miércoles, 11 de junio de 2014

FELIPE VI, EL PREPARADO

 

Saludos.

Imagino que igual que me ha ocurrido a mi, la abdicación de Juan Carlos ha pillado por sorpresa a casi todos sus “súbditos” (lo somos nos guste o no). Tan sorpresa que el Gobierno ha debido elaborar y aprobar una Ley a marchas forzadas, con nocturnidad y alevosía, para darle forma a la figura de un rey abdicado, asunto que no estaba recogido en la Constitución (299 votos a favor, 23 abstenciones y 19 noes) y la protección judicial inherente lo que constituye, por sí mismo, una declaración directa (subliminal también) de que había que aforar al rey necesariamente. Puede que sea la manera de poner el parche antes de que salga el grano. Grano que, presumo, no aparecerá nunca porque para eso es el parche.

[Cuestión adicional: ¿la reina Sofía también abdica? Llevado al límite, podría verse un número divertido]

Pero las monarquías no son asuntos novedosos y sabemos que su hijo varón (Ley Sálica por lo que se impone a sus dos hermanas mayores) se alzará con la corona en pocos días y reinará como Felipe VI.

Felipe, por otra parte, no necesitará modificar la Ley de Sucesión (si es que tuviera intención de hacerlo) porque solo tiene dos hijas y a menos que naciera un tercer descendiente varón, la mayor, Leonor, será reina en el futuro salvo República que lo remedie.

Un querido y admirado amigo me decía hace poco que consideraba que el futuro rey Felipe estaba “suficientemente preparado”. No es el único que así habla.

Probablemente sea la frase más leída y escuchada desde que Juan Carlos hizo pública su renuncia y desde casi todos los ámbitos sociales y políticos. Los continuistas del modelo monárquico, la mayor parte, lo repiten si cesar para significar que el proceso de sustitución es seguro, adecuado, fiable y quedará en buenas manos.

En ésa “mayor parte” deberemos incluir, sin rubores, a un inmenso porcentaje a los que el asunto les trae al pairo por indiferencia, por falta de información (exceptuando la telebasura) o por genuino interés (las minorías gobernantes y las clases favorecidas de la sociedad a los que el modelo ha servido bien).

Sin embargo y de manera inevitable, surge la pregunta: ¿preparado para qué?

La respuesta obvia sería: para ser rey.

Tan fácil y tan complejo. Pero hay más preguntas y hay muchos que se las hacen.

¿Cómo se prepara un rey? ¿Existen escuelas o universidades que expidan títulos en ése doctorado?

Sabemos que ha tenido una educación superior (relativamente) porque pertenece a la clase más alta y ha tenido los medios necesarios. Educación, por cierto, en centros privados (la mayor parte de ellos) a los que la inmensa mayoría de los súbditos de su padre no ha tenido ni tendrá acceso jamás. Sus programas de estudios siempre estuvieron convenientemente configurados para que adquiriera nociones de distintas áreas (derecho, economía y relaciones internacionales). Ninguno íntegro, como el resto de los mortales.

Ha estudiado en las tres academias militares en desigualdad de condiciones que los demás, en tanto que no cumplimentó los ciclos completos y no ejerció el mando ni obtuvo destinos, tal cual se les exige a los futuros jefes y oficiales de los ejércitos.

Y ha representado a la corona en infinidad de actos sociales y políticos, dentro y fuera del país, con lo que habremos de considerar que puede ejercer de primer embajador español en cualquiera sea el foro y sin causar, todavía, episodios lamentables como su padre (esperemos que no mande callar a nadie, que no mate osos borrachos en Rusia, que no se rompa algo cazando elefantes en África, que no se vaya a esquiar sin avisar, que no se pegue escapaditas en moto, que no viaje con alguna querida o que sus asuntos económicos no sean fuente perpetua de sospechas e inquietudes sociales, estupendamente bien camufladas).

No obstante, habrá que considerar que puede que sí tenga una formación transversal (ligeramente) mejor que la mayoría de los representantes políticos que nos asolan y cuyo nivel medio es deprimente, desmoralizador y enervante.

Considerar, también, que es alto, delgado y en aparente buena forma física (y su mujer, futura reina, muy fina); que luce estupendo de uniforme; que desfilará recto unos cuantos años; que tiene buena pinta, no lo neguemos, porque comparado con su padre en los últimos tiempos…

Pero… ¿qué requisitos debe tener un rey?

Yo, a éste señor, no lo he visto debatir nunca nada ni con nadie. No sé exactamente qué puede decir a los ciudadanos pobres, a las clases sociales de abajo, a los desfavorecidos (él que nació en cuna dorada y que jamás tuvo, ni tendrá, que buscar trabajo o pan para alimentar a los suyos). No sé qué le dice al Presidente del Gobierno para que redistribuya la riqueza con justicia (todos súbditos, no lo olvidemos), qué órdenes impartirá (será rey) para solucionar el paro, la educación, los hospitales…

A lo sumo, algunas entrevistas aisladas, ocasionales y trucadas (éstos no se prodigan mucho ciertamente), en las que elabora discursos de una corrección política pasmosa. Guiones perfectamente estudiados para ofrecer la cara amable y campechana (como su padre), educada, cercana, sincera… hierática aunque se esfuerce a ratos, en un lenguaje que no alcanza a la inmensa mayoría, que solo entienden los iniciados y que causa el mismo desasosiego que los de aquellos representantes políticos que decía. El mismo porque significan lo mismo.

Pero es el “candidato de consenso”. Es cambiar para que todo siga igual. Es más de lo mismo aunque esté “perfectamente  preparado” porque así lo deciden “sus” súbditos. Los suyos.

Voto-espermatozoide

(imagen blogs.20minutos.es)

Cuidaros.

3 comentarios:

MARCU dijo...

Entre el Rey y el Príncipe, la Reina y las princesas, los nueros y las nueras, el nivelito de los parlamentarios de derechas, de izquierdas, de centro, de arriba y de abajo, los corruptos del Norte, del Sur, de Este y del Oeste...y sobretodo del Centro, las televisiones, las emisores de radio, la prensa...¡¡¡Dios mío!!! ¿Hacia dónde vamos?

¡¡Tanto luchar por aquéllo para llegar a ésto!!

Cordialidad para Vd.

MARCU dijo...

Entre el Rey y el Príncipe, la Reina y las princesas, los nueros y las nueras, el nivelito de los parlamentarios de derechas, de izquierdas, de centro, de arriba y de abajo, los corruptos del Norte, del Sur, de Este y del Oeste...y sobretodo del Centro, las televisiones, las emisores de radio, la prensa...¡¡¡Dios mío!!! ¿Hacia dónde vamos?

¡¡Tanto luchar por aquéllo para llegar a ésto!!

Cordialidad para Vd.

Jose Manuel Ariza dijo...

Saludos.

Sin duda, D. Marcu. Sin duda.

Nos dejamos la piel por el camino solo para contemplar que otra vez, de nuevo, los parias siguen siendo parias y lo serán siempre.

Gracias.

Cuídate, amigo.