viernes, 30 de mayo de 2014

ANALÍTICA

 

Saludos.

Como suele ser habitual en concluida la temporada, yo, uno de los sesudos analíticos sevillólogos del Eterno Campeón de Andalucía, me lanzo a desentrañar claves, pormenores y aconteceres deportivos (y otros) de un año que concluimos ahítos de satisfacciones, derrochando optimismo y añorando sin remedio y sin continencia el reinicio de las hostilidades. Lo digo tan pancho, conste, y tratando de usar el lenguaje analítico antes que sintético. Otra vez.

Y porque tengo derecho a no permanecer en silencio.

Es el mono, el síndrome de abstinencia inevitable de cada verano donde el baile infernal orquestado de fichajes, traspasos, ventas, dimes y diretes, sabiamente dosificados desde Madrid y su apisonadora mediática (delegaciones locales incluidas), amenazan de nuevo con descomponernos el Equipo, desarmarnos, desmantelarnos (como si de un mecano se tratara) y ponernos en desbandada (cada vez molestamos más en las cumbres, entre los que están habituados a monopolizar el exiguo espacio de ésas cumbres, acaparando la escasez de oxígeno). Es el mono que un mundial no logrará rebajarnos a los cauces habituales aunque nos entretenga unos días y porque ya estamos echando de menos los cánticos de Nervión.

Imagino que los que saben de esto, de verdad, ya andarán enmaquetando y enviado a imprenta sus propios trabajos y conclusiones. Habrá que estar pendientes para aprender.

Comencemos por el final.

Año irregular, con altibajos, que nos deja, sin embargo, quintos en Liga y poseedores de la tercera Copa de la Europa Ligue (por tanto, con muchos más altis que bajos). Un año perfecto, otro, para definirnos en nuestra naturaleza porque el “dicen que nunca se rinde” hemos podido paladearlo (incluso emborracharnos) en muchas ocasiones, en muchos momentos, en la fe ciega de que solo se rinde quien dejar de luchar y que hasta el rabo, todo es toro (aunque hubo alguno que nunca viera en peligro la eliminatoria y al que hay en mbiarle un saludo afectuoso). Año de luchar hasta el último hálito y vencer.

Somos nosotros, somos el Sevilla Football Club.

Es probable que una de las claves más importantes sea la que se denomina vulgarmente como “estar hechos una piña”.

[3. f. Agrupación de personas con sentido de unidad. Esta acepción ya se recoge desde principios de siglo en el Diccionario de argot común español de L. Besses (1905). Esa familia es una PIÑA]

¿1905?

El vestuario, los jugadores, hicieron piña, se confabularon para empujar todos en la misma dirección (la portería del contrario) y obtuvimos el premio, los premios, aunque estoy por sospechar que pudieron, incluso, ser mejores (la plaza de Champions estuvo en nuestras manos, o botas, con claridad varias semanas)

Incluso llegando a pensar que a algunos, en muchos momentos, lo de la piña se nos antojara literal, es decir, tirarle un buen ejemplar tostado, duro y de tamaño XXL, y darle en la cabeza a ver si ponían un poco de sangre en el trabajo, al modo Fabiano o Alves de los primeros tiempos (¡menos mal que nos contuvimos!).

Cuestionado y no siempre bien aceptado, puede que el trabajo principal, el sicológico, le corresponda a Unai Emery, al tan denostado y alabado Emery, en la sempiterna clave  sevillista de cuestionarlo todo.

De debatirnos en la excelencia.

No dejaré de insistir en ésa faceta psicológica que juegan los entrenadores. Es fundamental saber transmitir confianza y hacer que los jugadores, los que deben llevar a la práctica todo lo planificado y entrenado, se sientan capaces de realizarlo, de que valen, de que son buenos y sobre todo, de que pueden y saben hacerlo. Fundamental. La orden perfecta es: salta, diviértete y juega que tú sabes hacerlo.

Pero como dije en su momento, los resultados mandan y es de justicia reconocerle sus méritos y reconocer, también, que se ha ganado con creces su continuidad, su prolongación, su renovación al mando de la Plantilla. Es la apuesta lógica y en la confianza de que aún puede alcanzar metas mejores. Al menos, eso es lo que deseamos todos los palanganas y para ello empujaremos.

Y mayor mérito habrá que concederle a Unai Emery si consideramos que orquestaba una sinfónica renovada en buena parte, que la temporada anterior le habían desposeído de dos de sus mejores valores, que llegaban otros “melones por calar”, que administraba a gente muy joven (de valor incuestionable la mayoría… que se les suponía y con la duda, siempre la misma duda, de si iban a rendir o no), que hubo más salidas riesgosas en invierno (dejando algunos puestos en peligro manifiesto de orfandad y con un autobús de cedidos, varios sorprendentes e inexplicables) y que sentimos la gratísima sorpresa de ver crecer a otros hasta límites insospechados (a pesar de todo) Muchos obstáculos que nos atenazaban, que nos ponían el corazón en un puño y que nos obligaban a mirar con cierta desconfianza lo que hubiera de venir.

