martes, 28 de febrero de 2012

¡PUES QUE JUEGUEN MEJOR!

 

Saludos.

Éste señor de la foto es Chema Abad…

CHEMA ABAD-2

…y dirige el programa de Radio Nacional de España “Tablero Deportivo”, que emiten los sábados y domingos con el habitual carrusel en donde hacen conexiones en directo con los campos donde se juegan los partidos.

Le acompañan Germán Burgos (el “mono” y no es casual el apodo)…

MONO BURGOS

…Rafa Guerrero (el línea penoso de infausto recuerdo)…

RAFA E ITURRALDE

(Es el de la izquierda, no confundan con el cuatrero de la derecha)

…y Onésimo Sánchez (aquella cabeza con un cuerpo debajo y dos patas poderosas que se quedó en eterna promesa y que “disfrutamos” en Nervión en la temporada 1996/1997).

Onésimo

Ubiquémonos:

Domingo 26 de Febrero, seis y algo de la tarde. Viajo de vuelta a Sevilla, en coche. Ya ha comenzado el partido en Valencia y un tanto nervioso, busco una emisora que me cuente lo que está ocurriendo. La Radio del Sevilla no llega tan lejos y debo buscar alternativas con el botón de “search”, que es lo mismo que “busca” pero en fisno internasioná.

Se para en la Condena SER un instante y cambio enseguida porque no me gusta vomitar mientras condusssco porque se pone tó perdío.

La siguiente en el dial es, oiga usted, Radio Nacional. La radio de todos, la que pagamos de nuestros impuestos calcemos el color que calcemos y en igual medida a pesar de los desniveles de renta. Esa.

Andan hablando, cosa rara, de las exquisiteces de un gol de tacón de algún fantasma merengue (del día anterior), siguiendo el guión normal, obligatorio y necesario por el bien de la mejón liga der mundo. Natural si consideramos que hay noticias que perduran en el tiempo por sí mismas y otras caducan apenas producidas, es decir, se habla de un equipo, un poco largo de otro y nada o casi nada del resto. La Liga BBVA la componen 2 y 18 equipos.

El partido en Valencia seguía su curso y yo con cara de bobo esperando algo, una jugada, un córner, una galopada de Navas… ¡¡¡¿Cómo carajo va el Sevilla?!!!, grito. Me sosiego. Les doy tiempo para desarrollar sus magníficas tesis futboleras…

Hablan y hablan (el ochenta por ciento prescindible aunque hay que llenar muchos minutos con sonidos bucales, ergo galimatías) de las escasas diferencias que existen entre un montón de equipos para alcanzar puestos de Europa o caer en zona peligrosa, de descenso. Onésimo (que me parece mucho mejor comentarista que jugador lo fuera), destaca las diferencias entre los dos primeros y el resto. Exquisito el hombre, señala que:

-¡Así está la Liga!.

-¿Qué le pasa a la Liga? –inquiere Chema.

((Se escucha un clic mental nítidamente, al modo ping de los submarinos: detectado enemigo en el sonar))

-Pues que hay demasiadas diferencias –apostilla Onésimo, algo apocado porque me imagino que el “jefe” del programa le ha dirigido una mirada asesina.

-¡Pues que jueguen mejor! –sentencia.

El Chema. Lo dice el Chema, se queda tan pancho por la genialidad y cobrará a final de mes un suculento salario, público, por estar ahí tantas horas dando el callo.

No os voy a repetir lo que me salió de los más profundo y con una potencia sonora inusitada, impropia, desconocida para mí mismo. Creo que salvo los goles del Sevilla, nunca he gritado con tanta fuerza, nunca. Y no lo repito aunque mi mujer, que viajaba a mi lado, pegó un brinco que a punto estuvo de hacerme saltar los airbags.

Los cuatro tímpanos quedaron tocados. Empate 2 a 2.

Este señor dirige y presenta un programa deportivo en la Radio Nacional de España. Todos los fines de semana se pega horas y horas ante el micrófono para que los españolitos estemos, se supone, al tanto de la jornada futbolera. En directo, es decir, hay que ser especialmente cuidadosos porque lo que se diga saldrá a las ondas sin posibilidad de control y quedará ahí.

