Perdóname, maestro, por tardar tanto en despedirte, por ser tan ciego y por tener otros evangelios, como tú y como tantos otros nombres de ésta isla.
Me sumo a tu despedida por esta irreparable pérdida.Nos deja su persona.Nos queda su palabra.Gracias Maestro.
Me sumo a tu despedida por esta irreparable pérdida.
ResponderEliminarNos deja su persona.
Nos queda su palabra.
Gracias Maestro.