Pero los hechos y los resultados, llegaban; el Equipo jugaba (!) y ganaba hasta el extremo de pasarnos mucho tiempo, muchas semanas, sin sentir zozobra ante cualquiera fuese el enemigo, recobrando aquel “que venga quien quiera” con las sensaciones recuperadas de los años 2006 y 2007.

Ésta temporada acabada en el año 14 del siglo XXI, nos deja nuevamente en las puertas de la élite absoluta. Somos, por méritos acumulados, los mejores candidatos para saltar el escalón necesario y colocarnos ahí, en lo alto, en el primerísimo escaparate mundial, para entrar en el club selecto de los más poderosos de Europa.

Pero… no nos precipitemos. No hay prisas. Hagámoslo con cabeza y corazón y cabeza porque es mucho más interesante consolidar la fortaleza de nuestro Club, aún entre los segundos mejores, que pretender exigir un hueco frente a los que nos hurtan los dineros y por ello, muchísimo más premiados que nosotros.

Si no se logran redistribuir con justicia los beneficios televisivos, ni nosotros ni los demás (excepto dos), lograremos los equilibrios necesarios para competir en condiciones similares.Porque el “fair play” o el “respect” quedan muy bien para trasmitir valores y sin embargo ¿eso solo es aplicable al terreno de juego, a no pegar patadas y no hacerle el mono a nadie? Hay demasiado de hipocresía en el aparente y exigente control continental en las cuentas de los clubes. De algunos que de otros no.

Año en que la Banda Sonora de Nervión ha vuelto a demostrar su indiscutible liderazgo en empuje y emoción, en gargantas y corazón (en el último partido, contra el Elche, vivimos uno de los días más gratificantes que recuerdo, con un Estadio al completo siguiendo el ritmo y el compás de los BIRIS)

Honor para ellos.

Y si todo lo anterior no fuese suficiente para definir un año tan placentero, productivo y eficaz, recordemos que tuvimos un terremoto institucional de gravísimas proporciones que se superó perfectamente, sin aspavientos innecesarios (a pesar de la avalancha mediática de los mismos de siempre) y que parece que nos espoleó para archivarlo cuanto antes, para pasar página y seguir construyendo Club, el más Grande Club de Andalucía, donde las personas pasan, dejan sus huellas en el Muro de la Historia y otros recogen el testigo y continúan el trabajo.

Año especialmente grato para gritar, como siempre:

¡VIVA EL SEVILLA FOOTBALL CLUB!

Cuidaros.

Sevilla ఫుట్బాల్ క్లబ్ 1890 నుండి

P.D. 1.- Dejo deliberadamente en el tintero un buen montón de cuestiones que bien hubieran podido ser resaltadas. Pero tampoco era cuestión de alargarme demasiado porque he entendido perfectamente que 140 caracteres tienen más poder que 1000.

P.D. 2.- Y como colofón (nunca me olvido de algunos aunque a otros les desee todo lo mejor), un recuerdo a los que incumplen la Ley de los Vasos Comunicantes, porque nos han salpimentado nuestro guiso particular, con sabores exóticos especialmente intensos éste año y como la inmensa mayor parte de la Historia.

domingo, 25 de mayo de 2014

EL EXTRAÑO CASO 14

 

Saludos.

Todo comenzó cuando en una ciudad llamada Elgin (en gaélico Eilginn y en escocés Ailgin, distrito de Moray y sobre el Rio Lossie, en el reino de Escocia) un 14 de octubre de 1854, nace en Newmill un niño al que llamaron Edward. Era el octavo hijo de una familia de 13 retoños, ocho chicas y cinco chicos. La madre de la prole se apellidaba MacAndrew.

Más tarde, muy lejos de su ciudad natal y durante muchos años, se le conoció como D. Eduardo (de la MacAndrew). Aquel chico falleció el 14 de junio de 1924.

Aunque formalizó su más grande aportación a su lugar de adopción (junto a sus amigos Hugo, Isaías y unos cuantos más, la mitad ingleses y la mitad españoles) un 25 de enero de 1890 (y que sigue plenamente vigente 124 años más tarde, aumentando su leyenda sin cesar) aquella gesta se hizo oficial un 14 de octubre, en 1905, dando lugar a la legalización del Club de Football más importante y exitoso de todo el sur mas sur de Europa.

