sábado, 26 de octubre de 2013

EL CEMENTERIO DE LOS INGLESES (y II)

 

Saludos.

En abril de 2011 publiqué un artículo que bajo el título de “San Jorge, los Libros y el Cementerio” y firmado por los “Guardianes de la Memoria”, hablaba de la fantástica, emocionante e instructiva visita que realizamos (Lynda Martin, Juan Castro y yo) al Cementerio de los Ingleses, en el sevillano barrio de San Jerónimo y que a pesar de que era un artículo acabado, hoy me permito añadir una segunda parte, una adenda porque nuevos datos así lo aconsejan.

Según la información recopilada entonces, en 1889 (en todo el último cuarto del siglo XIX) habría una colonia inglesa en Sevilla que llegaría a contar con mas mil británicos. Esos eran muchos británicos porque, como hemos podido ir descubriendo con el tiempo, había importantes intereses económicos entre Gran Bretaña y toda ésta parte de Andalucía, siendo Sevilla y su puerto, seguramente, el centro neurálgico de ésas transacciones.

PROTESTANTES EN SEVILLA 1889

Lógicamente, una población tan numerosa y practicante de una fe distinta a la católica oficial española (los anglicanos, iglesia reformada, iglesia escocesa o, generalizando, protestantes), necesitaban un sitio propio para enterrar a sus muertos, habida cuenta de que no se les concedía espacio en el de San Fernando. He dicho “lógicamente” aunque me cueste entender que los muertos deban observar discriminación en razón de creencias cuando, en general, no suelen causar molestias por cuestiones menores y las mayores son, al menos, discutibles.

Pero habremos de retroceder un poco para tratar de entender un proceso, necesariamente incompleto, de tal complejidad que a pesar de las limitaciones que dos siglos de historia, aproximadamente, imponen, no dejan de seguir siendo un desafío y que me llama la atención poderosamente. Es necesario entender que investigo en los orígenes y por ello, todo lo que logro relacionar con la Fundación del Sevilla F.C., los personajes que intervinieron directa o indirectamente, sus antecedentes, las condiciones sociales que permitieron su aparición y su excitante formación, son de mi entero interés y por ello no escatimo tiempo en husmear allá donde pueda extraer alguna noticia.

Concedo que no siempre son relaciones de “primer grado”, pero debemos tener en cuenta que hay que tratar de conocer las circunstancias en que germinó y arraigó ése sport británico en nuestra tierra y sobre todo, hacernos una idea, lo más fidedigna posible, de una sociedad extremadamente cerrada en la que poco a poco, con machacona insistencia, se fueron abriendo brechas para los vientos reformadores que procedían del resto de Europa. Entre ésas ideas y de manera inexorable (véanse las consecuencias actuales), los sports, el foot-ball que hoy mueve a millones de corazones.

Pues a tenor de lo expuesto, vamos a fijarnos en una noticia aparecida en “El Correo de Andalucía” el pasado 6 de septiembre de 2012. Como podrán leer, hace referencia a un tal Julian Benjamín Williams, vicecónsul británico en Sevilla en los primeros años del siglo XIX y sus relaciones con la pintura (más tarde ampliaremos ésa pasión y sus claroscuros).

Don Julián era el representante diplomático de la UK en Sevilla. No he logrado averiguar, todavía, en qué fecha exacta llega. No obstante, lo vemos aparecer en la Guía de Forasteros de 1847.

GUIAFORASTEROS-1847

En su genealogía, aparece casado con Florentina Bedmar Galindo, una ¿sevillana? de la que no he podido obtener más información. Su hijo Manuel casó con Dolores Merry Colom, hija del cónsul Alemán Antonio Merry Gaite.

FamiliaWilliams

En 1856 es ascendido a Cónsul por la Reina inglesa (The London Gazette de 13 de junio). Sin embargo, Sevilla parece que siempre tuvo un vice consulado porque todas las referencias hasta ahora encontradas así lo indican.

GAZLONDON-18560605-DEVICEACONSUL

Es personaje contradictorio y hay numerosas citas a su persona y sus actividades no diplomáticas. Amante de la pintura, aparece involucrado en abundantes “intercambios” de cuadro (con especial predilección por Murillo), en episodios nunca bien resueltos.

Su figura aparece siempre en las transacciones pictóricas y es objeto de estudio en todos los tratados sobre la época. Ana María Fernández García, en su obra “Pintura y Comercio. Las relaciones anglo-españolas en el siglo XIX” (NORBA-ARTE 1998-1999), lo coloca como figura central en un “entramado” de comercio de arte cuando menos “sospechoso”.

