jueves, 7 de marzo de 2013

AQUILA NON CAPIT MUSCAS (II)

 

Saludos.

“Pero si no teníamos suficiente con éstos “amigos” cercanos, surgen otros nuevos algo más lejos”.

Así terminaba mi artículo anterior.

Mañana, 8 de marzo, sevillistas y recreativistas celebramos el 123 aniversario del primer partido de fútbol jugado en España entre distintas sociedades y bajo las Reglas de la Asociación.

La Historia comienza con ésta carta, publicada en el diario “La Provincia” de Huelva, que se conserva en la Hemeroteca Municipal de la ciudad hermana.

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Con ésa carta se inició un largo y generoso proceso de trabajo e investigación de muchas personas, gratificante como pocos y que culmina con la afirmación, probada documentalmente, de que el Sevilla F.C. se fundó un mes antes, justo el 25 de enero de 1890.

Pero en ése proceso no todo iba a ser fácil.

Déjenme que les relate un poco de Historia… reciente.

Cuando el Sevilla F.C. prepara los actos de conmemoración de su Centenario (2005), se encarga a un pequeño grupo de estudiosos sevillistas (Agustín Rodríguez, Juan Castro y José Ramón Penella), que organicen la parte documentalmente histórica para el evento, una magna Exposición y el Museo que mostraría detalles de la evolución del Club desde su nacimiento.

Los estudiosos se ponen en contacto con diferentes historiadores de otros clubes, con objeto de hacerles partícipes del evento, y establecer relaciones de intercambio documental para beneficio de las partes. Entre ellos el eminente D. Antonio La O, Historiador Oficial del Recreativo y coautor de la “Historia del Real Club Recreativo de Huelva, 1889-2003: de club de recreo a S.A.D.”, editado por la Diputación Provincial de Huelva en 2003. El libro lo firma junto a D. Diego Becerril.

El Sr. La O tiene la extraña virtud de ser honrado, ético, científico y legal. Así, el SR. La O descubre un recorte en el diario “La Provincia” de marzo de 1890 que muestra una carta enviada desde Sevilla, firmada por un tal Isaías White, pidiendo al Huelva Recreation Club si aceptan celebrar un match de foot-ball en Sevilla y bajo las normas de la Association Rules (como vemos en la imagen anterior). El Sr. La O se la ofrece a Agustín Rodríguez y sin proponérselo, inocentemente porque es honrado, señala el inicio de una guerra sin sentido que se recrudece extrañamente cada día.

Lo que en principio parece obedecer, y así se planteó, al sano intercambio de datos históricos entre investigadores, se ha ido enquistando por mor de las fabulaciones de un individuo que, guiado de sus paranoias particulares, inventa y propaga ideas imposibles de todo lo relacionado con el Sevilla F.C.

Es un señor (no vive en Huelva, precisamente, si no bastante cerca del Ramón Sánchez-Pizjuan) que firma libros, colaboraciones y trabajos bajo pseudónimo, con nombre falso y que aunque porte un hermoso y taurino apellido, prefiere un remoquete afrancesado.

Pertenece a una organización de investigación histórica de ámbito europeo, en su sede española, donde también se presenta con nombre falso y en la que, para general sorpresa, se le permite. Sorpresa porque ésa actitud hace dudar de la seriedad del organismo.

Intenta, sin el menor pudor, suplantar personalidades para conseguir acceso a nuestro Estadio y a los documentos que custodiamos, donde por suerte se le pudo frenar a tiempo porque de haberlo logrado, tal vez hoy hubiéramos perdido uno de suma importancia: los Estatutos de 1914.

Envía larguísimos documentos sin firmar (como no podía ser de otra forma) y a todo el que quiera leerlos, en los que supuestamente desmantela nuestras tesis. En dichos documentos formula una larga lista de preguntas (todas y cada una debidamente respondida desde el Área de Historia del Sevilla, con pruebas y evidencias) y que quizás debiera hacerse a sí mismo y a su Club antes que a los demás. Igual no puede responderlas y por eso huye hacia adelante. Tal vez debiera aplicarse aquella máxima futbolera que sentencia que “el mejor ataque es una buena defensa”.

Sin miramiento y faltando el respeto a ilustres ciudadanos de Sevilla, trata de presionarlos intentado boicotear las actividades de nuestro Club sobre Historia, en un acoso privado indigno.

No duda en inundar la red de mensajes explosivos para soliviantar los ánimos de una parte de los aficionados onubenses, recaudando adeptos de fácil adquisición, con discursos falaces y propagandas populistas, generando una violencia factible y absolutamente fuera de lugar.

Establece concordatos imposibles aplicando aquel proverbio árabe que señala que “los enemigos de mis enemigos son mis amigos”, creando falsas ilusiones que, sin embargo, ésos “amigos” abrazan enseguida sin cuestionar nada.

Busca aliado al que embauca de mala manera, dirigiendo sus discursos y haciéndolo decir barbaridades como esta…

“En el trasfondo de la polémica se esconde la cuestión del Decanato. Del Decanato del fútbol español en general y del sevillano en particular. Hemos vivido polémicas similares sobre la fundación de otros clubs e incluso sobre la RFEF o el COE.”

…y aunque ése aliado se suponga que pertenece a un nivel superior pues dice ostentar méritos mucho más elevados. Sin embargo, permite ser manejado de forma casi infantil. Sorprendente.

Su indudable capacidad de engatusar solo es posible en alguien experto en el mundo de los estudios de mercado, del marketing…

Podría seguir enumerando sus “hazañas”, pero veamos, finalmente, lo que llega a decir este monsieur de remoquete:

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¿Van aproximándose a la catadura moral de un sujeto que arremete con tan bajos instintos a un honrado historiador? Las diferencias entre ambos, como ven, son abismales.

Una guerra decidida por un solo bando que a la voz de ¡nos atacan..! sin ser cierto porque el “enemigo” duerme plácidamente en sus cuarteles, tiene movilizado a un pequeño ejército de feroces defensores de una causa ficticia, propia de otras épocas cuando se inventaban enemigos exteriores para ocultar o tratar de justificar los problemas internos (¿recuerdan a la “pérfida Albión”, el famoso “contubernio judeo masónico”, el “oro de Moscú” o la “herencia de Zapatero”?).

Su obsesión: el Decanato del Real Club Recreativo de Huelva, cuestión que nadie discute porque “el decanato es incuestionable”. Lo dice él mismo y lo suscribimos nosotros.

Puede que la clave se encuentre en su indudable archivo de información, en su conocimiento de la Historia de su Club y en el temor a que nosotros mostremos eso mismo: documentación.

Cuidaros.

2 comentarios:

Rafael Sarmiento dijo...

Os leído mucho sobre el individuo este, y de verdad que no lo entiendo. ¿Qué más le da cuando se fundó otro club si eso no afecta al decanato del suyo? Si es que es eso lo que de verdad le importa.

Lo de indignarse porque un señor de Huelva colabore con uno de Sevilla, y que eso no lo puede soportar por ser onubense, es de imbécil (esto no sale de aquí, ¿no?)

Distinto sería que vosotros supiérais más de lo que decís, que él también sabe que lo sabéis, que no lo decís porque no merece la pena (porque no afecta al Sevilla) y que, efectivamente, afecte al decanato del Recre.

Pero esto son cosas mías, que soy mucho de ver fantasmas donde no los hay.

Un abrazo.

Jose Manuel Ariza dijo...

Saludos.

Eso te pasa por mirar a los fantasmas.

Gracias.

Cuídate.