Una de las consecuencias (directa e inevitable) de aquel evento fue la creación, en 1914, del segundo Club en importancia de ése sur sur: el Real Betis Balompié. Era el año 14 del siglo XX. Felicidades.

Pero saltemos en el tiempo y situémonos en 2013.

Acabada la temporada de Liga 2012/2013, el Club de D. Eduardo termina mal, mediocre, en medio de la tabla, noveno, lejos del lugar que, por su potencial, debería haber ocupado. Ése sitio difuminado te impide el acceso a las competiciones europeas. Sin embargo, los órganos que rigen ésas competiciones detectan que dos de los clubes situados encima, han hecho trampas en sus cuentas y son apartados. Aquello provoca que el Club de D. Eduardo sea invitado y acceda, sin proponérselo, a competir en la segunda categoría (de dos) de trofeos en disputa del viejo continente; la Liga Europa. La segunda de dos y el segundo máximo galardón posible. De dos.

La Liga Europa que comienza en 2013, debería terminar en el año 14 del siglo XXI y un 14 de mayo.

Uno de los apartados por tramposos, es el Club de Málaga, del sur sur también, y con el que las relaciones siempre fueron… difíciles. Los aficionados de la ciudad oriental culpan al de la occidental, al de D. Eduardo, de “chanchullos” cuando, en buena lid, deberían recriminar al suyo, al que falseó las cuentas y por ello castigado.

Pero el caso es que aquella plaza no fue para ellos, siendo adjudicada al siguiente en la lista, al de D. Eduardo.

Entretanto, el Club creado el año 14 del siglo XX, termina una campaña 2012/2013 espectacular, muy por encima de sus vecinos, lo que provocó no pocas explosiones de alegrías cuasi orgásmicas. Esa posición les permite acceso directo a la segunda competición europea. Para muchos, el delirio universal.

Pero las cosas irían cambiando a medida que pasaban los días, los hechos se sucedían y la algarabía inicial iba perdiendo fuerza ante los acontecimientos, ante la hemorragia imparable.

Como decía, las trampas de algunos permiten que el excluido inicial sea ascendido y forme parte del plantel que representará a los clubes ibéricos en el resto del continente. Alguien debió haber intuido que los invitados de última hora, con los que no se cuenta nunca, suelen ocasionar siempre alguna conmoción. Buena o mala, alguna.

Comienza, por tanto, el nuevo curso y las cosas mantienen, temporalmente, la inercia del anterior. Pero en las carreras de fondo, el más resistente, el mejor preparado, el más duro y entrenado suele llevarse la corona.

El Club del año 14, contra lo esperado, se desinfla, se hunde, se desmorona en la lucha liguera nacional y se instala en lo más bajo, al final del todo, aunque mantiene el pulso en la contienda europea.

El otro, el de D. Eduardo, por el contrario, comienza a dar resultados y partiendo desde el fondo, gana, remonta, escala, sube y se coloca muy arriba, en todo lo alto. Éste también resiste en Europa y dando señales (alguien debió haberlo intuido) de que progresaría sin trabas, hasta el final.

Las cosas se precipitan en el año 14 del siglo XXI.

Los hados certifican que los dos clubes de la Híspalis deberán cruzarse en la ruta Europa donde uno de ellos quedará en el camino irremediablemente, en una justa sangrienta porque hay demasiadas implicaciones, demasiados corazones y demasiadas pasiones y lazos en juego.

El burgo lleva un siglo repartiendo sus delirios entre unos y otros colores y un duelo en la cumbre polariza como nada ésa tensión ancestral.

El más antiguo, ya entonces, había revertido su situación y andaba campeando en las alturas. El otro, el más moderno, todo lo contrario y se hundía sin remedio en las penumbras porque, además, en la trifulca particular, el primero había sometido a dos varapalos considerables a sus vecinos.

Ése duelo continental se auguraba terrible.

A dos asaltos, el del 14 del XX tumba, contra todo pronóstico, al del XIX en su propio feudo, en su casa. Eso duele como pocas cosas y mientras unos se lamen las heridas, los otros festejan la victoria parcial como algo desmesurado, precipitándose en sus celebraciones sin contar que, como se debía haber sabido, quedaba la mitad por disputar.

Y surge el poder de más fuerte, del más resistente, del mejor preparado. El Club antiguo logra equilibrar la balanza y en la ruleta decisiva, es mejor y expele al otro… en su propia casa, en su feudo. Eso duele.

Pero además, lo expele de Europa. Doble dolor.

El invitado de última hora se alza, temible, a la cúspide.

Para el Club del 14 del XX, tantos golpes lo fulminan, tantos enemigos internos lo corroen y descomponen. Y los otros golpes, los externos, ayudan de manera significativa en la catástrofe propia.

