UNA REFLEXION DE LA JORNADA

 

Saludos.

Se llama derrota en toda la línea. Es un término militar antiguo, de cuando los ejércitos se enfrentaban en el campo de batalla, cara a cara, que indica que uno de ellos batió al otro en todo el frente de combate.

Hay muchas frases análogas para definir el hundimiento de una fuerza (política), cuando los opuestos le vencen en prácticamente toda la contienda (urnas).

El PP, posiblemente, ha recogido una cosecha inusitada con muchísimas “ayudas” exteriores: crisis económica, paro, política errática, corrupción (en igualdad de condiciones, se castiga mucho más a la del partido del Gobierno) indefinición, terrorismo…

Recordemos que por mucho que pretendan desde el PP querer convencernos de que harán una política muy distinta (lean los programas que presentan y analicen las supuestas diferencias con los del PSOE porque verán que hay demasiado de estética y poco de calado), el sistema no les deja mucho margen de maniobra. El sistema, el modelo, no se nos olvide.

Presumo que de haber estado gobernando el PP, hubiera tomado (quizás antes, ciertamente), las mismas medidas que ha tomado el PSOE. Puede, incluso, que más duras aún. Y ayer, estoy convencido, hubiera ocurrido lo mismo pero al revés.

Pero como casi siempre, el enemigo de nuestras cuitas es el gobierno. Se llame como se llame. Y el PSOE se ha desgastado a conciencia (solo y en compañía de otros), se ha quemado, le falta contenido, da demasiados palos de ciego y sufre de incontinencia verborréica galopante en un país donde las formas pueden llegar a ser determinantes.

Me permito pegar ahora un comentario de mi amigo Cornelio (en el magnífico blog de Tántalo) que clarifica muy mucho el significado de los votos en las modalidades de blanco, nulo y abstención:

“Los representantes, ya sean diputados o concejales se reparten en España, de acuerdo con una Ley de proporcionalidad.

Esta ley se basa en el número de votos válidos a cada candidatura, por lo tanto, igual cuenta, el nulo, la abstención.

El voto "en blanco", al ser un voto válido, para lo único que cuente es para elevar el "corte".

Se realizan tantas divisiones como número de representantes haya. Es decir del número de votos a cada candidatura se divide por, 1, 2, 3, y así sucesivamente por el número de representantes.

Cada cociente "significa" el número de votos para cada asignación. Así que el primer representante irá para el partido más votado y el segundo (salvo que doble al otro y su nº de votos/2) para el segundo más votado. Así sucesivamente.

Existe un porcentaje mínimo para poder jugar, que está fijado en el 3%. Es decir, que una formación que no alcance el 3% por de los votos válidos no entra en las cuentas.

Esto quiere decir que mientras más alta sea la abstención, menor será la nota de corte, con lo cual, pese a lo que algunos quieren hacer ver, a mayor abstención más posibilidades de obtener representación de los partidos pequeños.

Eso sí los votos nulos favorecen a las candidaturas "pequeñas", ya que no influyen número mínimo de votos para alcanzar ese 3%.

El artículo 163 de la Ley Electoral dice:

1. La atribución de los escaños en función de los resultados del escrutinio se realiza conforme a las siguientes reglas:

a) No se tienen en cuenta aquellas candidaturas que no hubieran obtenido, al menos, el 3% de los votos válidos emitidos en la circunscripción.

Con la Ley Electoral, en término de necesidad de número de votos, la abstención "favorece" a los partidos minoritarios, ya que se rebaje el "corte" del 3%.”

A tenor de los resultados que hemos podido ver de las elecciones de ayer, donde las iniciativas del 15M solo han cosechado éxitos más que relativos (porque me dio la impresión de que no se explicó bien la mejor manera de votar para alcanzar o acercarse a los objetivos), todo parece indicar que los votantes siguen optando por los dos partidos mayoritarios y con números altísimos.

Parece que ha podido más el voto de castigo al PSOE antes que la búsqueda de alternativas mejores al sistema.

No obstante y sin entrar a valorar el origen incierto de la “movida” ni de los más beneficiados por ella, que de ambas cosas tengo mi propia opinión  (y que no escribo por respeto a quienes se han volcado en ése proyecto), sigo sin saber qué esconde realmente algo así porque el sistema, el modelo, no se cuestionaba.

Y ahí puede que esté el error  ya que cambiar el sistema con las armas del sistema y dentro del sistema es, como poco, ilusorio y complicadísimo.

Conste que no estoy pidiendo una revolución armada. No llego a eso. Pero hay alguna fórmula capaz de hacerles verdadero daño en SU modelo.

Todos los políticos, todos, de todos los partidos, han estado pidiendo “participación” con insistencia, machacona y reiteradamente, cansinos ellos, porque saben que solo  la abstención les hace daño.

Vota, lo que sea, pero vota. Justifica el modelo. Justifícalos a ellos. Viven por, de y para esto.

Pero ya saben que yo soy un algarivo.

Y que no voto.

No todo es perfecto en mi.

Suerte a todos. Suerte porque el ensayo ha salido aceptablemente bien. Quizás nos volvamos a ver las caras dentro de dos años. En las setas o en otro lado.

Cuidaros.

P.D. Cornelio, te debo una servesita.