domingo, 23 de febrero de 2014

1000 FORMAS DE MATAR… ILUSIONES

 

Saludos.

Ya sabemos de sobras (y los que calzamos mucha edad, más), que el elemento mágico “gol” es, indistintamente, el motor casi único y necesario (sine qua non) para el progreso real y efectivo de la Pasión por tu Equipo.

Ganar partidos, títulos y honores es la mejor manera de mantener y potenciar la afición, de repartir satisfacciones cuasi orgásmicas, de devolver el empréstito entusiasta y vehemente, de incrementar la nómina de leales devotos y de consolidar ésa base sólida, indestructible, de adictos a ésta religión arrolladora en la que los dioses son, al estilo griego, seres de carne y hueso que salen a representarnos (Escudo, Bandera y Afición), en el circo mediático de la yerba del Estadio cada pocos días.

Es cierto, no obstante, que cualquier incondicional, cualquiera, establece una relación de dependencia emocional (a veces y circunstancialmente, odio), con su Equipo que no suele abandonar nunca al propietario, al adepto, al seguidor. “Hasta la muerte” es un típico ejemplo de ése compromiso. Otro, “manque pierda”, aunque más fatalista, contiene valores similares.

No conozco muchos casos de renuncia afectiva a un equipo.

En siendo de ésa forma, que puede ser discutible lógicamente, hagamos un ejercicio de distanciamiento (lo que no será fácil porque andamos contaminados genéticamente de Pasión), y tratemos de mirar qué origina que un Equipo que no hace mucho, apenas unos años, destellaba en el cielo futbolístico europeo y que sin llegar a la élite absoluta, mantuvo al continente entero (y otros), mirando con insistencia a la ciudad del Sur de la que se escriben maravillas desde hace siglos.

Porque la Maravilla reciente fue el Sevilla Football Club y hubo que sumarla a las propias naturales durante dos o tres años.

Dice mi admirado amigo RAVESEN que puede que se trate de un problema de comunicación y yo ando bastante acorde con sus reflexiones. Pero la comunicación buena, la efectiva, la que reporta réditos y engrandece a un Club, es bidireccional… o debería serlo.

Hasta hace no demasiado tiempo, los clubes estaban regidos por sus socios, por la masa social que determinaba la política que debía ejercer el Club en su conjunto, en sus grandes líneas maestras. Eso cambió radical y lamentablemente, cuando se obligó a casi todos los Equipos a formalizarse como Sociedades Anónimas Deportivas, SAD. Desde ése momento, solo controla, ordena y manda el paquete accionarial mayoritario. Convertidos por tanto en una “empresa” (Sociedad Anónima aunque no reparta beneficios), los modos, procedimientos y maneras se pervirtieron de tal forma que solo importa quien y como posee títulos suficientes para gobernar el Consejo de Administración. No hay más y todo se supedita al mejor o peor ejercicio de ése control.

El socio, por tanto, queda relegado (como en la supuesta “democracia” política que padecemos) a mero comparsa frente a la arrolladora personalidad de las cifras, de los resultados económicos, frente a los balances.

Solo es posible ejercer algún derecho cuando, como hemos visto en los últimos tiempos y tras la borrachera de títulos, no entraba el balón, el Equipo daba espectáculos bochornosos y una humilde pañolada, lograba forzar decisiones radicales. Ahí termina (junto con el abono del carné anual) el protagonismo de los socios. Fin.

Luego miremos aquello de “vender para crecer” y con todos mis respetos, eso es una falacia de grandísimas proporciones y a las pruebas me remito: llevamos décadas (décadas, repito), vendiendo a nuestras perlas canteranas o formadas aquí y el Equipo nunca llegó a donde se suponía que debía llegar. Otro ejemplo: durante 2006/2007, logramos reunir un grupo de “joyas” futboleras que nos proporcionaron hasta dos Copas de la UEFA seguidas (hito) y varios trofeos más. Aquellos “tesoros” se vendieron (a buen precio, por cierto) sin recambios adecuados; se descompuso un “once” brillante y ya nunca más. Y no se ven esperanzas en el horizonte.

