viernes, 30 de mayo de 2014

ANALÍTICA

 

Saludos.

Como suele ser habitual en concluida la temporada, yo, uno de los sesudos analíticos sevillólogos del Eterno Campeón de Andalucía, me lanzo a desentrañar claves, pormenores y aconteceres deportivos (y otros) de un año que concluimos ahítos de satisfacciones, derrochando optimismo y añorando sin remedio y sin continencia el reinicio de las hostilidades. Lo digo tan pancho, conste, y tratando de usar el lenguaje analítico antes que sintético. Otra vez.

Y porque tengo derecho a no permanecer en silencio.

Es el mono, el síndrome de abstinencia inevitable de cada verano donde el baile infernal orquestado de fichajes, traspasos, ventas, dimes y diretes, sabiamente dosificados desde Madrid y su apisonadora mediática (delegaciones locales incluidas), amenazan de nuevo con descomponernos el Equipo, desarmarnos, desmantelarnos (como si de un mecano se tratara) y ponernos en desbandada (cada vez molestamos más en las cumbres, entre los que están habituados a monopolizar el exiguo espacio de ésas cumbres, acaparando la escasez de oxígeno). Es el mono que un mundial no logrará rebajarnos a los cauces habituales aunque nos entretenga unos días y porque ya estamos echando de menos los cánticos de Nervión.

Imagino que los que saben de esto, de verdad, ya andarán enmaquetando y enviado a imprenta sus propios trabajos y conclusiones. Habrá que estar pendientes para aprender.

Comencemos por el final.

Año irregular, con altibajos, que nos deja, sin embargo, quintos en Liga y poseedores de la tercera Copa de la Europa Ligue (por tanto, con muchos más altis que bajos). Un año perfecto, otro, para definirnos en nuestra naturaleza porque el “dicen que nunca se rinde” hemos podido paladearlo (incluso emborracharnos) en muchas ocasiones, en muchos momentos, en la fe ciega de que solo se rinde quien dejar de luchar y que hasta el rabo, todo es toro (aunque hubo alguno que nunca viera en peligro la eliminatoria y al que hay en mbiarle un saludo afectuoso). Año de luchar hasta el último hálito y vencer.

Somos nosotros, somos el Sevilla Football Club.

Es probable que una de las claves más importantes sea la que se denomina vulgarmente como “estar hechos una piña”.

[3. f. Agrupación de personas con sentido de unidad. Esta acepción ya se recoge desde principios de siglo en el Diccionario de argot común español de L. Besses (1905). Esa familia es una PIÑA]

¿1905?

El vestuario, los jugadores, hicieron piña, se confabularon para empujar todos en la misma dirección (la portería del contrario) y obtuvimos el premio, los premios, aunque estoy por sospechar que pudieron, incluso, ser mejores (la plaza de Champions estuvo en nuestras manos, o botas, con claridad varias semanas)

Incluso llegando a pensar que a algunos, en muchos momentos, lo de la piña se nos antojara literal, es decir, tirarle un buen ejemplar tostado, duro y de tamaño XXL, y darle en la cabeza a ver si ponían un poco de sangre en el trabajo, al modo Fabiano o Alves de los primeros tiempos (¡menos mal que nos contuvimos!).

Cuestionado y no siempre bien aceptado, puede que el trabajo principal, el sicológico, le corresponda a Unai Emery, al tan denostado y alabado Emery, en la sempiterna clave  sevillista de cuestionarlo todo.

De debatirnos en la excelencia.

No dejaré de insistir en ésa faceta psicológica que juegan los entrenadores. Es fundamental saber transmitir confianza y hacer que los jugadores, los que deben llevar a la práctica todo lo planificado y entrenado, se sientan capaces de realizarlo, de que valen, de que son buenos y sobre todo, de que pueden y saben hacerlo. Fundamental. La orden perfecta es: salta, diviértete y juega que tú sabes hacerlo.

Pero como dije en su momento, los resultados mandan y es de justicia reconocerle sus méritos y reconocer, también, que se ha ganado con creces su continuidad, su prolongación, su renovación al mando de la Plantilla. Es la apuesta lógica y en la confianza de que aún puede alcanzar metas mejores. Al menos, eso es lo que deseamos todos los palanganas y para ello empujaremos.