Este señor piensa que las diferencias entre los dos equipos de la cabeza de la Liga y los demás es porque éstos juegan mal.

Este señor (llevo todo el artículo tentado de decirle cretino, pero no lo haré), es, sin embargo, reo de estupidez.

Y este señor tiene la misión de hablar largo y tendido de fútbol en la emisora de todas las aficiones, de todas. Las grandes, las medianas y las chicas. Este señor, más que ninguna otra (las empresas privadas son muy libres de establecer sus estrategias como mejor les venga en gana), debería tener un cuidado exquisito y un trato equitativo con TODAS las aficiones.

Pero no es así y al trato vejatorio, al desprecio, al ninguneo que nos vemos sometidos los que no adoramos a los 2 equipos, debemos soportar que se nos meta la mano en nuestras carteras para pagarle un salario hermoso a este tipo.

Porque son “impuestos” que si no…

Cuidaros.

lunes, 27 de febrero de 2012

LA PIEL SENSIBLE

 

Saludos.

La piel es la parte física más externa de nuestro organismo, la frontera con el mundo que nos rodea. Aparentemente delicada (nos hacemos un rasguño apenas nos rocemos con algo), también es la primera y más llamativa señal de alarma de que algo, debajo, no va bien.

Si ponéis el título de la entrada, entre comillas, en un buscador de Internet (por ejemplo en gúguel), os pueden salir más de 2.800.000 enlaces a portales que tratan del tema en su aspecto médico o estético, con millares de consejos y medicamentos para su cuidado, conservación y reparación. Y es un órgano que transmuta continuamente, renovándose cada minuto.

Pero poseemos otra piel aún más importante si cabe: la piel mental.

Tenemos ésa otra piel en el cerebro, en la parte intangible del órgano rector de nuestros pensamientos, tan delicada  o más que la otra, la física. Probablemente más y al contrario que la primera, raramente cambia, o lo hace muy lentamente, a pesar de que estemos capacitados para modificarla y estructurarla en función de datos, información y conocimiento empírico. De hecho, toda nuestra existencia es un continuo almacenaje de circunstancias vivenciales en nuestra memoria, para y a pesar de lo que se diga, evitar cometer los mismos errores cada vez. Y los aciertos aunque sean los primeros los que más nos marquen.

No tanto en su apartado sentimental porque es más intangible aún.

Los sentimientos de la piel mental no se pueden medir, calibrar, raramente modificar o reparar y suelen acompañarnos todas nuestras vidas, desde que somos capaces de establecer nuestras preferencias personales. En lo que sea.

Ya de niños algo nos define como, sea el caso, adeptos a un equipo de fútbol. Hay seguidores de equipos que atesoran ingente cantidad de títulos y trofeos, otros menos y algunos ninguno… pero todos tienen sus partidarios incondicionales y hagan lo que hagan, estén como estén, ganen o pierdan, los fieles irán siempre con ése escudo y ésa bandera como divisas de sus sentimientos.

La suerte es esquiva y no siempre está de nuestro lado. En fútbol las más de la veces por cierto, salvo para unos cuantos elegidos que dan más glorias que penas. Para los demás, es un continuo gráfico de cimas y valles, de aciertos y errores, de alegrías y frustraciones y aún a pesar de ello, siempre fieles y mostrando con orgullo nuestras divisas.

Pero no siempre usamos la piel mental con el equilibrio que se pretende en mentes racionales y porque los sentimientos no atienden a cuestiones de lógica o sensatez. Son y no se pueden explicar.

Durante décadas hemos vivido en el Sevilla un continuo bombardeo de la otra parte de la “piel sensible” del fútbol hispalense. Hemos sido vilipendiados, vapuleados, acusados, difamados, calumniados y denigrados por nuestra condición de sevillistas. A nosotros, a nuestros dirigentes y a nuestro Club se nos han imputado hechos y actuaciones terribles, de abuso, de prepotencia, de excesos…

Se nos acusó de no admitir obreros, de atropellar a niños en el campo, de robar jugadores, de representar a la clase fascista, de aliarnos con el poder (legítimo o no), de discriminar en razón de la ubicación de los estadios, de… un largo y complejo listado de supuestos agravios que históricamente impidieron el desarrollo “normal” del otro Club de la ciudad.