Vendidos por piezas (con buenos réditos, insisto) , el consiguiente “crecimiento” se tradujo en… poco. De hecho, menguamos cada campaña en una caída lenta e inexorable. Soñar con alcanzar aquellas cotas o similares parece eso, un sueño lejano. Puede que hayamos crecido, pero no hay demasiadas pruebas visibles de ello, especialmente donde deben verse: en el campo, en los marcadores.

Quizás podamos decir con cierto orgullo que no caemos fácilmente: hemos visto muchas veces equipos que han firmado enormes campañas para, el año siguiente, morder el polvo de la Segunda División. Muy cerca, además. Y lo volveremos a ver pronto.

Tal parece que el enrarecimiento del aire de la cumbre nos afectó menos a nosotros y no llegamos a sufrir el vértigo de la altura tan acuciado.

¿Que hemos crecido en el plano institucional? Tal vez. Pero lo que mueve los corazones de la inmensa mayoría de los socios, aficionados y seguidores son los goles, los triunfos, las vitrinas… quizás seamos más elementales, más prosaicos, pero vemos lo que vemos y echamos de menos lo que no vemos, nos lo planteemos o no.

Porque el crecimiento institucional solo es creíble cuando el Equipo alcanza determinados niveles, determinadas metas, alturas considerables que te coloquen en el grupo de los ganadores… por arriba y para no bajar de ésos sitios ya nunca.

Y ahí llega mi amigo Rafael y pone el dedo en la llaga: COMUNICACION.

Es tal la falta de comunicación global y particular (y la que existe está demasiado viciada de parcialidad interesada, lógica pero manifiestamente insuficiente) que, perdidos en la gran confianza ciega que nos mueve, esperamos que el Club y sus dirigentes (no nos queda otra) nos resuelvan el modelo de Pasión que perseguimos. Pero no la hay y no se sabe qué mecanismos se manejan, en todos los aspectos, en los centros de poder, en los sitios en que se toman las decisiones.

Llegamos al extremo de no saber (a pesar de labia y prosapia), a qué se supone que juega el Sevilla F.C. porque el principal protagonista, pienso, tampoco lo sabe. O no lo explica.

Magnífico comunicador (como el anterior), nos sigue dejando en el limbo cuando observamos lo que ocurre en los terrenos de juego. Muy bien explicado, mal resuelto. Fatalmente resuelto, diría yo.

¿En qué se traduce, por tanto, la comunicación del responsable deportivo y de los responsables institucionales?

En nada. Manda el gol y cuando no hay gol, todo lo demás es accesorio aunque lo vendan como oro líquido a precio económico.

En curioso que pretendamos exigir (yo el primero y con mis contradicciones propias), mayor transparencia en un modelo tan desquiciante: el Sevilla F.C. es una Sociedad Anónima (Deportiva) y a pesar de que traten de “vendernos” los valores del sistema que impera (inmersos en otro más amplio llamado “libre mercado”) , no hay nada más totalitario, absolutista y oscuro que una empresa comercial. Y el Sevilla F.C. es una empresa comercial que, de pasada, mueve Sentimientos por miles.

Es de agradecer, dicen algunos y en parte estoy con ellos, que hemos visto al Sevilla más Grande de toda su Historia. Cierto es que las generaciones coetáneas no pueden comparar porque no han vivido épocas anteriores, que será difícil hacerles ver que las décadas grises fueron muchas y que la explosión de títulos nos pilló a todos desprevenidos. Que hemos sido afortunados.

Pero me niego a pensar que lleguemos a hablar de ello como de tiempos pasados, de charla de abueletes, del “¿…te acuerdas de aquel gol de Palop de cabeza contra el Shakhtar Donetsk? ¡aquellos si que eran futbolistas…!"

Me niego a pensar que tantos triunfos se diluyan como se diluyera el gol de Bertoni.