El Club del 14 del siglo XX, en el 14 del siglo XXI, su año de celebración, de sus bodas de oro reales, firma uno de las peores campañas de su Historia por sus propios errores aunque, todo hay que decirlo, con la inestimable ayuda de terceros y marcando estadísticas negativas terribles.

El Club de D. Eduardo llega (yo no creo en las meigas pero haberlas, haylas), al 14 del 14 del XXI (dejando atrás, tumbados y arrasados a poderosos contrincantes) y certifica que en Europa y en ésta competición, es uno de los pocos dueños.

14 es más que once y que trece… barras.

¡VIVAN LOS CATORCES!

Cuidaros.

Sevilla F.C. kusukela 1890

P.D. 14 más 14 suman 28, es decir, catorce más catorce suman  veintiocho, D. Antonio.

jueves, 22 de mayo de 2014

LAS DEUDAS DE LA HISTORIA

 

Saludos.

El título que encabeza mi artículo quizás pudiera haber sido perfecto para un libro, un tratado en sevillista (siempre en clave de sevillismo), en el que se narraran las peripecias de un Club con 124 años de existencia y los despropósitos que ésa Historia, la buena, nos ha proporcionado. Los aciertos también.

Pero afrontar la tarea de escribir ése libro está lejos de mi alcance. No poseo, sobre todo, la constancia necesaria, las fuerzas y la capacidad exigida. No soy escritor, aprendiz en todo caso, aunque me encante plasmar cosas sobre el papel y sobre la pantalla.

Hubiera debido ser un libro donde se contemplaran los momentos más álgidos de las claves deportivas del Sevilla F.C. y que el Destino (Ananké o como queramos llamarlo), se encargo de no satisfacer, de malograr, de penalizar por razones que a todos se nos escapan.

El Sevilla Football Club nació el 25 de enero de 1890 en la Dehesa de Tablada, dentro del Hipódromo. A pesar de todas las controversias surgidas desde que el Sevilla (y su Área de Historia) documentaron el hecho, lo cierto es que el próximo año cumpliremos el 125 aniversario de nuestra Fundación.

[No he encontrado ninguna forma de denominar éstas “bodas”, sabiendo que las de los 75 son las de “platino”. Parece que nadie ha alcanzado tanto tiempo de relaciones]

Hablamos, por tanto, del segundo Club más antiguo de España y, también a pesar de las polémicas, sin sentido ciertamente, el primero en constituirse para jugar solo a fútbol.

De un Club que inventó la solidaridad en el deporte del balón con los pies, celebrando un partido a beneficio de los damnificados por el terremoto de Messina (28 de diciembre de 1908).

Hablaríamos también del inventor de la Escuela Sevillista que, por extensión, se aplica a los demás equipos hispalenses. No es cierto de ninguna de las maneras. Nuestros vecinos y rivales, en su momento más álgido en la historia común (temporada 1934/1935 cuando ganaron la Liga), era un Equipo plagado de jugadores vascos, del norte, de poderío físico frente a la técnica y el preciosismo sevillista.

Conviene recordar ahora, significativamente y para que nadie se llame a engaño, que están perfectamente documentadas las diferencias que había entre el fútbol inglés y el escocés. Dicen los cronistas que el primero era fútbol directo, veloz y con largos desplazamientos de balón y jugadores. Del segundo, que era fútbol de triangulación, de filigrana, de precisión en el pase. Sorprendentemente, ésas eran las armas que mostró el Sevilla, el de la Escuela Sevillista, cuando maravilló en Madrid. Y curiosamente, el que enamoró a Juan Armet de Castellbí, “Kinké”, a tal punto que abandonaría su Cataluña natal (donde era, junto a sus hermanos, footballista sobradamente conocidos), para bajarse al sur, a Sevilla y al Sevilla, y donde de convertiría en figura legendaria para el sevillismo.

Pues miren por donde, el primer Presidente del Sevilla y el primer Capitán, eran escoceses: D. Eduardo Farquharson Johnston y D. Hugo MacColl figuraban entre aquellos pioneros (la mitad ingleses y la mitad españoles) que inventaron nuestro Club a golpe de remos y dándole sentido a todo lo que llegó después. Y marcaron la línea a seguir en todos los órdenes y para todos.

Habría que recordar a la “Línea del Miedo”, a la “Delantera de Cristal”, a la “Delantera Stuka”…

Señalar con énfasis, que en los primeros 116 años, el Sevilla Football Club logró, entre otros títulos, 17 Copas de Andalucía de 20 ediciones, cuestión que, por razones que nunca llegaré a entender del todo, no han sido suficientemente reivindicados a pesar de la importancia que tuvieron entonces.