Es curioso, por lo sorprendente e infantil de los argumentos, que todos los males del Real Betis los representaba siempre el Sevilla F.C. Curioso.

Es lícito, no obstante, que cada cual decida qué le impide ser diferente, distinto o mejor aunque haya que preguntarse si se quiere serlo y qué modelo queremos imitar.

Lo que parece poco aconsejable (incluso bastante torpe) es que siempre que intentemos algo, se haga lo que se haga, “otro” nos impida conseguir nuestros objetivos. En clave de creyentes, el diablo siempre puede al dios. O la proyección de nuestras propias carencias en los demás.

En ésta larga y tediosa historia hubo un punto de inflexión, un momento donde los acontecimientos tomaron un nuevo derrotero y los planteamientos cambiaron radicalmente. En 2005, precisamente, año de nuestro Centenario como Club Oficial, un crecido representante temporal de la parte más rancia del beticismo (que desaparecería estrepitosamente un poco más tarde), la que atesora la ristra más larga y esperpéntica de tópicos sobre ambos equipos, hizo unas declaraciones públicas reclamando la antigüedad de su Club por encima del nuestro.

Y eso abrió la espita que nunca debió estar cerrada.

El “nosotros a lo nuestro” dejó de serlo y de la mano de insignes sevillistas como Agustín Rodríguez, Juan Castro, Carlos Romero, Enrique Vidal, Antonio Ramírez,Juan Luis Franco… (más tarde nos incorporamos otros cuantos y siguen llegando nuevas y valiosas adquisiciones) comenzó la ardua, larga y compleja tarea de desmantelar un discurso ruin, perverso, maloliente y sobre todo, increíble por lo burdo del tinglado. Hay que reconocer, no obstante, que por aquello que decía de los sentimientos, cualquier barbaridad puede tener acomodo en mentes poco analíticas y prestas a justificar (superficialmente, la piel), el desatino más rebuscado que se presente.

Había dos maneras de enfrentarse a los hechos: crear nuestra propia contraofensiva en términos similares (amparados en el conocimiento documental que atesorábamos) o, por el contrario, limitarnos a presentar ésas pruebas para que el lector, del bando que fuere, extrajese sus propias conclusiones.

Se optó por la segunda, lógicamente, porque desmantelar décadas de maledicencia solo es posible ante la fatalidad de los hechos históricos, los documentos y las pruebas que impiden lecturas torticeras, que sobrepasan la maldad y ante los que hay que pararse, analizar y sobre todo, frenar la inquina.

Llevamos ya años mostrando ése arsenal de documentos, se han desmantelado uno por uno la mayoría de los tópicos (otros, importantísimos, lo serán en breve y hasta aquí puedo leer de momento), se han presentado las pruebas que indican, sin posibilidad de lecturas posteriores o distintas, que los HECHOS no fueron como se han contado, se ha reconstruido el pasado en base a ésas PRUEBAS y ha resultado muy diferente de como se venía narrando. Sobre todo, porque siempre se relataban, interesadamente desde una parte, para denigrar al otro, para imputar actos de dudosa dignidad y para amparar los propios fracasos en la perversión del contrario.

Como todo y si hablamos de sentimientos, más, también debe resultar lícito que ésta parte, la de los sevillistas y a tenor del nuevo panorama histórico que se muestra, sintamos un renovado orgullo de nuestro pasado. Es verdad que nadie está del todo limpio, que hay pasajes oscuros en ambos lados, que nadie puede reclamar la limpieza absoluta… pero es más cierto aún y eso es irrebatible, que la parte sevillista, la del Sevilla F.C., la que representamos los que calzamos colores blancos y rojos, nunca hemos inventado, urdido, falseado ni engañado (estructural, social y políticamente) sobre el otro Equipo. Nunca.

Y ni por asomo se nos ocurrió, jamás, imputar a nadie ninguno de nuestros errores creando campañas difamatorias de largo alcance.

No somos mejores ni peores, más listos o más guapos. Somos distintos porque tenemos la inmensa suerte de ampararnos en el Club andaluz que más méritos deportivos atesora. Con diferencia, con gran diferencia.