Poco a poco, sin prisas pero sin pausas, el Sevilla está regresando a la mediocridad.

Un Sevilla al que, dicho sea de paso, solo una vez he visto invertir en entrenadores: el doctor Carlos Salvador Bilardo (míster Písalo). Un Sevilla, el más grande de todos los tiempos, que estuvo dirigido por un entrenador de segunda fila (sonó la flauta) pero que nos elevó a alturas insospechadas. Un Sevilla que no quiso o no supo apostar por un modelo fantástico, un modelo que funcionaba de maravilla y que cambió por un rosario de fracasos que aún perdura.

El Sevilla inestable, el de los altibajos, el eterno aspirante al club de los elegidos. El Sevilla timorato.

El Sevilla que colabora activamente en un sistema demencial autodestructivo, perverso y demoledor. Juez, verdugo y víctima, todo en uno.

El Sevilla que mata ilusiones.

Y sin embargo… ¡HASTA LA MUERTE!

Cuidaros.

SEVILLA F.C. SINCE 1890

viernes, 14 de febrero de 2014

TUFOS Y TUFITOS

 

Saludos.

Todo parece indicar que he alcanzado el segundo puesto…

Chustikov

…habida cuenta de que el titular indiscutible es mi amigo Carlos Romero. Pero como no ambiciono liderazgo alguno, me conformo con ésa posición. No obstante, intentaremos hacer los méritos suficientes y necesarios para conservarla.

Eso de los nombres que son pero que no están pero que no aparecen porque no se leen y por tanto no existen, parece que les gusta.

Tufo

Es un honor que se me dispensa desde el núcleo duro de los investigadores asociados al Área de Historia del Sevilla F.C. quienes, de manera altruista y aportando un interesante punto de vista miope, trabajan para el Grande. Si consideramos que ése Área de Historia del SFC es un grupo amplio Y AL QUE HACE UN AÑO dejé de pertenecer de manera directa (como anuncié pública y oportunamente), no me negarán que me he debido ganar, por derecho propio, lugar tan destacado. Gracias porque si no te respetan, al menos deben temerte.

Todo desde el rincón de D. Alfonso de las Tablas Verdes.

D. Alfonso… ¿de verdad que espera usted arrinconar al Área de Historia del SFC (y otros y yo)? Ya le decía en mi entrada anterior que mal que le pese y aunque sus vísceras le jueguen malas pasadas, todos sus esfuerzos tienen un Único y Verdadero destinatario. Gracias.

Y además, deja mucho que desear como investigador. Reconozco que muestra aptitudes, pero le pueden las actitudes. Su cientifismo es, cuando menos, dudoso, débil y se presenta preñado de parcialidad. Tanto que algunos de sus argumentos son de una infantilidad que asusta. O divierte.

Comete errores argumentales clamorosos, aunque piense que está todo perfectamente articulado, y solo le sirven en función del supuesto daño que pretende inferir, del regocijo interior propio, de lavar su impotencia con pretendidos triunfos parciales y por buscar deméritos ajenos en lugar de valores propios. Pero sus armas son endebles y no calibra el alcance de su osadía. Está cegado y esto es profundamente negativo en un investigador, en un cronista del pasado.

Además y si tenemos en cuenta que…

a) Tienen ustedes muchísimos más simpatizantes que nosotros.

b) Mas socios.

c) Mas lectores.

d) Mas sevillanos a su favor.

…habremos de concluir, necesariamente, que también nos superan en palmeros. Felicidades pero explíqueles bien de qué va esto porque no vale aplaudir por aplaudir. Un poco de pedagogía verde, por favor, o el ridículo, de nuevo, seguirá servido per saecula saeculorum.

Mire, D. Alfonso, que parece hilarante que sin tener NADA de 1907, pretenda exigir papeles, pruebas, documentos y testimonios a los otros. Si además y cuando lo hace deja en evidencia ése cientifismo del que presume (pregunte en Huelva, por ejemplo), le van a llover los mecheros.

