Saludos.
“Cuidaros y cuidaros de lo que pueda suceder mañana por la noche”
Narra Plutarco que Julio César fue advertido por un vidente de que los Idus de Marzo no le serían propicios. No lo fueron.
Los Idus eran días favorables para cualquier iniciativa y que el calendario romano situaba en los 15 de marzo, mayo, julio y octubre y en los 13 de los demás meses.
Los 29 de septiembre, por tanto y a pesar de que no creamos en las supersticiones porque den mala suerte (sicum dixit Yovi), no se deben, por ejemplo, acometer contiendas, bodas, batallas, negocios o… partidos de fútbol.
Porque César, en llegando el día fatal, dijo al vidente: “los idus de marzo ya han llegado”. El otro (que por ser vidente debió merecer más respeto y a los hechos me remito), repuso: “si, pero aún no han acabado”.
La paradoja está servida.
Y no acabarán porque si suman los días buenos posibles (doce días 13 más cuatro días 15), el resto del año puede ser deprimente, desastroso, mortal.
Nada es posible oponer al Destino cuando te viene cruzado, cuando te mira mal o no te mira o cuando los dioses ya han pactado tu existencia y no puedes, humano miserable, oponerte a tan altas instancias, a sus designios, a sus deseos y caprichos y por eso determinan que se juegue un 29 de septiembre.
Nada porque debes recorrer el pasillo de la muerte sabiendo lo que te espera al final aunque, tristes humanos, siempre te quede la esperanza del indulto en el último instante, de que durante muchos minutos saborees la libertad, el gozo de saberte sano y a salvo, triunfador, libre...
…pero esto no es Hollywood. Esto es la mejor Liga teatral del mundo en escena, representando la tragicomedia de cada fin de semana y al final los filos cumplen su cometido y el señalado sucumbe con brutalidad.
Te advertí, César, a pesar de que yo no sea adivino, clarividente, agorero, augur o nigromante. Soy tan víctima como tú porque los cuchillos se me clavaron igual que a ti y sangré como tu.
Porque no hay que ser visionario para saber que perderás éstas batallas, que las fuerzas ocultas son muchísimo más poderosas de lo que imaginas y de que todo esté sometido al imperio de los denarios.
Hubo una distorsión en el tiempo el pasado 15 porque sin ser de los meses elegidos, era 15 (al fin y al cabo) y el dios encargado de observar las fechas anduvo despistado. Una distorsión que el Bruto de turno equivocó y no detuvo a tiempo. Un error que no volverá a ocurrir y no ocurrirá. No ocurrió ayer.
Es impotencia.
Es luchar contra un Destino cruel, megalómano y terrible al que no agradas.
Es monipodio exacerbado.
Es la fatalidad.
¿Por qué nadie invoca a Marte? ¿Por qué aparecemos como cómplices de Bruto? ¿Por qué permitimos que los mateus nos ajusticien inmisericordes? ¿Por qué sabemos que pereceremos y no hacemos nada por evitarlo? ¿Por qué seguimos siendo colaboradores necesarios de la infamia?
¿Por qué rendimos pleitesía al poderoso caballero a pesar de que nos saqueen las arcas?
Cuidaros.
P.D. Con todo mi cariño a mi amigo Marcu, tan víctima como yo mismo de la adversidad y del parco sol que nos iluminó un día.
2 comentarios:
2 es más que 36, si 1 es más que 36 ¿2 es más que 1?
Un abrazo.
Saludos.
D. Dragos... que me acuchillen si soy capaz de responder a tu cuestión.
Yo soy de letras. Lo siento.
Gracias.
Cuídate siempre.
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