También debería resultar comprensible que tras ésa ingente tarea de investigación y con los resultados felices de la misma sobre la mesa (desconocidos incluso para la mayoría de nosotros mismos), los palanganas hinchemos un poco más los pechos, que hablemos de nuevas perspectivas históricas, de que muchos suelten ése aire contenido en los pulmones durante tantas décadas y podamos frenar, de golpe y con argumentos, las batallitas que se nos cuentan desde el lado rancio, desde los obtusos, desde los que repiten sin fin una letanía prestada, superficial, poco consistente y sobre todo, perversa.

Hay que reconocer (porque es de justicia), que una parte (desgraciadamente aún pequeña, muy pequeña),  de investigadores béticos (a los que respetamos y admiramos porque su trabajo dentro de su Club es complicado), ya lleva tiempo trabajando bien en la recomposición de la Historia; que han dejado atrás, definitivamente, ésos tópicos que a nadie benefician, que podemos ir juntos y de la mano en busca de las verdades del pasado sin que la rivalidad, la sana rivalidad deportiva, nos obnubile la razón y el conocimiento.

Pero a muchos de éstos amigos se les está poniendo la piel sensible. Demasiado sensible y eso anuncia que quizás haya algún problema soterrado, interno, latente. Mal curado.

¿Hacemos un ejercicio formal, serio y respetuoso de investigación histórica?

Pues convendría, como primer paso, RECONOCER los errores habidos, es decir, decir públicamente que aquello no fue así porque las PRUEBAS lo desmienten. Y hacerlo aunque ello suponga enfrentamientos internos. Sobre todo porque tener la razón de tu lado te otorga valores suficientes y aunque el miedo sea consustancial a ser humano, cuestión que se entendería.

Como paso segundo, instar al Club a que admita que ha estado décadas mintiendo lastimosamente sobre el Sevilla F.C. (en boca de muchos de sus directivos y representantes) y que deje de hacerlo. Y puestos a pedir (aunque pudiera parecer ilusorio), con alguna frase donde aparezca algo así como “perdón” sería suficiente desde mi humilde punto de vista.

Tercero, dirigirse a determinadas “autoridades” del beticismo (léase, por ejemplo, Mercedes de Pablo, Antonio Hernández, Fernando Fedriani, Isabel Simó…) para que, DOCUMENTOS en mano, dejen de decir y escribir estupideces que solo sirven para engatusar a una parte de la masa social poco dada al criterio sosegado y analítico de los hechos.

Y cuarto… una vez limpiada la casa, nos organizamos para amueblarla de nuevo. Esta vez con maderas nobles, nada de aglomerados.

No, amigos. No reviertan de nuevo la situación y ahora esgriman un argumento tan falaz como peregrino de que nosotros, los investigadores sevillistas, estemos haciendo una revisión histórica que pretenda invertir los papeles que cada cual ha jugado en toda ésta trama.

No sean pueriles.

No pretendemos revertir nada, no deseamos imputar males ni reivindicarnos en nada. Es solo una cuestión de honestidad para con la Historia y que cada cual, cada uno de nosotros, asumamos nuestros pasados con todo lo bueno y lo malo que ello comporte.

Y si vosotros deberéis recomponer mucho más, no es asunto nuestro. Han sido décadas de tristes y efímeros triunfos que ahora hay que reconducir.

Porque si hemos de hablar de pieles sensibles, convendrán que la ronchas que tenemos nosotros no son nada comparadas con ése sonrosado que presentan sus pieles verdes.

Cuidaros.

miércoles, 22 de febrero de 2012

10.830.693

 

Saludos.

Son, exactamente, los votos obtenidos por el Partido Popular en las Elecciones Generales del pasado año. Son, también exactamente, 186 Diputados sobre 350 posibles.

Mayoría absoluta.

Todos los demás juntos 12062072, pero por aquello de la Ley D’Hondt y el reparto proporcional de escaños, gobiernan con la diferencia necesaria para hacer y deshacer a su antojo, es decir, 186 contra 164. Sacan todo.

Dicho de otro modo, “Patente de Corso” porque todo lo que hagan, sea lo que sea (echadle cuanta imaginación queráis y os quedaréis cortos), tendrá el aval del Rey. O del “pueblo” (supuestamente) en su caso.

