…Y EL GOL DE LA ORACION DEL HUERTO.
Por José Melero y José M. Ariza
Saludos.
[Nota previa: Mi sincero agradecimiento a José Melero (@JMelero1) por su colaboración en éste artículo. Un recorte periodístico suyo en Twitter espoleó mi curiosidad sobre un hecho del que tenía un conocimiento solo superficial. Gracias, además, por la documentación aportada porque desvela algunos detalles muy jugosos. Todo un lujo tener amigos así]
A principios de diciembre de 1930, el Sevilla fichó a tres jugadores procedentes del Español y con un notable esfuerzo económico para las fechas: Martín Ventolrá, José Padrón (internacionales ambos en distintas fases) y Manuel Espino. El primero nacido en Barcelona y los otros dos en Las Palmas de Gran Canaria.
Llegaban a un Sevilla en Segunda División donde competía con equipos como el Valencia (que resultaría campeón) el At. de Madrid o Betis. Nuestro Equipo quedaría tercero igualado a puntos con los madrileños. Y por enésima vez, vencemos en la final de la Copa de Andalucía al Real Betis de ése año. Otra vez.
Pero nos vamos a centrar en Padrón, actor indiscutible de éste trabajo (cuyo fichaje costó al Sevilla 45.000 pesetas, con datos solo mediocres puesto que jugó 25 partidos y solo marcó 4 goles entre las temporadas 1930/1933), porque fue protagonista de unos hechos insólitos durante su estancia en Sevilla (más tarde en Francia) y que trataremos de contar de la mejor forma posible.
José Padrón Martín (El Sueco) había nacido en el Barrio de la Isleta del Puerto de la Luz (Las Palmas de Gran Canaria) en 1907. Jugando como interior izquierdo en el Santa Catalina, lo descubre Federico Silva en un partido frente al Marino F.C. Sus brillantes actuaciones en toda la temporada (ganando el campeonato de su categoría) lo llevan, al final de ése ejercicio, a fichar por el Real Club Victoria donde volvería a destacar poderosamente. Tanto lo hizo que en 1925 lo llaman desde el R.C.D. Español de Barcelona y allá marcha para, en cinco años, continuar destacando por su juego rápido y de filigrana eléctrica. En 1929 visitó Sevilla con la Selección Nacional donde vapulean a la de Portugal por 5-0. Ése mismo año vencen a Inglaterra por 4-3 y ya en 1930, disputa otros tres partidos con la Selección: España-Checoslovaquia 1-0; Checoslovaquia-España, 2-0 e Italia-España, 2-3.
Cuando arriba a Sevilla era, por tanto, figura destacada y popular aunque, como veremos, también acarreaba fama de díscolo y polémico.
Apenas unas semanas mas tarde de su llegada, Padrón es sacado a hombros del Estadio de Nervión.
¿Qué había ocurrido para que en pocos días, el nuevo fichaje despertara pasiones hasta ése extremo? ¿Era quizás un nuevo Kinké?
Pues cuentan las crónicas que el partido Sevilla F.C.-Real Oviedo (en el que los nuestros vencieron holgadamente por 3 a 0 bajo lluvia torrencial) Padrón se erigió en figura indiscutible del encuentro.
(José Padrón Martín “El Sueco”)
“Fútbol de filigrana”, “juego preciosista y práctico…” todo indicaba que el Sevilla, de nuevo, exhibía su famosa “Escuela Sevillista”, aquella que maravilló en Madrid y donde se nos coronó como “el eterno campeón de Andalucía”. Ése día, los nuestros forman con Eizaguirre, Iglesias, Sedeño, Caballero, Abad, Arroyo, Ventolrá, López, Gual, Padrón y Brand, a las órdenes de José Quirante.
El Sevilla goleó en un partido en el que pudo haber obtenido mayor renta aún. La defensa, sin embargo, anduvo floja y solo Eizaguirre (el Ángel Volador) demostró por qué Zamora debía apretarse so pena de verse superado por el sevillano. Incluso llegaría a realizar algún malabarismo que hubiera podido costarle una sanción (se pasaba el balón, lo repitió en varias ocasiones, de mano a mano y andaba más pasos de los permitidos). Arroyo (que no venía disfrutando de muchos minutos), salió a ganarse el puesto y junto con Abad, gobernaron perfectamente los medios.
Por delante, la dupla Brand-Padrón eran dueños de la banda izquierda. Por la derecha, López y Ventolrá hacían lo propio.
[Pepe Brand, recuerden, fue uno de los artífices de aquella Escuela una década antes, junto a otros muchos nombres ilustres del sevillismo]
Pero sería en aquel partido, precisamente, cuando se bautiza un tanto como “el gol de la oración del huerto”. Curiosamente.