En viendo lo que ocurre en los últimos tiempos, convendrá conmigo que al menos nosotros tenemos mucha información, muchos documentos y pruebas sobre las que discutir (por su parte), aunque usted las interprete como mejor le convenga a sus tripas. En el caso contrario, el debate está acabado ya. No hay caso, señoría.

¿Sus cuitas solo afectan al Sevilla F.C.? ¿Ve como no se le puede tomar en serio?

¿Cuántas veces nos hemos fundado, oficializado, registrado, vuelto a fundar, desaparecido, recreado, reinventado, reconvertido, nombrado, renombrado..? ¿Cuánta gente nos fundaron, oficializado, registrado, vuelto a fundar…? Su ilación da grima, hombre. Es penosa aunque le aplaudan a rabiar sus palmeros (que tienen más, recuerde).

Pero no tema que en Cuadernos de Fútbol siempre habrá un sitio para gente como usted, tal cual lo ha habido antes para otros de su cuerda y de la azul. Todo puede demostrarse, recuerde.

Por si fuera poco y teniendo en cuenta que yo estuve formando parte del Área de Historia del SFC  (YA NO Y DESDE HACE CASI UN AÑO), le puedo asegurar que aún no muestran todas las cartas, todos sus triunfos. Y no lo hacen porque deben esperar que usted y su grupo alcancen el nivel necesario para competir contra el Primer Equipo. Como en 1909, recuerde.

Por si le vale y les vale a ellos, gáneme a mi primero.

No obstante, su afirmación sobre la RFEF y la Fundación del Sevilla F.C. en 1890, es un golito que les han colado porque por ahí, también, andan deficientes de guardametas. Tienen un quintacolumnista.

Mire que terminará por caerme bien y como ocurrió con D. Manuel, acabaré teniéndole cariño. Por eso, le muestro algo que es suyo:

El Gobernador fantasma

Y algo que es nuestro:

Est14-2

Pero ustedes impusieron las reglas del juego y yo me atengo a ellas. Adivine de dónde he sacado ésa segunda imagen. Tengo más que quizás le muestre en su momento. Igual se le atragante, D. Alfonso. Igual si y vaya a necesitar un lavado de estómago.

Y volviendo al título de mi artículo y para terminar, le repito la pregunta: ¿Cómo osa cuestionar los valores del Otro teniendo. como tienen, AUSENCIA TOTAL de cimientos históricos?

Se llama hipocresía.

Eso huele, D. Alfonso. Pero solo en media Sevilla (y no insista, compadre). La otra mitad, para la que usted y los suyos trabajan, posee su propio aroma de claveles blancos y rosas rojas, majestad, o se le notará mucho la cojera.

Cuidaros.

SEVILLA F. C. DESDE 1890

martes, 11 de febrero de 2014

EL OJO DEL HURACÁN

 

Saludos.


Los muertos abren los ojos a los vivos… con el ejemplo bueno o malo de sus vidas, se entiende.

Bien lo decía Quevedo:

Retirado en la paz de estos desiertos,

con pocos pero doctos libros juntos,

vivo en conversación con los difuntos

y escucho con mis ojos a los muertos.

Pero volvamos al presente para hablar del pasado.

 

Ojo-2

Dicen los que de esto saben que en el centro del huracán todo es calma, que las furias de los vientos arrasan tal cual se aleja uno de él. Son fuerzas centrípetas y centrífugas en comunión devastadora.

En enero de 1890, unos cuantos amigos escoceses, ingleses y españoles, educados en otros lares, deciden reunirse y formar un Club de Football. Le pusieron el nombre de Sevilla Football Club.

124 años más tarde, ése Sevilla Football Club sigue siendo el Ojo del Huracán del football de Sevilla y de Andalucía. De la Bætica.

Porque todo gira en torno a ése Gigante, todo.