No se cortan un pelo. La Reforma Laboral recientemente aprobada es solo la primera entrega y vendrán más. Es un aldabonazo de gran calado porque acaban de echar para atrás treinta años de derechos y conquistas sociales (“conquistas”, sin dudas, porque nadie le ha regalado nada a los trabajadores y todo lo obtenido ha debido ser luchado palmo a palmo y a veces, muy duramente).

Es, sencillamente, un trasvase bestial de derechos a los empresarios (por si no tenían ya suficientes), hurtados de la parte más débil (teóricamente puesto que si lograran caminar unidos no habría enemigo posible) en el conflicto.

El Gobierno, los gobiernos, deberían ser una figura legislativa imparcial, equilibrante y puramente administrativa. Deberían ejercer de contrapeso a las tendencias sociales de los poderosos y de los otros, de los ricos, de los menos ricos y de los pobre porque “gobernar para todos” no puede ser la excusa para cargar, siempre, todo el peso a las espaldas de los mismos.

Ni siquiera es cristiano por mucho que alardeen de ello.

Nunca deberían tomar partido claro y de manera tan descarada por uno de los bandos y de ninguna forma (necesaria, racional, ética y moralmente) por el de los fuertes, el de los poderosos, porque éstos tienen armas de sobras mientras los otros apenas les llega con una intifada.

El partido de ellos mismos.

Además advierte:

antidisturbios

”tenemos 10830693 argumentos. y vayan, por tanto, poniendo sus barbas a remojar”.

Porque serás culpable de contraer enfermedades.

Porque será más fácil aún, facilísimo, desprenderse de ti (que ya llevas muchos años y has acumulado antigüedades, pluses y otros), para colocar en el mismo sitio a uno más joven, más preparado y por la mitad.

Porque no les importa si tienes familia que alimentar, malamente, con el paro: deberás aceptar lo que te ofrezcan (tal vez una hora de trabajo a cuarenta kilómetros de tu casa) so pena de perder la insuficiente prestación del desempleo.

Porque copagarás las consultas médicas y los medicamentos (en realidad, “pagarás dos veces” sería más adecuado).

Porque volveremos a la educación clasista, privada, para las castas altas. Las clases bajas andarán sobrados con un buen PPO. Los que ya están formados (fruto del tremendo error de socializar la educación), que se busquen las habichuelas en el extranjero. Aquí no hay sitio para tanto cerebro y además, es peligroso que sepan tanto porque es más complicado engañarles.

No les importará que con la mitad del poder adquisitivo (quien lo logre), se reduzca el consumo en igual proporción porque lo interesante es “crear empleo”, el famoso eufemismo con el que esconden, directamente, incrementar los beneficios de la minoría…

Santander, solo 5351 millones de beneficios en 2011.

Tendremos, no obstante, comedores sociales en Cáritas y otras tantas ONG’s.

Y la crisis, ése problema creado para justificar una reacción y aplicar una solución, ocultándolo todo, amparándolo todo, engatusando a casi todos.

Porque 10830693 no pueden equivocarse y hasta respaldarán cualquier iniciativa que “vendan” como remedio a la terrible CRISIS.

Producía dentera, en determinados círculos, hablar del “estado del bienestar”.

El de los pobres.

Cuidaros (más que nunca).

sábado, 18 de febrero de 2012

CORREMOS TODOS

 

Saludos.

Una jugada cualquiera: Navas corre la banda, dribla a un defensa, sobrepasa al segundo y cuando pensamos que se le escapa el balón por la línea de fondo, centra. Lo ha hecho mil veces y lo seguirá haciendo.

En el área, D. Frederick pega dos pasos de gigante y se sitúa en el único hueco que deja la zaga contraria. El balón de Navas, medido milimétrica y mágicamente por las manos de los hados (hay uno al que le hemos visto la partida de nacimiento y figura nacido en Los Palacios, de profesión mago), se dirige a su portentosa cabeza.

Ahora pongamos las cámaras lentas y enfoquemos, a la vez, para Kanouté y para los espectadores y veremos una sucesión de planos casi idénticos (salvando las distancias). En el césped, el jugador, en su corta carrera, flexiona convenientemente sus piernas para tomar impulso y saltar. Lo hace de manera automática fruto de años de experiencia, buen sentido, preparación y capacidad.