Y mayor mérito habrá que concederle a Unai Emery si consideramos que orquestaba una sinfónica renovada en buena parte, que la temporada anterior le habían desposeído de dos de sus mejores valores, que llegaban otros “melones por calar”, que administraba a gente muy joven (de valor incuestionable la mayoría… que se les suponía y con la duda, siempre la misma duda, de si iban a rendir o no), que hubo más salidas riesgosas en invierno (dejando algunos puestos en peligro manifiesto de orfandad y con un autobús de cedidos, varios sorprendentes e inexplicables) y que sentimos la gratísima sorpresa de ver crecer a otros hasta límites insospechados (a pesar de todo) Muchos obstáculos que nos atenazaban, que nos ponían el corazón en un puño y que nos obligaban a mirar con cierta desconfianza lo que hubiera de venir.

Pero los hechos y los resultados, llegaban; el Equipo jugaba (!) y ganaba hasta el extremo de pasarnos mucho tiempo, muchas semanas, sin sentir zozobra ante cualquiera fuese el enemigo, recobrando aquel “que venga quien quiera” con las sensaciones recuperadas de los años 2006 y 2007.

Ésta temporada acabada en el año 14 del siglo XXI, nos deja nuevamente en las puertas de la élite absoluta. Somos, por méritos acumulados, los mejores candidatos para saltar el escalón necesario y colocarnos ahí, en lo alto, en el primerísimo escaparate mundial, para entrar en el club selecto de los más poderosos de Europa.

Pero… no nos precipitemos. No hay prisas. Hagámoslo con cabeza y corazón y cabeza porque es mucho más interesante consolidar la fortaleza de nuestro Club, aún entre los segundos mejores, que pretender exigir un hueco frente a los que nos hurtan los dineros y por ello, muchísimo más premiados que nosotros.

Si no se logran redistribuir con justicia los beneficios televisivos, ni nosotros ni los demás (excepto dos), lograremos los equilibrios necesarios para competir en condiciones similares.Porque el “fair play” o el “respect” quedan muy bien para trasmitir valores y sin embargo ¿eso solo es aplicable al terreno de juego, a no pegar patadas y no hacerle el mono a nadie? Hay demasiado de hipocresía en el aparente y exigente control continental en las cuentas de los clubes. De algunos que de otros no.

Año en que la Banda Sonora de Nervión ha vuelto a demostrar su indiscutible liderazgo en empuje y emoción, en gargantas y corazón (en el último partido, contra el Elche, vivimos uno de los días más gratificantes que recuerdo, con un Estadio al completo siguiendo el ritmo y el compás de los BIRIS)

Honor para ellos.

Y si todo lo anterior no fuese suficiente para definir un año tan placentero, productivo y eficaz, recordemos que tuvimos un terremoto institucional de gravísimas proporciones que se superó perfectamente, sin aspavientos innecesarios (a pesar de la avalancha mediática de los mismos de siempre) y que parece que nos espoleó para archivarlo cuanto antes, para pasar página y seguir construyendo Club, el más Grande Club de Andalucía, donde las personas pasan, dejan sus huellas en el Muro de la Historia y otros recogen el testigo y continúan el trabajo.

Año especialmente grato para gritar, como siempre:

¡VIVA EL SEVILLA FOOTBALL CLUB!

Cuidaros.

Sevilla ఫుట్బాల్ క్లబ్ 1890 నుండి

P.D. 1.- Dejo deliberadamente en el tintero un buen montón de cuestiones que bien hubieran podido ser resaltadas. Pero tampoco era cuestión de alargarme demasiado porque he entendido perfectamente que 140 caracteres tienen más poder que 1000.

P.D. 2.- Y como colofón (nunca me olvido de algunos aunque a otros les desee todo lo mejor), un recuerdo a los que incumplen la Ley de los Vasos Comunicantes, porque nos han salpimentado nuestro guiso particular, con sabores exóticos especialmente intensos éste año y como la inmensa mayor parte de la Historia.

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