VUELTA A CASA

Saludos.

Hacía muchos años, demasiados, que no pisaba el Sánchez-Pizjuan en partido oficial.

Un mal día me detectaron un pequeño fallo de salud y una orden tajante y dolorosa, de un médico sevillista, me quitó de la grada: no debía volver al Campo.

Y es por eso que no iba a verte.

Solo una vez me salté el mandato –estábamos en Segunda- para acudir al Estadio Colombino. Ganamos 0-1 y tuvimos que salir por patas.

Me despedí, por tanto, con una victoria y ahora vuelvo con otra magnífica -Sevilla 3  Barça 1- porque es demasiado tiempo de estar fuera, de no sentir, de no vibrar, de no oler, de no escuchar los noventa minutos de los Biris y de no cantar goles junto con las miles de gargantas de mi mismo color.

Demasiado tiempo.

Estuve meses meditando y pensando que si hubiera de ocurrirme algo, el Sánchez-Pizjuan no es mal sitio y que después de los últimos años, en que me perdí la etapa más brillante de Mi Equipo en toda su Historia, ya iba siendo hora de estar allí, con los míos.

Y que el Destino juegue su carta.

Vuelvo a casa y lo hago por la puerta grande.

Vuelvo a Nervión para quedarme.

¡Hasta la Muerte!

Cuidaros.

P.D. Perdonadme porque durante unos segundos, tras el primer gol, me quedé esperando la repetición.