AnaMariaFernandez-1

Más adelante, señala:

AnaMariaFernandez-2

Y por fin, unos datos estadísticos que revelan con precisión lo que estaba ocurriendo al final del XVIII y en la primera mitad del XIX (más tarde pudo haber empeorado mucho) y en los años que, presumiblemente, Don Julián andaba por aquí:

AnaMariaFernandez-3

Polifacético, culto, anfitrión y amigo de gente de renombre, vive unas décadas conflictivas en Sevilla. Las guerras intestinas (Espartero, carlistas, isabelinos…) alcanzan a propios y a extraños. José Amador de los Ríos, en su obra de 1843 Alzamiento y defensa de Sevilla”, nos presenta a un Williams muy activo en la defensa de los ciudadanos y los intereses británicos frente a los bombardeos de los contendientes.

R. Oliver-Bertrand (prolífico escritor de los sucesos de los ochocientos), en su pequeño estudio “Diez años de vida española vistos por los ingleses, 1868-1878), concede al diplomático valores que no son compartidos por todos.

R.Oliver-Bertrand-1

Sin embargo, su mejor cualidad (tratante de arte en una Sevilla que no protege bien sus tesoros), la cumple perfectamente como hemos podido ver.

Se codea con Richard Ford, celebérrimo hispanista inglés desde la publicación de su “Manual para viajeros por España y lectores en casa” (Handbook for travellers in spain and readers at home) o sus “The letters of Richard Ford, 1797-1858”, uniéndose a la tradición de escritores románticos tales que Washington Irving o más recientemente, Gerald Brenan (Don Geraldo):

RFORDsobreJBW-1

RichardFord-2

Pero habría de ser tal su relación con el arte sevillano que Vicente Lleó Cañals le dedica un ensayo exclusivo…

LLEO CAÑALS-1

…en el que encontramos algunas claves:

LLEO CAÑALS-2

De 1831 a 1856, vicecónsul inglés en Sevilla aunque es probable que estuviera algunos mas. A su casa (como más tarde ocurriría en la de Edward F. Johnston), recalaba todo lo más granado de los intelectuales que visitaban aquella Sevilla mágica que atraía con fuerza irresistible a los viajeros de todo el mundo. De hecho, el Sr. Bécquer padre (José Domínguez Insausti), era asiduo en sus tertulias.

JBWILLIAMS-MECENAS

Tan integrado está en la vida social sevillana, que es académico de la Academia de Bellas Artes.

ACADEMAIBELLASARTES

Pero como decía, son años complicados en muchos aspectos y en lo religioso, también. La prensa española exhibe con orgullo cualquier logro católico sobre los protestantes. Vean éste curioso artículo, que ubica la noticia en El Pedroso, sobre la conversión de un niño de 10 años llamado Tomas Pool, hijo de uno de tantos ingleses que trabajaban por aquí:

CONVERSIONTOMASPOOLELPEDROSO-18500518

Hay abundantes noticias similares y en distintos puntos. De hecho, también las poseo sobre agresiones católicas a protestantes, pero no nos extenderemos más en éste ya largo artículo. Miren, por cierto, éste dato que, verán, convierte en cuestión de estado algo tan nimio hoy. Eso sí, pagando los oportunos aranceles:

GAZMAD-18680405-AutorizacionBiblias

Y por fin, el desenlace, la causa que motiva mi denso post: en el número 477 del magazín londinense “Journal of the Society of Arts”, aparecido el 10 de enero de 1862, el cónsul en Seville (Spain) Mr. Julian Benjamín Williams publica un largo artículo sobre la vida en nuestra ciudad en sus aspectos sociales y económicos. Tiene una visión bastante acertada aunque como buen inglés resalta las partes que pudieran ser más llamativas para los lectores de las Islas Británicas.

Al final del todo, termina con esto:

JSA-18620110-JustificaciónCementerio

Creo que no hace falta traducirlo. Es la justificación de la necesidad de la colonia inglesa por tener su propio cementerio, su cementerio protestante. Como verán, se hace por suscripción popular y sabemos, lo supimos en nuestra visita a ése lugar, que el principal contribuyente fue el Sr. Juan Cunningham.

DSC_0317

Ya termino. Probablemente me dirán que me tomé demasiado esfuerzo para una noticia tan modesta. Seguramente les parecerá excesivo que una referencia de tan escasa importancia me obligue a hacer un trabajo tan complejo de búsqueda e investigación.

Sin embargo y en ésta afición que me ocupa, la falta de una coma o ésa misma coma mal situada, abre insospechados caminos de investigación aunque a veces no lleve a ninguna parte, aunque te obligue a dar rodeos en un aparente sinsentido.

En el Cementerio de los Ingleses de Sevilla en San Jerónimo, reposan los restos de muchos británicos que llegaron y se quedaron para siempre. Ellos nos trajeron el fútbol y contemplan, desde el Anillo que quieran, la fantástica evolución de un juego, del juego de pelota con los pies, con el que se distraían y que a lo largo de los años se convertiría en pasiones de masas, en el motor de miles y miles de corazones.

Alguien debería hacer algo porque toda Sevilla, toda, está representada en sus tumbas.

Cuidaros.

SEVILLA F.C. SINCE MDCCCXC

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