En la grada, iniciamos un lento despegue de nuestros traseros del asiento, los cuellos tiesos como palos tras muchos años de práctica.

D. Frederick, ya en el aire, ondea su cuerpo hacia atrás mirando fijamente al esférico que vuela hacia él. También lo ha hecho miles de veces y sabe, exactamente, el grado de inclinación necesario para soltar el latigazo de su portentoso cuello.

Congelamos la imagen.

En la grada, igual.

Pero como en el toreo de salón, no es lo mismo. En la grada estamos miles, hombro con hombro y todos los que te rodean son de los tuyos. Empujamos en la misma dirección y no tenemos defensas que nos claven codos en los riñones (a veces, no obstante, el vecino lo hace pero sin acritud, como de apoyo y no nos duele. Incluso pregunta ¿has visto lo que ha hecho? Y lo dice mirando la misma jugada que has mirado tú que asientes. Lo he visto).

Volvamos al campo y le damos al play otra vez.

D. Frederick inicia el movimiento del torso para que el efecto palanca sea completado y la cabeza, el tercer arma del jugador, colisione en el sitio y momento oportuno con el balón, dándole la fuerza y la dirección necesarias y justas.

En la grada, todo el campo se ha semi incorporado entre el sentado y el de pie y ha inclinado ligeramente las cabezas de la misma forma, gesto similar, de salón.

Y se produce el momento mágico.

La frente de Frederick impacta, el balón sale repelido y cuarenta y cinco mil quinientos remates virtuales empujan.

La pelota asemeja una bala de cañón que se incrusta en el baluarte contrario. Indefendible, imparable.

Y ahora notamos, porque seguimos con la cámara lenta, que hemos dejado de ver a Frederick y solo miramos la trayectoria del balón. Lo vemos y casi no lo vemos porque a pesar de que hemos rebajado la cantidad de imágenes por segundo, la pelotita va tan rápida que no hay apenas distancias entre el momento del impacto y el balón parado en el fondo de la red.

GOL.

El jugador levanta los dos dedos índices y su cabeza al aire, brazos en ángulo recto. Los otros cuarenta y cinco mil quinientos jugadores los estiran al cielo, palmas abiertas, gargantas expeliendo un larguísimo ¡¡¡¡¡goooooooooooooooo!!!!!.

Pausa.

Han sido mas de noventa mil ojos clavados en el mismo protagonista y en el mismo punto que:

  • Será esférico.
  • Será de cuero u otro material adecuado.
  • Tendrá una circunferencia no superior a 70 cm y no inferior a 68 cm.
  • Tendrá un peso no superior a 450 g y no inferior a 410 g al comienzo del partido.
  • Tendrá una presión equivalente a 0,6 – 1,1 atmósferas (600 – 1100 g/cm2) al nivel del mar.

¿Alguien habrá calculado alguna vez la cantidad de impactos que sufre un balón en un partido? Algunas estadísticas no sirven para nada pero los curiosos perdemos mucho tiempo en tonterías.

Play normal.

A Frederick lo rodean otros diez (el que viste distinto y guarda la puerta de la Torre no suele invitarse a ésas celebraciones por precaución) y apenas se le ve, por su tamaño, la cabeza. Navas ha saltado como un mono y se le subió (es el más rápido y siempre llega el primero), a la garganta en un abrazo de niño que adora a su padre.

En la grada no es posible hacer la piña so pena de romperte algo, pero los abrazos son idénticos con los vecinos, lo achuchones, las manos que se estrechan y estrellan… Risas, sonrisas, ojos brillantes y felicidad.

Y palmas. Un tsunami de palmas humeantes que hacen temblar de gozo al Templo y provocan ronqueras desde lo más profundo (si no me crees, escúchate mañana por la mañana).

Los Biris arrasan con su gratificante contaminación acústica y los coros del resto no se les quedan a la zaga.

En Nervión jugamos todos y todos empujamos la pelota. En Nervión somos cuarenta y cinco mil quinientos once contra once aunque tantas veces jueguen con cuatro más.

En Nervión todos salimos cansados por los esfuerzos, por empujar, por ganar y queremos seguir saliendo agotados de marcar goles.

En Nervión jugamos todos. Todos, sin excepciones.

