martes, 9 de julio de 2013

CONTUMACES

 

Saludos.

“Hasta aquí todo resulta muy loable y su traslación a nuestro club sería deseable, e incluso podríamos decir que la situación de la investigación y documentación en el seno de la entidad sevillista es “envidiada” por los investigadores de la órbita verdiblanca, quienes nos las apañamos con nuestros propios medios y sin ningún tipo de apoyo ni reconocimiento por parte del club. Es más, incluso el programa que en Radio Betis se dedicaba a la Historia, "Leyendas verdiblancas", desapareció sin explicación de la programación y sin explicación alguna.”

(Fuente: lastablasverdes.blogspot.com.es)

Dicho de otra forma, “contáis muchas mentiras pero quisiéramos ser como vosotros”.

Es un tema manido, muy manido, pero no por ello uno puede resistirse a tratarlo una y otra vez (y cuantas fueren necesarias) porque contumaces debe haberlos en ambos lados. Uno lo sigue haciendo a pesar de que lógica y razón te señalen que algo no debe andar bien en determinadas mentes (para actuar como actúan o quizás por ello) y uno se sigue admirando de ésa contumacia, la perseverante y machacona insistencia, la indomable actitud que ofrecen ante un hecho que, lo tomemos desde la óptica que queramos, no les atañe. No les afecta. No incide en nada en su propia historia.

No es asunto suyo y lo traten como lo traten, se empeñen como se empeñen, no les justifica en forma alguna.

Sin embargo, puede que si sea de tratamiento ésa fijación obsesiva y compulsiva, ésa constante vigilancia (que es, además, una forma de voyerismo malsano), todo ése tiempo dedicado a buscar resquicios (supuestos resquicios) y la no menos inmensa cantidad de horas y días invertidos en articular discursos artificiosos, análisis pretendidamente sesudos y concluyentes que, sin embargo, deben rehacer con cada nuevo hallazgo de los de Nervión.

Y vuelta a empezar porque el efímero triunfo convertido en fracaso clamoroso (por mor de los investigadores mucho más serios y competentes, demostrado ampliamente, que calzan de blanco y rojo) apenas les hace mella, miran para otro lado (como si no fuera con ellos) y toda ésa capacidad que demuestran en otear en casa ajena, la disponen de nuevo, intacta, para elaborar una nueva tesis (otra vez la definitiva) en la que por fin destruyen al contrario. Hunden el barco periódicamente.

¿Recuerdan cuántos “partidos del siglo” podemos presenciar cada año? Los ya vistos hasta ahora hubieran debido comenzar en la Roma de César para poder cubrir el calendario secular. Dentro de muy poco, deberemos retrasarnos hasta Jerjes. Pues éstos, los verdes y azules, nos hunden y aniquilan cada mes y medio. Por lo menos desde el Rey Fernando en su caso.

Claro que en sus propias palabras está su capitulación cuando declaran y desean (y no se cortan por ello en su divertida y manifiesta impotencia) que su Club se tome la Historia con el mismo énfasis que aquellos a los que critican con tanto ahínco. Es la Historia misma de ambos clubes. La misma solo que en viendo que donde realmente deben superarnos no lo consiguen y que cada vez las distancias son más amplias, se encofran en la palabrería (ahí son buenos, por cierto, y siempre han tenido amplia cobertura en sus discursos) para justificarse a sí mismos en la medida que ése sucedáneo, ése placebo, les ocasiona algunos instantes de felicidad irreal, virtual, de limitados efectos temporales.

Son como ésas bacterias mutantes que necesitan nuevos antibióticos cada vez.

Desde luego, son los primeros de Andalucía en destrozar contrarios aunque el reguero de cadáveres que van dejando se componga de… ninguno. Pero son simpáticos, muy simpáticos. Sin embargo, las encuestan que se elaboran fuera de Sevilla son, como poco, caramelos envenenados que ellos, los verdes y azules, degluten con fruición porque ahí nos ganan. Arrasan. En algo, a veces el ridículo, nos golean.

Alguien, con buen criterio, espíritu humanitario y mejor humor, debería recordarles que si somos capaces de “engañar” a la propia Reina de Inglaterra, todo lo demás es pan comido. Incluidos ellos (verdes y azules) por aquello de las odiosas comparaciones.

Solo se ataca a lo que se teme.

Tantísimo esfuerzo perdido en buscarle pies a los gatos blancos y rojos, tanto trabajo que no invierten en su propio pasado, tanto vigor desperdiciado en colocar comas donde no debe haberlas… es desalentador. O revelador.

Puede que hayan terminado por asumir la oscuridad en su propio nacimiento, la ausencia de pruebas que demuestren ésa eterna “mentira” de fechas falsas, que renuncien a seguir indagando en los únicos sitios donde podrían encontrar ésas pruebas que los reivindiquen y que solo encuentren consuelo en tratar de minar y destruir el ímprobo trabajo de los demás, de los que sí se toman esto en serio, de los que son capaces de demostrar la Historia de ambos lados. De los tres lados.

Cuidaros.

Sevilla Football Club since 1890.

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