Un día, el Sevilla Football Club recibe una ayuda insospechada y no pedida que, paradójicamente, le llega desde Huelva. Es el punto de partida de la maravillosa aventura de recuperar tu propia Historia (la gran olvidada y demasiado tiempo en manos extrañas) que despierta una nueva Pasión dentro de la Gran Pasión: hay que rescatar nuestro Yo, conocernos y reconocernos, mostrarnos y contarnos que es mucho más Grande de lo que siempre pensamos pero que nunca supimos.

Trabajo, esfuerzo, medios y sevillistas especialmente entrenados para un Equipo sin igual, logran jugar el gran partido del pasado y elevarnos a nuestro sitio, al que nos corresponde. Es nuestro, es de los sevillistas.

Aunque gran parte del trabajo está hecho, “el tiempo y los medios” no cesan de proporcionarnos nuevas materias, nuevos elementos que complementen el ya amplio y documentado mural genético del sevillismo, el árbol genealógico, el Pasado Pleno.

Pero, como entonces, nuevas ayudas (no pedidas), arriban al Ojo del Huracán.

Porque no solo de sevillistas vive el Sevilla: su fuerza centrípeta es tal que absorbe Historia en muchas millas a la redonda, en muchos terrenos poblados de césped corto desde los que, sin ser conscientes de ello y sin poder evitarlo, sucumben ante las fuerzas de la Naturaleza.

Piensan que socavan, que horadan o que carcomen al Gigante del Sur y no dudan en usar cualquier medio que les parezcan adecuado, acordes sus fines, con la impronta del “todo vale” o del “lo importante es el fin”. Sin recapacitar suficiente, sin ponderar el alcance de sus diatribas, haciendo interpretaciones maliciosas, perversas y escasamente comprensibles en intelectos formados (como pretenden ser), permiten que deseos e impotencias les obnubilen la razón, el criterio y el juicio que se espera de ellos. Al menos el que se les presupone en derecho de seres humanos racionales.

Así, nos entendemos (concedamos) con el Equipo Menor de Investigadores del football andaluz. Porque como ocurriera en 1909, deberán competir para alcanzar méritos suficientes y necesarios y ganarse el derecho a hacerlo con el Primero, con el Grande. Incluso inmersos en ésa alianza antinatural. Incluso cuando ésos aliados temporales (“el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, proverbio árabe) pretendan formar frente imposible.

Incluso revestidos de mercenarios al servicio de cualquier señor.

Y si aquello ocurrió entonces, hoy, 2014, todo sigue igual. En el Ojo del Huracán prevalece la calma (desde donde se observa impasible la vorágine)  y serán los extremos, los que causan los horrores, los que se amparan en sus propios deseos internos para intentar justificarse a sí mismos pensando (¡oh, inocentes!) que causan algún efecto en el centro neurálgico, los que deban alimentar al Grande, al Gran Polo Magnético, al Sevilla Football Club.

Comprendan que hay un Gran Equipo de Investigadores (marca original Sevilla F. C.), y otro magnífico conjunto de colaboradores anónimos (o no), macerando exacerbantes teoría imposibles (propias de Rocambole), aferrados en justificaciones pueriles (a veces tan inocentes que producen nostalgias perdidas), contribuyendo en favor del que no necesita suplementos porque lo tiene casi todo.

Miren lo que ocurre en el extrarradio. Miren los esfuerzos denodados de tantos en favor de Uno. Miren que la Grandeza del Sur aglutina los ánimos, los bríos y los sacrificios de los menores para alimentar al Ogro.

Es una forma de esclavitud asumida. Es el sino. Es el destino de de los menores, de los que no saben que detrás de las nubes está el Sol.

 

Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja.

 

SFCSINCE1890

Cuidaros.

lunes, 3 de febrero de 2014

DE OLORES

 

Saludos.

Pues sí, D. Alfonso, si huele y desde hace más de cien años. Porque si tenemos en cuenta que esto…

carnet2

…es el Acta de Fundación de su Club, la cosa, conceda, huele. Explique a los suyos, por favor, que el término “balompié” aún no había nacido y el artículo es de bastante más tarde. Mucho más tarde, D. Alfonso. Buen aroma no tiene, caballero.