Volvamos a no engañarnos: al Sevilla Football Club, desde fuera, se le denominó el “Eterno Campeón de Andalucía”. Jamás hubiera llegado a imaginar el inventor de la frase que, al modo Guttmann, su premonición se cumpliría y prolongaría en el tiempo. Para siempre y hasta hoy mismo, con distancias que se siguen ampliando.

Un Sevilla que a pesar de las bobadas que se pueden leer y escuchar por ahí, es fruto indiscutible, unánime y solidario del apoyo incondicional de sus socios (imposible de otra forma); un Sevilla que jamás recibió favores institucionales (ésas bobadas alcanza valores épicos en depende quién) y hubo de costearse sus Estadios, todos, aunque ello le sumiera en décadas de penumbra deportiva; que supo  parar siempre a los perversos mercantilistas porque las personas pasan, los nombres pasan… pero es el Club el que perdura. Hay muchos que jamás entenderán éste relación, éste valor, ésta forma existencial de entender una Pasión y por ello viven sus tragedias eternas.

El Sevilla contó en sus filas con Maradona, Suker, Polster, Zamorano, Simeone (si, Simeone), Baptista… Bilardo. Entre otros muchos , “inventados” aquí para eclosionar allí y no me extenderé demasiado porque la lista es larga y conocida por todos.

Que debería poseer en sus vitrinas otros tres títulos de Liga.

Pues ése Sevilla que en 116 años presenta un palmarés sorprendentemente escaso, llegó a 2006 y le dijo a la Historia: esto debe cambiar. Es demasiado tiempo para no haber recogido los réditos, para que nos paguéis los intereses, para recaudar las deudas que arteramente nos habéis hurtado más de un siglo a pesar de que hicimos méritos más que suficientes. Que somos el Equipo que en siendo campeón de Segunda, se le robó su derecho a subir. Que nos habéis maltratado demasiado tiempo.

Y la Historia escuchó. Y la Historia pagó el débito tan antiguo y sangrante porque es de Justicia.

La Historia nos lo debía y llegó la hora de cobrar.

Solo en ocho años, el Sevilla ha superado con creces el valor relativo de todos sus triunfos anteriores y a niveles europeos.

Y ha sido DOS veces seguidas, el Mejor Equipo del Mundo.

En ocho años (2006-2014), el Sevilla Football Club (díganlo en inglés, sin reparos, porque es nuestro nombre y porque nos crearon desde allí estando aquí), ha acumulado cuatro títulos continentales de importancia mayúscula. Un Sevilla que se alza entre el selecto grupo de Clubes dominadores del siglo XXI por méritos propios, por títulos propios.

Porque son Nuestros títulos.

Porque la Historia nos lo debía.

Porque hemos enseñado a muchos a ser Grandes y no es nuestro problema si no han sabido aprender, si no han sabido entenderlo.

La Historia comienza a pagarnos.

Somos el Sevilla Football Club.

Ya no regalaremos nada nunca más.

Demasiados corazones empujando juntos y en la misma dirección, no es gratuito.

Cuidaros.

SEVILLA FOOTBALL CLUB SINCE 1890

martes, 20 de mayo de 2014

LAS JOYAS DE MANES

 

Saludos.

Mani Manes

Éste Sr. era Mani o Manes, (latín Manichaeus, 215-276 d.c.) Decía, de sí mismo, ser el último profeta enviado por Dios a la humanidad. Nada más y nada menos.

Era un líder religioso persa y se haría famoso por fundar el maniqueísmo, una antigua religión gnóstica que llegó a alcanzar una gran difusión, aunque se encuentra extinta en la actualidad.

Mani significa “joya” en persa.

El maniqueísmo (al que tan fieles solemos ser en nuestras convicciones profundas), se define como: “la fe definitiva, en tanto que pretende completar e invalidar a todas las demás”.

[DRAE:  m. Doctrina fundada por el filósofo persa Manes que se basa en la existencia de dos principios eternos, absolutos y contrarios, el bien y el mal. || P. ext., cualquier actitud que mantiene posturas extremas, sin puntos intermedios]

Pues como ya tenemos suficientes referencias, quizás podamos ir entendiendo muchos de los fenómenos de opinión (en la mayoría de los órdenes sociales), a los que asistimos diaria y regularmente. No obstante, nos quedaremos con la frase entrecomillada del párrafo tercero: “la fe definitiva, en tanto que pretende completar e invalidar a todas las demás”

¿Religión desaparecida? Tal vez. Sin embargo, la doctrina que impregna el sentido del maniqueísmo no solo persiste sino que, en la medida en que las sociedades se radicalizan y cualquiera sea la causa que lo provoque, crece, se dispara, se extiende y propaga exponencialmente. Llegados determinados momentos o impulsos, se agudiza aunque la causa precipitadora signifique o tenga valores relativos. Otras veces ningún valor per se o, al menos, discutible

El maniqueísmo no entiende de medias tintas, no consiente gama de grises, no permite otras opciones que el blanco o el negro, lo bueno o lo malo, lo grande o lo pequeño, se es o no se es; o todos moros o todos cristianos…

De mi Equipo o contra mi Equipo. Sobre todo lo segundo porque si yo no lo consigo, los demás tampoco. Tiene que ser lo opuesto a mi, que soy lo bueno.

