Saludos.
Miren:
(Foto cortesía de ABC)
Y ahora, vuelvan a mirar:
Es la misma. Estaba desaparecida y ya no lo está. Oculta entre cientos de otros trofeos, dormía plácidamente a la espera de que llegara Antonio Ramírez y la rescatase del olvido, que la adecentara y que la depositara con mimo, orgullosa, en el Área de Historia del Club.
Gracias, Antonio.
El 21 de junio de 1936 y por segundo año consecutivo, el Sevilla F.C. Amateur se proclama Campeón de España.
Agustín Rodríguez lo narraba así en su web:
“El que si hace historia es el equipo amateur del Sevilla que por segunda vez consecutiva consigue la Copa de España. Pepe Brand vuelve a ganar desde el banquillo una final de esta categoría. El Sevilla elimina al Badajoz, Carabanchel y Burjasot, jugando y ganando la final que se disputa en Mestalla al Zaragoza al que vence por 3-2, Salustiano, Palencia y Fermín marcaron los goles del Sevilla que alineó a Moreno, Badía, Jara, Félix, Duarte, Alfonso, Tejada II, Fermín, Palencia, Salustiano y Benítez.”
El diario El Día de Alicante del 22 de junio lo contaba de ésta forma:
En Vitoria, decían esto:
En Madrid:
Y el ABC de Sevilla del 30 de junio, titulaba así la cabecera de la noticia:
Y en el largo artículo donde pormenorizaban los detalles del caluroso recibimiento a los no profesionales, destacaremos algunos aspectos:
Más tarde, en los actos protocolarios de homenaje en el Ayuntamiento presidido por Fernando García de Leaniz, D. Ramón Sánchez-Pizjuan, declararía:
Pepe Brand, otrora jugador mágico y luego entrenador, integrante fundamental de la consolidación del Sevilla F.C. como el “Eterno Campeón de Andalucía”, llevó a los chavales a lo más alto desde el banquillo.
“Época gloriosa”, “escuela sevillana”, “solera sevillista”…
Trasladados luego a la Peña Sevillista, rebosante de socios, dieron buena cuenta de un espléndido lunch, con jerez y “empapantes” (sic) a discreción.
Y puestos a celebrar, se organiza, unos días más tarde, una comida en honor de los campeones porque como manda la más antigua tradición, las celebraciones por los éxitos obtenidos deben concluir en la mesa, con copas y brindis:
Todo se preparó para el evento glorioso, todo estuvo listo para ensalzar a los que con su empeño y entrega sumaron otro título más para su Club.
Pero “unos días más tarde”, trágicamente, un tal Queipo se encargó de aguar la fiesta. Como dice Antonio: “Le dio tanto coraje del triunfo que montó una guerra para evitar la celebración”.
Pero ni Queipo ni todos los llegaron después pudieron escamotearnos ésa gloria conseguida por los aficionados de la Cantera del Sevilla F.C.
Vuelvan a mirarla porque es preciosa.
Cuidaros.
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