Pero como todo en posible en la Villa Verde, casi seguro que ya tienen en cartera ése carnet y sus correspondientes estatutos. Esperemos.

¿Piensan cambiar la fecha oficial de fundación de su Club a tenor de lo que usted y sus juristas han descubierto en el Registro Civil? ¿Han comunicado ya a Barcelona, Madrid, Bilbao y Huelva que deben modificarlo todo, que legalmente están offside?

Claro que eso de que “no engañamos a nadie” no es del todo cierto. Por lo menos en nuestro Club nos creen, D. Alfonso, y tenemos un Área de Historia de primer nivel. Sería trágico que, como otros, ni siquiera los nuestros nos escucharan. Caso omiso. No interesa. Terrible.

Recuerde, D. Alfonso, que seguirán viviendo para combatir al Sevilla F.C. en todos sus apartados (Historia incluida) y que lo seguirán haciendo manque pierdan. Vea los resultados hasta el día de hoy.

También nos cabe el orgullo de ver que los trabajos de los investigadores sevillistas, dirigidos a los sevillistas, se comprenden, se asumen y se comparten. Es una labor pedagógica gratificante que no tiene reflejos parecidos en otros lares. Mire:

ComentarioAFPalmera

¿Ve usted lo que difunde y el alcance de sus propuestas? ¿Se atreve a decirle que lo de 1907 es mentira? No se corte hombre, demuestre el mismo coraje para dentro.

Son comprensibles, no obstante, sus denodados esfuerzos (y los de su grupo) en investigarnos porque es la esencia misma de sus genes. ¡Ay si pusieran el mismo afán en su propio pasado! Pero, como decía, ustedes viven por y para el Sevilla F.C. Salud.

Por cierto, ya que ha decidido reeditar todos los panfletos de su querido D. Manuel (en un bucle infinito y patológico), dígale que le enseñe todos, TODOS los documentos que posee. Los buenos y los malos y los conseguidos de aquella manera. No se asuste de lo que pueda leer pero no los saque porque no sería su estilo y corre el riesgo de defraudar a sus seguidores.

19051130 Salaballe Invita

Éste se le había olvidado. Es del SinNombre F.C. y es de noviembre. Parece que seguía vivo y coleando y que debió estarlo en febrero de 1906. De nada. ¿Ése Gallego le suena de algo? ¿Aunque no ponga el nombre de la ciudad seguido de F.C.? Ya le mostraré la crónica de ése partido. Espere.

¿Club de Foot-Ball de Sevilla es lo mismo que Sevilla Foot-Ball Club? Apuesto a que para usted no y lo demostrará a su debido tiempo, señoría. Esperemos.

¿De verdad que se justifica usted con el nombre en ésos artículos que muestra hoy en Las Tablas? ¿De verdad? A ver si vamos a tener que reivindicar la memoria de D. Manuel porque el discípulo parece que anda cortito.

He notado, como su homónimo onubense y como no podía ser de otra forma, que va transformando sus palabras a medida que se le escapa el agua entre los dedos, D. Alfonso. ¿Esos vericuetos lingüísticos se los sugieren sus juristas consultados? Despídalos y busque otros. Es un consejo, es por su propia imagen y a ver si logra parecer serio.

¿Alguien le contó lo de incendio? Busque pero no lo saque para no defraudar a los suyos.

¿Sabe ya por qué el Sr. Padrós envía la carta al SinNombre F.C., equipo más reciente, y no lo hace al “decano”?

Y termino porque mis amigos, Los Guardianes de la Memoria, siguen a la espera aquí, aquí, aquí, aquí y aquí.

Pero usted, D. Alfonso. no lee ésas cosas y ni siquiera, como le ocurría a su querido D. Manuel, se las cuenta el hijo de la vecina de su cuñada. Usted a lo suyo.

Aunque huela mal.

Cuídese.