Esa parece ser la filosofía de una parte del beticismo militante, de un buen grupo de aficionados del Real Betis Balompié que tiene acceso a los portales de opinión de internet donde, de manera machacona y desde hace unos meses (arreciando por minutos), lanzan tremendas diatribas contra el Sevilla, mucho más y antes que a favor de su propio Club.

Todo indica que cada nuevo triunfo de sus vecinos les espolee para, en un arrebato de infantilismo incomprensible, insistir en tratar de denostar, minimizar, de ridiculizar y cuestionar ésos logros. Con cada nuevo fracaso propio, cada nuevo revés en su Club (este año vuelven a descender a la segunda división por enésima vez), se sienten en la obligación de objetar la limpieza misma de los triunfos del otro, de discutir y polemizar, de “justificar” que el Sevilla no ha llegado ahí por tener un Equipo mucho mejor, más preparado, más competitivo y fuerte. Todo lo contrario, algunos elaboran intrincadas teorías de endiabladas maniobras oscuras “de despachos”, en nada deportivas. Malvados.

Otorgan al Club de Nervión influencias impensables en Federaciones y órganos europeos tan alucinantes que sorprenden por su audacia, por su desparpajo, por su fantástica y deslumbrante forma de confeccionar una autodefensa, candorosa e ingenua, que les exima de sus propios errores y carencias: no puede ser que en siendo tan geniales, todo les salga mal. Y el otro, que sí acierta las más de las veces, debe hacer trampa o no sería posible.

Cualquier argumento vale, por muy peregrino que sea, para evitar pensar que su Club, éste año (y por extensión toda la Historia) siempre estuvo por debajo del de Nervión y solo en algún momento puntual, dramáticamente aislado para ellos, ocupó y alcanzó mayor mérito deportivo que el Sevilla;  que éste mismo año han realizado una campaña tan calamitosa que les lleva a los infiernos de abajo, de la Segunda. Y como no, algo habrá tenido que ver el Sevilla (y sus maniobras oscuras), para que suceda así o no podría ser.

Andan, además, desenterrando todo el arsenal de mentiras históricas sin pulir, tal cual se orquestaron en aquellas famosas tabernas. Parecen jóvenes y parece que no han aprendido nada, que se obstinan en ésas supuestas justificaciones de generación en generación, tomando el testigo de aquellos que desde el principio de los tiempos hubieron de reinventarse a sí mismos para poder digerir las diferencias.

Enarbolan con orgullo (nadie se lo puede negar y no lo haré yo), una pequeña lista de “primeros puestos” honoríficos, de esos que quedan bien pero que no sirven para nada porque, en fútbol, son los títulos reales los que definen la importancia del Club en todos los aspectos, a todo los niveles, en todos los organismos importantes.

Ganaron primero la Liga, ciertamente, para desde ahí olvidar que antes y durante muchos años, el Sevilla dominó Andalucía de manera contundente (y como lo seguiría haciendo siempre y hasta hoy mismo), ganando 17 títulos oficiales de las 20 ediciones de la Copa de Andalucía. Para éstos fanáticos, la Historia común comienza en la temporada 34/35.

Abominan del valor de los títulos de la Liga Europea (Europa Ligue, conseguida tres veces por el Sevilla), señalando que los verdaderamente importantes son la Liga y la Champions. Y lo hacen desde un Club que no ha ganado ningún concurso continental. De las dos competiciones oficiales de éste viejo continente, ellos eliminan la mitad sin muestras de azoramiento alguno. Tan panchos.

Un Equipo que posee 28 títulos oficiales frente a otro que presenta 4, no puede ser mejor.

Un Club que aún en sus peores momentos internos (terremoto presidencial reciente), se alza de nuevo y alcanza OTRA Copa de la Liga Europea (igualando los records de los mejores en ésta competición), no puede ser mejor.

Un Equipo que ha ganado todas las finales que ha jugado (record, otro, junto al Feyenoord holandés), no puede ser mejor.

Que además se alcance el record, otro, histórico de diferencias de puntos en una campaña… no puede ser mejor (aunque a mi, personalmente, me importe bien poco eso).

