sábado, 18 de mayo de 2013

3 x 0 = 0

 

Saludos.

Emery solo puso voz a las voces y los pensamientos de muchos desde su privilegiada atalaya. Puso las palabras a ése reducto independentista e indomable, en lucha permanente frente a las hordas invasoras de la España catetovetónica, con todas sus divisiones de armas pesadas, bombarderos, infiltrados, quintacolumnistas e inmundos saqueadores.

No podían perder los dos, Emery, porque aún no se ha inventado la figura que permita la descalificación dual por inmoralidad. De hecho, cuanto más indecentes mayor calado, éxito y reconocimientos sociales.

Anoche me regalé una dosis masiva de flagelación gratuita y me senté a ver la final del Campeonato de España entre los dos equipos más fuertes de Madrid. Y anoche y sin que sirva de precedente (nadie se alarme que no volverá a ocurrir), quería que ganaran los colchoneros aunque aún y después de muchísimos años de cálculos mentales, sigo sin tener definido cual de los dos me revienta más.

Pero anoche opté por los rayados porque comparados con los vikingos, no nos los inyectan tanto en vena, en ése tsunami vomitivo y espeso con el que nos atosigan desde todos los medios. Solo un poco menos. Y además, porque todo apuntaba a que perdían frente al todopoderoso, a la banda blanca, a la cosa vostra.

(Los patatuses del comentarista y uno de sus colaboradores fueron antológicos, de mearse por las patas abajo aunque luego tengas que limpiar el sofá).

Solo pensar en que ésa final se jugaba en el estadio de uno de ellos… apesta. Cualquier viso de imparcialidad queda automáticamente anulado, desvirtuado y fuera de contexto. De mi contexto, lógicamente. Pero como yo no soy madridista ni atléticomadridista, mi contexto navega por otros derroteros, en otras claves y entiende la “imparcialidad” en otra dimensión.

Eso, no obstante, casi que sería tolerable si lo comparamos con enviar una afición a mil kilómetros y otra a quinientos (gracias, no obstante y que se repita, por favor, porque nos encanta viajar). Y suerte que no tenemos territorios más allá de Port Bou aunque todo se andará (China está a dos pasos, como quien dice y atesora yuanes a espuertas).

Y mira que ésta vez lo tenían fácil: eligieran el campo que eligieran, estaban a la misma distancia para los dos finalistas. Curioso.

Pero es que la agradable sensación de ver a la Lamprea Mayor acabar el año mordiendo el polvo y de blanco impoluto es incontenible y tenía que escribir sobre ello: 3 x 0 = 0. Pase lo que pase en otros lares, será un año genial por ésa sencilla operación aritmética y aunque luego me tenga que lamer mis propias heridas.

A ver si va a resultar que solo pueden abusar con equipitos de bajo presupuesto.

lamprea

[Anónimos catetovetónicos, sírvanse, por favor, pero lean la letra pequeña del contrato: no salen]

Y fue un espectáculo soberbio de asquerosidades, mal hacer, anti fútbol, guarradas, impotencias, malos modos e ineptitudes manifiestas y elevadas a la categoría de “show mundial”. Tremenda manera de formar a los jugadores del futuro aunque a veces, pocas veces, alguien nos enseñe nuestras vergüenzas.

Nino_separando

Que eso no se repita, por favor. Así no vendemos ni pañuelos en los semáforos, señores de los mass medias. Anoten el nombre del crío para apartarlo de fútbol y pagarle los estudios en judicatura en la mejor universidad.

Recuerden que algunos de los modelos son éstos:

Mou-Clos

Y claro, sufres depresión, incontinencia y proyectas un buen suicidio, rápido e indoloro, abandonando definitivamente la esperanza de que pudiera haber un mundo mejor.

Clos, probablemente, señala a la UK. Mou se extraña porque… ¿qué me vas a contar a mi que yo no sepa?

Dudo que se pueda encontrar más borricos juntos en ningún campo de fútbol español y en ninguna categoría (salvando la plaiestechon). Pero cuando eres asno de lujo y te dicen que puedes cocear con tus herraduras de oro, pues lo haces, suena la registradora y todos tan felices.

Es la perversidad subliminal, sutil y maloliente de la peor versión de la “Marca España” (engendro macabro inventado por el patriotero maniqueo de turno) al que solo faltó el rezo de un padrenuestro al inicio del ritual.

Pero como el mal de los demás es nuestro consuelo, ése 3 x 0 = 0 (que no me reconforta de mis cuitas propias), al menos me deja un rato de sucedáneo de felicidad que no está nada mal para los tiempos que corren.

Cuidaros.

P.D. Un abrazo para mi amigo Juanjo (y Pepa y Adolfo), del Atl. de Madrid, al que deseé el triunfo dos días antes. Ellos saben de mis preferencias y a pesar de todo seguimos siendo amigos.

1 comentario:

pjsendra dijo...

A una hora que supuse inofensiva encendí el televisor y me di de bruces con una segunda parte de la prórroga que comenzaba. Me alarmé en un primer instante pero me sobrepuse y acabé deleitándome con el espectáculo de reafirmación de la identidad de ambos.