Saludos.
Hoy puede que haya comenzado un futuro mejor.
Tal cual anunciaba en mi entrada anterior, hemos asistido a una reunión que quizás esté escribiendo la primera página de la nueva Historia del Foot-Ball sevillano.
Debo, en justicia, agradecer la idea, la acogida, el trato y las atenciones de que hemos sido objeto. Chapó, amigos béticos, porque hoy nos habéis demostrado la clase que atesoráis y porque ha sido un día pleno, intenso, amable y todo el tiempo cariñoso.
Nivelazo de los contendientes y aunque tuvieron una baja imprevista -Rafael tuvo que retirarse apenas iniciado el debate por enfermedad-, Íñigo y Enrique supieron mantener el coloquio a la altura de lo esperado.
Ha sido un debate limpio, sincero, honrado y culto porque los de la mesa son, sin duda alguna, grandísimos historiadores y sapientísimos investigadores de las historias de nuestros Clubes.
Felicidades a todos.
El lugar -la casa de Enrique y en un sótano plagado de beticismo-, ha sido perfecto.Atesora una enorme colección de motivos verde y blancos y para un bético, una satisfacción descomunal. Me pregunto si el museo del Real Betis tiene algo parecido.
Roberto Arrocha, de ABC, moderó de manera excelente y todo el coloquio se deslizó como la seda. Hubo, como no podría ser de otra forma, momentos de cierta tensión aunque, debo añadir, con la lógica de un primer encuentro y con la perspectiva de comenzar la enorme tarea de reescribir una Historia del Foot-Ball de nuestra ciudad. Historia que no siempre ha sido fiel a los hechos reales.
Pero ésta inicitiva -que en un principio podría haber parecido un desafío difícil de digerir por una parte de nuestras aficiones-, que aceptamos de buen grado, nos ha demostrado que la buena voluntad existe, que las diferencias solo deben ser deportivas y que las personas están, siempre, por encima del resto de cuestiones.
Hoy, amigos béticos, nos habéis dado una lección.
Hoy, amigos béticos, recogemos el guante y nos preparamos para el partido de vuelta en nuestra casa.
Y si todo sigue como deseamos, tendremos muchos encuentros para intentar, de una vez por todas, que sean los documentos los que hablen de nuestros pasados. Un pasado unido, inexorablemente.
Gracias a todos los asistentes, a Enrique por prestarnos su hermoso museo particular, a los suplentes y a la magnífica comida con que nos obsequiaron después.
Nos habéis puesto el listón muy alto, amigos.
Cuidaros.
1 comentario:
Me alegra muchísimo leer lo que acabo de leer, de verdad, la rivalidad solo debe existir en el terreno deportivo.
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