el mismo manto, podamos convivir tantas especies diferentes.

¿Te sientes dolido? ¿Atacado? ¿Furioso porque hay quien te descubre las ruindades?

Si te lanzas, apechuga con tus actos.

Ya me habías condenado sin tener la decencia de preguntarme mi versión, de escucharme. ¿Demasiado poderoso el olor? ¿Afrodisíaco?

Pues no lo catarás.

Y después del primer aviso, llegará el segundo.

¿Volverás a lanzar larguísimos mensajes a favor y en contra, dependiendo del viento?

Estaré esperando.

Y esperaré con el castigo divino y puede que arda en los infiernos.

Porque tú, gran creyente, se lo has pedido a tu Dios. Tu le has pedido que me funda en las calderas de Pedro Botero.

Y en la misma frase, reclamas todo amor, cariño, respeto y comprensión.

¿Un poco falsete, no?

¿No te suena a eso que deriva de las caretas que se usaban en el teatro griego?

Claro que es muy típico en buena parte de los que profesáis ésa religión: a Dios rogando y con el mazo, dando.

Luego me confieso y limpio de nuevo. A seguir con la farsa otra semanita.

Si vas ha entrar en la guerra, elige bien a tus aliados.

Suerte, hermano en el Escudo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

plas,plas,plas,plas,plas,plas,plas,plas,no creo que te tenga que decir más piropos,que vas ha terminar creyendotelo,te quiero tio.

Anónimo dijo...

La psicopatía es un trastorno de la personalidad caracterizado por una incapacidad de mantener una relación plena con otras personas. El psicópata considera a los demás como un medio para satisfacer sus necesidades, sólo siente aprecio por sí mismo, es egocéntrico, se cree el centro del mundo y manipula a los demás.

Tiene unas emociones muy particulares: incapacidad de empatía, no se emociona ni sufre en sus relaciones familiares o de amistad, finge emociones que no siente, se excita con el riesgo y lo prohibido, hay algo en el que les impide aceptar las normas e ir en contra de lo establecido, falta de sentimientos de culpa, algunos suelen ser muy inteligentes y tener encanto personal ficticio (pueden ser encantadores con los demás hasta que consigan satisfacer sus necesidades y conseguir lo que desean).

En situaciones angustiosas que desestabilizan a los demás, tienden a reaccionar con mucha frialdad y tranquilidad, suelen ser mentirosos, no se sienten culpables ni sienten vergüenza ante sus acciones, por muy incalificables que estas sean.