jueves, 22 de mayo de 2014

LAS DEUDAS DE LA HISTORIA

 

Saludos.

El título que encabeza mi artículo quizás pudiera haber sido perfecto para un libro, un tratado en sevillista (siempre en clave de sevillismo), en el que se narraran las peripecias de un Club con 124 años de existencia y los despropósitos que ésa Historia, la buena, nos ha proporcionado. Los aciertos también.

Pero afrontar la tarea de escribir ése libro está lejos de mi alcance. No poseo, sobre todo, la constancia necesaria, las fuerzas y la capacidad exigida. No soy escritor, aprendiz en todo caso, aunque me encante plasmar cosas sobre el papel y sobre la pantalla.

Hubiera debido ser un libro donde se contemplaran los momentos más álgidos de las claves deportivas del Sevilla F.C. y que el Destino (Ananké o como queramos llamarlo), se encargo de no satisfacer, de malograr, de penalizar por razones que a todos se nos escapan.

El Sevilla Football Club nació el 25 de enero de 1890 en la Dehesa de Tablada, dentro del Hipódromo. A pesar de todas las controversias surgidas desde que el Sevilla (y su Área de Historia) documentaron el hecho, lo cierto es que el próximo año cumpliremos el 125 aniversario de nuestra Fundación.

[No he encontrado ninguna forma de denominar éstas “bodas”, sabiendo que las de los 75 son las de “platino”. Parece que nadie ha alcanzado tanto tiempo de relaciones]

Hablamos, por tanto, del segundo Club más antiguo de España y, también a pesar de las polémicas, sin sentido ciertamente, el primero en constituirse para jugar solo a fútbol.

De un Club que inventó la solidaridad en el deporte del balón con los pies, celebrando un partido a beneficio de los damnificados por el terremoto de Messina (28 de diciembre de 1908).

Hablaríamos también del inventor de la Escuela Sevillista que, por extensión, se aplica a los demás equipos hispalenses. No es cierto de ninguna de las maneras. Nuestros vecinos y rivales, en su momento más álgido en la historia común (temporada 1934/1935 cuando ganaron la Liga), era un Equipo plagado de jugadores vascos, del norte, de poderío físico frente a la técnica y el preciosismo sevillista.

Conviene recordar ahora, significativamente y para que nadie se llame a engaño, que están perfectamente documentadas las diferencias que había entre el fútbol inglés y el escocés. Dicen los cronistas que el primero era fútbol directo, veloz y con largos desplazamientos de balón y jugadores. Del segundo, que era fútbol de triangulación, de filigrana, de precisión en el pase. Sorprendentemente, ésas eran las armas que mostró el Sevilla, el de la Escuela Sevillista, cuando maravilló en Madrid. Y curiosamente, el que enamoró a Juan Armet de Castellbí, “Kinké”, a tal punto que abandonaría su Cataluña natal (donde era, junto a sus hermanos, footballista sobradamente conocidos), para bajarse al sur, a Sevilla y al Sevilla, y donde de convertiría en figura legendaria para el sevillismo.

Pues miren por donde, el primer Presidente del Sevilla y el primer Capitán, eran escoceses: D. Eduardo Farquharson Johnston y D. Hugo MacColl figuraban entre aquellos pioneros (la mitad ingleses y la mitad españoles) que inventaron nuestro Club a golpe de remos y dándole sentido a todo lo que llegó después. Y marcaron la línea a seguir en todos los órdenes y para todos.

Habría que recordar a la “Línea del Miedo”, a la “Delantera de Cristal”, a la “Delantera Stuka”…

Señalar con énfasis, que en los primeros 116 años, el Sevilla Football Club logró, entre otros títulos, 17 Copas de Andalucía de 20 ediciones, cuestión que, por razones que nunca llegaré a entender del todo, no han sido suficientemente reivindicados a pesar de la importancia que tuvieron entonces.

Volvamos a no engañarnos: al Sevilla Football Club, desde fuera, se le denominó el “Eterno Campeón de Andalucía”. Jamás hubiera llegado a imaginar el inventor de la frase que, al modo Guttmann, su premonición se cumpliría y prolongaría en el tiempo. Para siempre y hasta hoy mismo, con distancias que se siguen ampliando.

Un Sevilla que a pesar de las bobadas que se pueden leer y escuchar por ahí, es fruto indiscutible, unánime y solidario del apoyo incondicional de sus socios (imposible de otra forma); un Sevilla que jamás recibió favores institucionales (ésas bobadas alcanza valores épicos en depende quién) y hubo de costearse sus Estadios, todos, aunque ello le sumiera en décadas de penumbra deportiva; que supo  parar siempre a los perversos mercantilistas porque las personas pasan, los nombres pasan… pero es el Club el que perdura. Hay muchos que jamás entenderán éste relación, éste valor, ésta forma existencial de entender una Pasión y por ello viven sus tragedias eternas.

El Sevilla contó en sus filas con Maradona, Suker, Polster, Zamorano, Simeone (si, Simeone), Baptista… Bilardo. Entre otros muchos , “inventados” aquí para eclosionar allí y no me extenderé demasiado porque la lista es larga y conocida por todos.

Que debería poseer en sus vitrinas otros tres títulos de Liga.

Pues ése Sevilla que en 116 años presenta un palmarés sorprendentemente escaso, llegó a 2006 y le dijo a la Historia: esto debe cambiar. Es demasiado tiempo para no haber recogido los réditos, para que nos paguéis los intereses, para recaudar las deudas que arteramente nos habéis hurtado más de un siglo a pesar de que hicimos méritos más que suficientes. Que somos el Equipo que en siendo campeón de Segunda, se le robó su derecho a subir. Que nos habéis maltratado demasiado tiempo.

Y la Historia escuchó. Y la Historia pagó el débito tan antiguo y sangrante porque es de Justicia.

La Historia nos lo debía y llegó la hora de cobrar.

Solo en ocho años, el Sevilla ha superado con creces el valor relativo de todos sus triunfos anteriores y a niveles europeos.

Y ha sido DOS veces seguidas, el Mejor Equipo del Mundo.

En ocho años (2006-2014), el Sevilla Football Club (díganlo en inglés, sin reparos, porque es nuestro nombre y porque nos crearon desde allí estando aquí), ha acumulado cuatro títulos continentales de importancia mayúscula. Un Sevilla que se alza entre el selecto grupo de Clubes dominadores del siglo XXI por méritos propios, por títulos propios.

Porque son Nuestros títulos.

Porque la Historia nos lo debía.

Porque hemos enseñado a muchos a ser Grandes y no es nuestro problema si no han sabido aprender, si no han sabido entenderlo.

La Historia comienza a pagarnos.

Somos el Sevilla Football Club.

Ya no regalaremos nada nunca más.

Demasiados corazones empujando juntos y en la misma dirección, no es gratuito.

Cuidaros.

SEVILLA FOOTBALL CLUB SINCE 1890

3 comentarios:

Alex dijo...

Menudo resumen maestro.
124 años no pueden caber mejor en tan poco espacio.
Un abrazo!

Jose Manuel Ariza dijo...

Saludos, canadiense.

Gracias aunque la Historia de 124 años da para mucho más.

Un abrazo, tricampeón.

Cuídate.

Jose Manuel Ariza dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.