No, amigos, no. Las diferencias no están en la pasión, en el amor a los colores, en la cantidad de aficionados que llenen los Estadios, en los millones de simpatizantes que pululen por el universo, en ser los primeros en algo (que puestos a enumerar, ganamos por goleada)…

Las diferencias son que llevamos 124 años construyendo CLUB. Y un CLUB fuerte y poderoso, alcanza metas, las logra, las guarda, las atesora y las muestra.

Y crece. Y sigue creciendo. Y se instala ahí arriba para no bajar nunca de las cumbres. Y busca nuevas metas superiores…

Un CLUB que mira para arriba DEBE SER MEJOR.

1890-2015

Cuidaros.

domingo, 18 de mayo de 2014

YO ESTUVE ALLI

 

Saludos.

Han pasado las horas suficientes para haber somatizado la Tercera Copa de la Liga Europea y puede ser un buen momento para poner en letras lo vivido en el Piamonte. Parte, lógicamente, aunque espero que la condensación necesaria no afecte a la idea global.

Vamos a ello.

Por razones que no vienen al caso (tampoco pretendo provocar lástima ni compasión), el destino me tuvo apartado de mi Sevilla mucho más tiempo del deseado. Las cosas son como son y te vienen dadas. No elegimos nuestro sino, ni nuestros colores, ni nuestras pasiones porque todo eso se trae de fábrica (me maceraron en barrica biológica nueve meses hasta darme el tono justo) y es la equipación básica aunque yo podría decir que, para mí, de la gama alta, altísima, superior. No acepto discusiones al respecto o busco comparaciones. Por debajo.

Y no faltaría a la verdad, a mi verdad ni a la de quien me hizo Sevillista en el entrópico trueque de genes y glóbulos. Blancos y rojos, dicho sea de paso y casualmente.

Me perdí la dos anteriores. Las viví en la distancia cuadrada de la televisión aunque, como todo buen palangana (no hay sevillista malo, apostillo, aunque alguno dé que pensar y presente muestras significativas que nos hagan dudar un par de segundos), vibré casi como si hubiera estado allí (en Eindhoven y en Glasgow), echando TODO por los nuestros.

Y todo es TODO. Y vibré CASI como si hubiese estado allí.

Todo sin reservas. Todo sin cicatería, sin tacañerías, sin mezquindades. Todo es corazón, garganta, mente, sentimiento, sangre, sudor y lágrimas (thanks Mr. Winston) de felicidad, de plenitud, de euforia sin contener (que es la mejor de las euforias porque no se prodigan) porque no te da la gana de contenerte en nada.

Si. El destino que me puso demasiados impedimentos con una mano, me regaló, con la otra, la experiencia vital de ver al Sevilla más Grande de toda su más que centenaria Historia.

Y ése mismo Destino que te mira de vez en cuando, o que no, o de soslayo, o de reojo, o directo al fondo de tus pupilas, ahora sí. Ahora me deja participar de la FIESTA y ahora, tantos años después, estuve allí, en Turín, para acompañar a esos miles de hermanos (aquí y allí) y traernos nuestra Copa.

Nuestra tercera Copa.

TRES COPAS-COLOR

Tres finales europeas, tres copas.

Fue una jornada maratoniana, agotadora, de una intensidad jamás vivida y como nunca antes. Pero muchas como esta. Todas las que lleguen y que llegarán sin dudas.

Horas, muchas horas de respirar en sevillista, con sevillistas en tierra ajena. Y me hice incondicional de Turín y de aquellos turineses, todos, que me trataron con cariño, respeto y amabilidad porque, hay que reconocerlo, estaban con nosotros por razones obvias. De los que me tenían reservada birra Peroni (Nastro Azzurro, Cinta Azul) fría, grande y deliciosa y ése trozo cuadrado de pizza caliente y sabrosa junto a decenas de benfiquistas en la Piazza Castello, con mis amigos en el Escudo (Doron un abrazo, compañero, porque sabes ser grande persona aunque tu Equipo fuera el Otro)… ¡Grazie Mille!.

[Una salvedad para el tipo que trató de birlarme la cartera en el tranvía, hábil el mozo (aunque gracias a mi ya larga experiencia viajera he aprendido a moverme con todos los sentidos despiertos), porque me habría hecho un descosido tremendo. Me hubiera dejado sin documentación, sin tarjetas, sin dinero…y sin mi entrada para la Final. Si hubiese logrado eso último, lo mato directamente, públicamente, sin juicio previo. Ejecución sumaria]

Muito Obrigado a los benfiquistas porque dieron ejemplo (solo algún caso muy, muy aislado y en la persona de un compañero de trabajo con lesiones de importancia), de saber estar, de animación y de respeto. Nunca tuve el menor sobresalto a pesar de que me hice un largo recorrido por la ciudad hasta llegar a los I Giardini Reali (sede de concentración palangana), cruzándome con ellos continuamente y mostrando mi Escudo.