Cuidaros.

viernes, 17 de febrero de 2012

TODOS SEVILLISTAS

 

Saludos.

Todos significa todos, es decir, sin excepciones. Insisto: sin excepciones.

Me da igual que seas sevillistas desde hace media hora o desde que te parieron.

Me importa un higo si llegaste a Nervión de la mano de una Copa, en 2006 o en 1905, o andabas por allí antes de que se cimentara en Templo. Si viste al Sevilla en el Hipódromo de Tablada, en la Trinidad, en el Prado, en el Mercantil, en el Campo de la Victoria o en Nervión.

No me interesa. No te mido. No te calibro. Ni a ti ni a nadie. Déjame ser sevillista como yo quiera porque yo, como yo quiera, quiero tanto al escudo y a los colores como puedas quererlo tu. Igual.

Lo mismo que otros que no van al campo y como los que se sientan allí cada partido. Como los que viven a muchos kilómetros y no vienen como los que llegan andando desde sus casas.

Igual.

Tanto infantilismo aburre.

Tanta tontería asombra.

Los que estemos el sábado y los que no estemos, todos sevillistas. Todos. Sin excepciones.

Mi pasión la mido yo y solo me mido a mí mismo. Y si vamos juntos o si lo vemos por televisión, todos, sin excepciones, somos sevillistas.

Porque lo llevamos dentro, muy dentro, a flor de piel o en la partida de nacimiento, todos somos sevillistas.

Y nuestras historias solo las conocemos nosotros, los sevillistas. Uno a uno y nadie mas. Nadie porque somos cada uno, cada cual, de la forma que sea, con o sin dinero, con o sin aliento, con o sin voz, con o sin voto, con o sin razones, con o sin argumentos…

…TODOS sevillistas.

Todos. Sin excepciones.

Desde hace 122 años y tu no cambiarás eso. Es demasiado grande para ti.

Cuidaros.

P.D. Para Álvaro Yanes que sabe donde hay que tocar las fibras. Mis respetos, amigo.

sábado, 11 de febrero de 2012

CHOVINISMO MAL DIGERIDO

 

Saludos.

Asistimos éstos días atónitos (o no tanto) al despliegue mediático galo contra deportistas españoles. No es nuevo, por otra parte.

Tras la más que discutible condena de Contador, ahora se despachan los vecinos con Nadal, ponen el ventilador del doping en marcha y que salpique la mierda a todo el mundo… de los Pirineos hacia abajo.

Francia posee dos eventos de primer nivel mundial deportivos: el Tour y el Roland Garros. Y una Selección de fútbol.

En el Tour (la más francesa de todas las pruebas atléticas), no gana un nativo desde 1985 (Bernard Hinault) y partir de ése año, han pasado por el puesto más alto del podio de los Campos Elíseos Pedro Delgado (1), Miguel Induráin (5), Óscar Pereiro (1), Carlos Sastre (1) y Alberto Contador (3), es decir, 11 títulos en los últimos 26 años frente a… algún segundo puesto (nosotros también).

Ya con Pedro comenzaron las acusaciones, veladas y no, del uso de “ayudas” químicas para obtener los triunfos al pedal. Y todos y cada uno de los que le siguieron fueron, de alguna manera, objeto de la misma disciplina.

No ha habido un solo ganador español del Tour, desde Delgado, que no haya sido cuestionado en los medios franceses, directa o indirectamente. La idea que subyace es que los españoles ganan porque se dopan. Solo los españoles.

Y a Contador lo han desposeído por un registro de Clembuterol mega ínfimo y que cualquier ciudadano supera con creces con una alimentación normal. La pregunta es: ¿ésas supuestas cantidades de dopaje son decisivas para obtener mayores rendimientos en la bicicleta?

El Roland Garros es una de las pruebas más importantes del tenis mundial. Es sobre tierra batida y miren por donde, la superficie más idónea, desde siempre, para el tipo de juego de los españoles (más técnica y de menos fuerza bruta). La mejor prueba mundial sobre ésa superficie la ganó el último francés en 1983 (Yannick Noah). Desde entonces, han levantado la copa Sergi Bruguera (2), Carlos Moyá (1), Albert Costa (1), Juan Carlos Ferrero (1) y Rafael Nadal (6). Son, por tanto, 11 títulos en 28 años.