Leamos como se narra desde los ojos de Beltrán, cronista de La Unión:
“En un avance del Real Oviedo termina saliendo el balón fuera. Hace el saque Eizaguirre y Padrón sigue la trayectoria del balón, situándose en el sitio donde va a caer. Cuando el balón desciende, Padrón se pone de rodillas y en ésa posición, da un pase matemático con la cabeza a Gual que en la misma forma lo pasa a Ventolrá. Este avanza y lo pasa retrasado a López, que empalma un tiro imparable, que llega a las mallas sin que Oscar se entere. La “genialidad” de Padrón y el tanto producto de la misma, entusiasmó al público que les tributó una ovación enorme.”
Sin embargo y aún a pesar de lo que durante muchos años se ha dicho (y que en la web del Sevilla se le sigue adjudicando a Padrón) no es cierto. Las crónicas señalan que los goles fueron realizados por Gual y López (2). El primer gol de López y el de Gual fueron ambos logrados en sendas melés y puede que por ello se le atribuya al canario quien, realmente, dio el pase de cabeza y arrodillado. De ahí el curioso nombre y que es, en la historia del fútbol, de los pocos goles con nombre propio. A pesar del error. [Paco López se declararía mas tarde en rebeldía]
El cronista local de ABC que firmaba A.O., los calificaba como de “chamba”, a lo que el “hincha” Luis Arriaga respondía “pero se apuntan”.
Vayamos entonces a enero de 1931, algo mas de dos meses después de su llegada a Sevilla, porque comenzaría una odisea de Padrón que logró poner en vilo no solo a Sevilla y a los sevillistas, sino que toda la prensa nacional se hizo eco del caso y no escatimó espacio en su seguimiento.
El Sevilla debía desplazarse a Castellón para jugar la 7ª jornada de Liga del día 18 de enero, frente al conjunto local, el CD Castellón (acabaría con empate a tres). Y sin embargo…
La expedición llega a la estación donde habrían de tomar el tren (salida a las tres y veinticinco de la tarde) con destino a la ciudad levantina. Sin embargo, tras el recuento oportuno, Padrón no está, no aparece. Comienzan a inquietarse porque se acerca la hora de partir y falta un miembro. Nunca llegaría. Todos los demás (jugadores, técnicos y directivos) abordan aquel tren y parten a jugar su partido. Ventolrá manifestaría que había salido muy temprano con un maletín (se hospedaban juntos) pero que no había tenido noticia alguna hasta ése momento.
¿Qué había ocurrido con Padrón? Un testigo directísimo, el taxista que lo transportó, declara que ésa misma mañana lo había llevado al aeródromo de Tablada (el actual, el aeropuerto de San Pablo, no se inauguró hasta dos años después) desde donde partía el vuelo Sevilla-Madrid. Más tarde y desde el mismo aeródromo, informan desde la C.L.A.S.S.A. (Concesionaria de Líneas Aéreas Subvencionadas S.A. operando desde 1929 ésa ruta) que Padrón llegó cuando el aparato ya estaba rodando motores y que se acercó demasiado a las hélices en marcha, lo que originó un gran susto en los empleados que trabajaban en las proximidades. “Un paso más y hubiéramos tenido que lamentar una gran desgracia” declaraba otro empleado.
Padrón no había comprado el billete previamente. Preguntó si desde Madrid podría enlazar para Barcelona a la llegada y como le dijeran que no, que los horarios no coincidían, dijo que no importaba, que tomaría el expreso de por la noche desde la capital. Y Padrón se marchó.
Un “nuevo” caso. En noviembre de 1930, Gaspar Rubio, jugador internacional del Real Madrid y máximo goleador de la primera Liga, se fugó a Cuba desde Vigo (tras las fuertes críticas que recibió tras perder con el Atlético de Madrid la final de Copa) originando el lógico aluvión de noticias en el mundillo futbolero. En enero de 1931, se seguían comentando las “hazañas” de Rubio (este caso notable igual no lo cuento en el futuro).
Como era de esperar, la Casa sevillista se pone patas arriba. Era muy importante, lógicamente, conocer los detalles y las causas de tan extraña situación y por tanto, nadie mejor que el propio Presidente, Juan Domínguez Osborne (Barón de Gracia Real) para tratar de explicarla. Según Domínguez, Ventolrá y Padrón habían pedido permiso al Sevilla para ir a Barcelona tras el partido en Castellón, con idea de visitar a sus familiares. El Sevilla accede con el primero pero niega al segundo, alegando que no tiene allí a su familia (recuerden que era canario). Esto molestó mucho al internacional que aún así y todavía en Sevilla, declaraba que se “partiría el pecho en Castellón”. Además, el Sevilla está muy contento con el catalán y no tanto con el canario que muestra un comportamiento general poco edificante.