Allí, en I Giardini Reali (muy mal elegido el sitio aunque bonito, a pesar de todo, pero sin las infraestructuras necesarias), me reuní con los componentes del gorivolumen (D. Cornelio dixit), Carlos, José Ángel, José Luis, Doron, Joaquín y Fernando (Manuel anduvo en otras partes pero igual le envío un abrazo). Y estuvieron José María y Álvaro y luego, junto al Estadio, Ernesto y familia…abrazos, abrazos sevillistas, pasión. Las mejores vibraciones, como no podía ser de otra forma.

Antes de comenzar, sentado junto a Carlos, bocata de la reserva original, pan algo espeso pero comible y absorbiendo momentos, imágenes (el Estadio de la Juventus es precioso y escenario perfecto para ganar copas), sensaciones, deseos… guardando en la memoria ésos instantes mágicos que me alimentarán hasta la muerte.

No relataré la intensidad del partido, ni los momentos duros de temor, ni lo largos que eran los minutos que, sin embargo, pasaron volando hasta llegar a los momentos decisivos, a los penaltis, a donde el fiel de la balanza se inclina sin solución.

Y allí, muy cerquita (casi que se podía oler a los jugadores), vi a Bacca, a M’Bia, a Coke y Kevin fusilar y lograrlo, con cuatro penaltis magistrales, directos y sin concesiones, con la certeza y la seguridad de los Campeones, de los que saben lo que quieren y lo hacen, de los ejecutores. Gracias.

Y vi a Beto, al discutido Beto. Al Beto de las palomitas, al de fallos increíbles que, sin embargo, domina la tensión y hace, otra vez, paradas inverosímiles. Beto es portugués y jugábamos contra el Benfica.

Gracias, Beto, por tu compromiso, tu profesionalidad y tu sevillismo.

Y a todos, desde el primero al último por darme momentos así. Gracias.

[Lean esto para conocer una odisea gloriosa y esto para una crónica excelente. Son mejores formas que la mía de contar aquello]

Tras el gol de Kevin… la explosión en Turín y en Sevilla  porque hasta allí llegaron las gargantas hispalenses, unidas a las nuestras en la sinfonía universal del y es por eso que hoy vengo a verte.

Abrazos, abrazos, abrazos, abrazos.

Campeones.

TRES copas.

Y en un flash, en instantes, pasan por mi mente mi madre saltando en el Tercer Anillo junto a mi padre (que hubiera disfrutado también a pesar de todo y mi hermano mayor), mis otros muchos hermanos (todos irremediablemente palanganas) Maru, Ángel, Marga, Rosa, Carlos, Luis, Álvaro y Conchi.

Y me acordé de mis amigos todos (sevillistas y béticos) que disfrutaban, cada uno es su justa medida, del enorme triunfo. De Juan Luis, de Antonio, de Rafa, de otro Rafa, de Javier, del Papi, de Mayte, de Santi, de… los que lograron la Tercera Copa Europea desde aquí porque los escuchamos desde allí.

Gracias, amigos verdes, amigos de verdad, que me felicitaron sinceramente. Volved pronto, por favor.

No quiero mencionar a esos otros y no lo haré. Suerte.

De regreso… alguien me despierta de mi sueño de felicidad con un “killo, que hemos llegado a Sevilla”.

Y todos mi besos para mi Carmen, la que me soporta, la que me apoya, la que me llama para ver si he llegado bien, la que es imposible escuchar en el Juventus Stadium felicitándome por el TRIUNFO, creo, porque el paradisíaco estruendo hace imposible la comunicación.

Estaba muerto al tomar el avión, pero ¡qué muerte tan dulce!.

Con permiso de mi querido amigo Nacho Mateos, solo dejo esto:

TITULOS NACHO MATEOS

Cuidaros.

CUM PILA SEVILLA MDCCCXC

P.D. Gracias a Marta, a Carlos y a Carlos sin los cuales hubiera sido imposible vivir éstos momentos. GRACIAS.

sábado, 3 de mayo de 2014

SUPERANDO OBSTÁCULOS…

 

Saludos.

SOLO POR TI

SFC-H

PORQUE LO NUESTRO ES VENCER OBSTÁCULOS

TURIN ES NUESTRO DESTINO

PORQUE QUEREMOS LAS TRES TORRES

TRES COPAS-COLOR

LUCHAREMOS

(con tu permiso, Carlos)

SFC

Cuidaros.

F. C. SEVILLA dal 1890

P.D. ALGARIVO se toma unos días de descanso.