Saludos.
Son imprescindibles para el buen funcionamiento del órgano que bombea la sangre. Son sístole y diástole. Son la vida…
Es el Corazón.
Lleva más de 122 años latiendo a buen ritmo aunque hubo largas etapas de arritmias y anemias, de delgadeces extremas, de peligros ciertos y de cuidados intensivos… pero el organismo resistió, se hizo cada vez más fuerte y se inmunizó.
Creó su propio campo de fuerza, su zona de influencia, su espacio vital y nunca permitió que intereses espurios contaminaran su salud a pesar de los ataques continuos y continuados, del asedio constante, de tener que fortalecer cada día las defensas para evitar infiltraciones tendenciosas, perversas y destructoras.
Supo, siempre, dotarse de los mejores cerebros para gobernarse cualesquiera fuesen las circunstancias, las agonías, los altibajos, las recaídas… porque millones de neuronas y de glóbulos blancos y rojos así lo quisieron todos juntos, todos empujando en la misma dirección.
Son la sangre que fluye por sus venas. Son el pulso y el ritmo. Son la vida.
¿Qué fue antes: el huevo o la gallina?
Algo no cuadra porque tantas décadas de combate contra los agentes externos no se destruyen con los internos. No puede ser.
Una forma de animación perpetua no justifica ningún exceso y los excesos no justifican la represión indiscriminada. Ni todos somos culpables ni todos somos inocentes. Siempre debe haber justas medidas.
El ritmo.
Jamás me gustaron algunas actitudes de los Biris y así lo escribí en su momento y en más de una ocasión. Ahora lo repito: no me agrada escucharles insultar a otras aficiones, vistan del color que vistan, porque quiero pensar que debemos esperar el mismo respeto que prodiguemos y aunque no se diera de la otra parte, nosotros somos los que somos, no los demás. Más aún, a las estupideces que nos hacen caer en trampas emocionales (léase caso Puerta y el Atl. de Madrid, por ejemplo), no podemos declararles tan fácilmente que nos pueden hacer daño cuando quieran porque eso es mostrar que somos débiles y señalarles por dónde deben meter el dedo. Me niego.
No me gusta tampoco que una banda de energúmenos, amparados en una de las mejores aficiones del mundo, sin dudas de ningún tipo, vayan por ahí pegándose con todo bicho viviente. NO ME GUSTA. Y reto a quien quiera para que me convenza de que debe ser así. Desafío, quiero un desafío para que me expliquen en qué tienen razón, por qué deben hartarse de pegar palos y de recibirlos, en qué nos beneficia romper narices, bocas, dientes…
¿Qué méritos tiene eso? ¿En qué nos hace más grandes? ¿Por qué regalamos titulares tan fácilmente? Se lo servimos en bandeja al enemigo.
¿Ninguno de éstos animales se paró a pensar en que la única bofetada posible, si manos, es meterles varias veces la pelota entre sus redes? ¿Que no hay nada mejor que quedar por encima en el marcador? ¿Que no hay nada que reivindique tanto como el casillero de los goles?
Los goles nos hacen saltar a todos unánimemente. Las bofetadas no y no hay que decir nada porque con una media sonrisa se hace toda una declaración de principios, un sello, una impronta. La única pegada exigible es la deportiva, con el balón entre los pies, con la Historia y con los Títulos. Cualquier otra idea es FALSA.
El pulso.
Son los gestores, son los que conducen la nave y se espera de ellos los cálculos razonados y razonables para evitar encallamientos. Están ahí porque deben saber hacerlo y demostrarlo. Son, ante todo, mente frías y analíticas, con capacidades inmensas para soportar vendavales de presiones, desde todos los vértices, para superar las pasiones que a los demás se nos permiten. A ellos no. No deben. La reacciones deben ser controladas y no situarse en el mismo plano de igualdad porque debe haber diferencias visibles.
Todas las generalizaciones son injustas. Todas. Que tuviéramos un dictador casi cuarenta años no nos hizo fascistas a todos los españoles. Ni de broma.
Aplicar grandes soluciones para pequeños males no es propio. Sobre todo si son desmedidas, si pagan justos por pecadores, si el problema de unos pocos nos condena a todos los demás, a la inmensa mayoría (que todo se andará), porque no supieron ejercer y atajar los que se sabía que estaba ocurriendo, lo que se había demostrado muchas veces, con hechos confirmados hasta la saciedad y por los que hemos pagado muy caro.
Hay culpables identificados por arriba y por abajo y eso no debe ser café para todos. En ninguna de las direcciones.
Faltan unas horas para que comience el nuevo curso y me niego a pensar que la fractura interna esté servida, que pulso y ritmo caminen por rutas distintas.
Es el corazón y lleva todo dentro. Todo en una sola dirección.
Cuidaros.
3 comentarios:
M A G I S T R A L Y ahora me acuesto que tengo que madrugar,despues de haber leido esto y con el subidón que tengo,mañana me como yo al encargao en el desayuno con un descafeinado,un fuerte abrazo hermano,eres muy grande ¿te lo habia dicho alguna vez?
No quiero pensar que la brújula que siempre indica el Norte, se haya averiado y con ello perdamos dicho punto cardinal.
¿Tan dificil es practicar RESPETO?
¿Tan dificil es sentarse a una mesa y dialogar en vez de imponer?
¿Tan dificil es el entendimiento?
Me siento triste. Como jamás lo estuve en mis larguísimos años ejerciendo de sevillista.
Odio el insulto y la violencia.
No quiero, no deseo que ésto me aleje de mi casa, de mi estadio.
Cordialidad total para Vd. y mis disculpas por mi ausencia.
Saludos.
Hermano, ¿nos medimos? Creo que tu eres un poco bastante mas grande que yo.
Marcu, quizás debiéramos pedir alguna definición de RESPETO. Me temo que es un concepto que hace tiempo que no se imparte en los colegios. Sobre todo si eso significa menoscabo de tus intereses. De los que sean.
El sistema nos hace agresivos, no lo olvides.
Gracias.
Cuidaros.
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