Saludos.
Ustedes perdones, señores de Madrid, por haberles ganado éste partido.
Perdonen por la afrenta al poder establecido y por salirnos tantas veces, de vez en cuando, del guión que se escribe en La Liga y en los dos despachos principales.
Vuesas mercedes habrán de considerar que décadas de abuso descarnado y sistemático tengan, de vez en cuando, una canita al aire, un día de asueto. Una pequeña fiesta privada en un rincón del sur, a vuestra costa.
Si, somos conscientes de que esto nos hará sudar sangre en el futuro, de que el absolutismo que llevan practicando e imponiendo desde 1928 no concede ventaja alguna, acapara todo el aire y asfixia a (casi todos) los demás, que no permite relajaciones porque… ¡hay tanto (dinero) en juego!
Y el dinero es el síndrome de Diógenes del capitalismo. Como en el fútbol.
Sabemos que tomarán medidas (para hacernos el traje) y que tratarán el asunto como asunto de Estado porque la Marca España (la marca Madrid, tanto monta) ha quedado en entredicho. El mundo ha visto que los dioses pueden ser vulnerables, que sangran por las heridas, que se puede apostatar de la religión oficial de todas las Españas y seguir vivos y eso, lo sabemos, no nos lo perdonarán nunca. Tantos millones de heridos de la galaxia láctea reclamarán venganza y vosotros, señores de Madrid, les darán cumplida satisfacción en todas las formas imaginables, en todos los escenarios, de las mil maneras de torturas que conocen y aplican desde entonces.
Ya saben que hay provincias rebeldes en el Imperio Blanco que os dicen al oído: recuerda que eres mortal.
Era, la de ayer, una fecha especial para nosotros porque cumplíamos un siglo y un día de nuestro primer título oficial como Club. Era la celebración del aldabonazo primero del Eterno Campeón de Andalucía, del Dominador del Sur. Fuimos, en 1890, los presentadores del foot-ball al país y lo fuimos en ésta apartada orilla que no en el ombligo patrio. Ya entonces comenzamos a faltaros el respeto, señores de Madrid. Como ayer.
Y ayer, para celebrar ése centenario, nos regalamos un banquete en el restaurante más exclusivo del mundo y con un plato exquisito como pocos. Salud.
¿Oís insultos en nuestro Estadio? Sí, yo también, desgraciadamente. Habéis establecido un sistema de escuchas selectivo y un tribunal especial para nuestro Equipo que no encontramos en los demás campos. Es una de las herramientas de tortura. Y si me dicen que eso solo ocurre aquí, señores de Madrid, tendré que insultaros grandemente yo también. Mentís y mentís a sabiendas de que mentís porque para vosotros, la hipocresía es modo de vida. Debajo no hay nada, solo miedos.
Pero los insultos, los reprobables insultos de un partido, los que se escuchamos en todos los estadios, en todos, son solo una modesta manifestación, tan humana ella aunque suene tan mal, de repulsa al auténtico insulto que representáis vosotros, señores de Madrid.
En toda la formidable batería mediática que controláis y manejáis (poderoso caballero) cantan dolidos al mundo que el Madrid ha perdido y se rasgan las vestiduras. Miren a ver cuántos dicen que el Sevilla ha vencido. Miren, miren. ¿Veis el insulto ahí?
¿Insultos? Vosotros sois el insulto permanente, un anacronismo que tendréis que mantener a toda costa porque, lo sabéis y lo sabemos, en auténtica igualdad de condiciones lo mismo no sois tan poderosos. Igual no lo sois.
Sin la propaganda, sin La Liga, si los dineros que hurtáis a los demás y sin los árbitros (que como humanos, cometen errores generalmente contra los otros), igual no sois tan grandes como pretendéis.
Ayer os bajamos el balón al suelo. Ayer os pisamos un callo.
Ayer blasfemamos.
Y a pesar de ello, la provincia piensa seguir resistiendo.
La tribu de yonquis y gitanos, los vándalos de la Vandalucía de ésta parte del Imperio, andamos conjurados desde hace 127 años en ser nosotros, en creer en los nuestros, en no achantar la cabeza nunca y pelear hasta el final.
Ustedes perdonen, pero que se pudra el imperio.
Cuidaros.
SEVILLA FOOT-BALL CLUB DESDE 1890
5 comentarios:
Saludos.
Muchísimas gracias pero, me disculpará, no publico mensajes anónimos cualquiera sea su sentido.
Gracias.
Cuídese.
Fantástico post, no le quito ni una coma, verdad tras verdad.
Conocí a un José Manuel Ariza en mi época de estudios (no recuerdo el segundo apellido), pero sí que pasamos buenos momentos.
Gracias por poner en palabras tan bonitas lo que sentimos la mayoría de los Sevillistas.
Saludos!
Mariló Monteseirín.
Amen
Saludos, Mariló.
Gracias, de verdad.
Dudo que coincidiéramos (de niños o adolescentes) porque cuando yo andaba estudiando, nos tenían perfectamente separaditos a las chicas y a los chicos.
No obstante... ¿estudiabas Magisterio? Entonces si que es posible.
Gracias y cuídate. Y viva el Sevilla.
Saludos.
Gracias, Francisco Manuel.
Cuídate.
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