¿Dónde estaba Padrón? ¿Qué había podido causar la deserción? ¿Era posible que se presentara en Castellón tras su paso por Barcelona? Nadie lo sabe. Nadie sabía nada hasta que llegan noticias de que ha estado reunido con algunos directivos del Español. Allí comentó que no se sentía a gusto jugando en Segunda División, con el trato que le daban en el Sevilla (que le exigía más debido a su condición de internacional) y con las condiciones económicas que, señalaba, no se cumplían. El Español niega ésos contactos y asegura que, de producirse, solo podrían aconsejar al jugador que regresara a la disciplina de su Club. El Sevilla amenaza veladamente con llevarlo a los tribunales por incumplimiento de contrato.
[El fugado madridista Rubio aseguraba en una entrevista que a Padrón, estando en el Español, le habían recortado el sueldo a 400 pesetas]
Se sabe también que se ha reunido con antiguos compañeros del Español y que éstos le habían aconsejado que marchara a Castellón a jugar aquel partido. Padrón señalaría que era tarde y que ya no había tren posible. El defensa De Mur se ofrece a llevarlo en coche, pero Padrón se niega. El Sueco amenaza con irse a América como Rubio, órdago que ya había usado repetidamente en su estancia con el conjunto periquito, aunque nunca llegara a materializarse. Otras muy diversas fuentes aseguran con insistencia que se trata de un lio de faldas.
Padrón había firmado un contrato con el Sevilla por 800 pesetas mensuales y un partido homenaje, al final del mismo, con un mínimo garantizado de otras 25.000. El Sevilla, por el contrario, declararía que no había causa, que el jugador cobraba regularmente y que no se le adeudaba cantidad alguna. Se comentaba que Padrón aducía haber cobrado solo 10.000 pesetas, la mitad de lo acordado por su fichaje.
Toda ésa vorágine de acontecimientos, desde que se comprobó que no acudía a la cita con el Equipo para viajar a Castellón, ocurren en una semana de locura. Pero Padrón sigue sin aparecer. El Sevilla manifiesta que elevará querellas por calumnias y estafa contra él. Desde Barcelona, el 19, Padrón diría que se separaba definitivamente del Sevilla. Nuevas noticias aseguran que el At. de Madrid se interesa por El Sueco, cuestión que no se confirma. El día 20, el Sevilla pone los hechos en conocimiento de la Federación. Padrón dice en una entrevista en Barcelona que denunciará al Sevilla por incumplimiento de contrato.
Por otra parte, Ventolrá (que llegara en el mismo lote que Padrón), manifestaba en una entrevista en Barcelona el día 20 (estaba de permiso consentido por el Sevilla) que él si había cobrado todo lo estipulado, es decir, su sueldo mensual y las 10.000 pesetas (la mitad del traspaso) y que el resto, dividido en tres partes, estaba seguro que lo recibiría antes del final de la temporada. Añadía que Padrón, posiblemente, estaba muy “escamado” por como lo habían tratado en el Español.
El día 22, el Sevilla hace pública la siguiente declaración:
Padrón, El Sueco, suspendido. Sin embargo, Ventolrá, a su regreso de Barcelona y aunque manifestara no haber hablado con Padrón, sabe que el canario está arrepentido de su fuga. Desde otras fuentes se asegura que Padrón ha pedido perdón telefónico al Sevilla por su “aventura” y que quiere regresar aunque nadie lo confirma. El Sevilla ha prohibido a sus jugadores cualquier declaración sobre el caso en tanto no se aclaren todas las cuestiones del mismo.
Padrón fue indultado por el Sevilla F.C y.permanecería bajo la disciplina sevillista, con un rendimiento escasos (como decía al principio) hasta 1933. A pesar de la ingente cantidad de documentos relativos a ésos sucesos (y que me han obligado a hacer un esfuerzo de síntesis notable), no he podido averiguar todavía en qué condiciones se produjo ése indulto. No obstante, quizás en un futuro logre ésa documentación y deba editar la segunda parte.
Después de su periplo andaluz, lo ficharía el Barcelona un año. En la temporada 1935/1936, lo llaman desde el Olímpico Alés de Francia, país donde estuvo cambiando de clubes cada año hasta 1944. En 1941 alternaba el fútbol con su habilidad para dibujar en el periódico parisino Le Petit Parisien.
Nunca regresó porque, entre otras cosas, se declaraba anarquista y después del golpe militar de 1936, se le cerraron las puertas de su regreso. Murió en París en 1966.
Cuidaros.
Fuentes:
José Melero
Biblioteca Nacional de España, BNE
ABC
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