Saludos.
Pues que me da igual lo que publiquen en Madriz, con lo que abran los telediarios y todos los programas “deportivos” radiados (locales, nacionales e interplanetarios) porque, entre otras cosas, les doy el valor que tienen. Ni un pelo mas, es decir, ninguno.
No me valen. No valen. Están viciados de naturaleza.
Y a pesar de todos sus intentos se nos ha multado como a los otros, con 602 euros, porque en el Acta Arbitral del impresentable Undiano, dice que:
“3.- PÚBLICO
Estando el balón en juego, fueron lanzados desde la grada varios balones en distintas fases del tramo final del encuentro. Dicha situación fue comunicada por mi parte al delegado de campo, con el fin de que se pusieran los medios para tratar de solucionar el problema.”
Nada especial sobre Marchena ni Diego López.
Muchas veces lo he dicho y lo diré tantas como haga falta: no les presto más atención que al tiempo en Ulán Bator para los próximos días porque al final igual no voy.
Y lo que no entiendo es el valor que a ésas estupideces (propio de estúpidos) les prestan algunos sevillistas, que les preocupe el papel, la imagen o el sonido que vendan allá, en el centro del babeo más repulsivo y sus delegaciones regionales, o que seamos portada solo por algo negativo. Como siempre, nada nuevo.
Y como son tan chabacanos, por prescripción propia, no le huelo los peitos a Ronaldo. Y la cosa esa que tienen por entrenador…
Sinn Féin.
¿Saben qué? Me importa bien poco que solo nos saquen para el folklore. Bien poco porque siempre ha sido así y lo seguirá siendo. No obstante, ya los veréis paseando por el Real la semana que viene. A todos ellos.
¿Saben? Me alegro de que la Copa del Rey (bandeja a partir de este año), sea ahora importante. Para mí ya lo era antes porque es el título con más historia: Campeón de España. Solo me produce una sonrisa y un “a pasar por el aro, gañanes”. A pasearla en autobús y a llenar las calles con miles de adeptos.
Como nosotros.
Por el aro.
¿Saben qué? Se les nota demasiado el “canguelo”, el miedo a que en igualdad de condiciones, sean como cualquiera. A que sin los medios (y sus ríos de millones) se vuelvan mediocres. A que no puedan comprar la joyita más brillante de la tienda y que tengan que “currarse” el mercado.
Como cualquiera.
¿Saben? También me importa un pepino que tengan su historia porque yo se de qué forma la escriben. Perfectamente. Y se como la han escrito siempre, en qué se apoyaron, cómo se rodean de todas las artimañas y cómo se llevaron siempre a los mejores, reforzando y debilitando a la vez, porque sus carteras siempre están llenas con lo que les hurtan a los demás.
¿Saben también? Ni de cachondeo les tendré en cuenta que traten de demonizar a Cristóbal Soria.
Todo esto lo saben allá y no hay día que no le den una vuelta a la tuerca. Y yo seguiré sin caer en sus trampas.
Porque… ¿saben qué? Yo soy del Sevilla.
Cuidaros.