Parece que se nos están atosigando los chovinismos porque 11 Tours y 11 Roland Garros en menos de 30 años debe doler. Y deben doler mucho más si quien les pega ésos baños son españoles, los de ése pueblo del sur a los que miran mal (en general y sálvense quienes puedan) desde su altura… ¿cual?

Y tienen, además, una Selección Nacional de Fútbol.

Para un país que supera los 65 millones de personas frente a algo más de 47 nuestros, con un producto interior bruto que los coloca entre los siete primeros del mundo, con una tradición democrática ejemplo para el resto y con un General De Gaulle que se permitió echar, literalmente, a los yanquis horas después de que los liberaran de los nazis, debe ser muy doloroso que los mindundis del sur, los que los derrotaron y les obligaron a huir en desbandada, siendo el más poderoso ejército del mundo, a base de aplicarles un invento español (las guerrillas), tengan los mismos títulos que ellos: un mundial y dos Copas de Europa.

Y todo apunta a que vendrán tiempos mejores porque en ninguno de los tres eventos apuntan algo apreciable, todo lo contrario que en ésta parte. Y no entro en la derrota del Europeo de Balonmano que les aplicamos recientemente a ellos, los del doblete.

Igual que vivimos los sevillistas en otras circunstancias, la incapacidad obliga a buscar atajos poco edificantes y son, lo pongan como lo pongan, declaraciones públicas de la  más absoluta impotencia. Bien adobada, además, de envidia galopante.

Vous soigner.

miércoles, 8 de febrero de 2012

EL PUENTE

 

Saludos.

puente_carranza

¡Qué pena que el León de Carranza sea tan estrecho! ¡Qué pena que no deja pasar el viento, el aire limpio, el vendaval aunque tu nombre evoque pasados tan oscuros!

¡Qué lástima que algo tan grande se quede allí, en La Viña y alrededores y nos prive, a los de tierra adentro, de espacios mentales tan enormes!

¡Qué libertad!

Yo te saludo, Cádiz.

Y me rindo a tus Carnavales.

Salud, Baco.

carnaval-de-cadiz.carnaval-cadiz-2012-b

Cuidaros.

martes, 7 de febrero de 2012

Y SION SE RIE

 

Saludos.

Túnez abrió la veda y las piezas del dominó han ido cayendo una tras otra sin remedio, con la fatalidad de lo inevitable.

domino

A los tunecinos (que me parecieron los más “abiertos” de todos los países árabes que conozco), le sucedieron los egipcios de mala manera (ahí noté una sociedad mucho más constreñida). El empecinamiento de los dirigentes y su ciega pasión por aferrarse a sus privilegios “obliga” a buscar salidas sangrientas a los desesperados. Habrá ejecuciones para Mubarak y su familia porque querrán ejemplarizar, no nos quepan dudas.

Sión se ríe.

Luego vino Libia. ¿Qué decir del fenómeno Gadafi? La demencia del amigo con petróleo y sus estrecheces de miras al no compartir las inmensas riquezas del crudo con sus gentes (otros ejemplos veremos más pronto que tarde en Suramérica y otros lugares), apenas tardó unos días en ser declarado enemigo porque la moda, las modas de lo que sea, piden e imponen que se “democraticen” les guste o no, sepan lo que hacen o no y, por supuesto, con el modelo único. Ni una sola oportunidad para que busquen sus propios caminos.

Sión se carcajea.

Un amago en Marruecos (donde percibí grandes contrastes entre ultraísmos y aperturas) rápidamente sofocado con astucia por el aprendiz de mago aunque sabe, sabemos, que la bomba lleva retardo. Solo la importancia estratégica del Estrecho de Gibraltar impide que les “exijamos” ésos cambios que pedimos, impúdicos, a otros países. Desde ésta orilla los miramos como si estuvieran en la Polinesia.

Sión contiene la risa.

Y ahora Siria.

Nueva edición de torpeza, de ceguera, de testarudez y de cortedad de miras. Eso acabará mal, muy mal porque a brutos, el pueblo lo es más que nadie. Y habrá mucha sangre. Y terminará con escenas de venganza al modo Gadafi aunque antes debamos presenciar a miles de inocentes desmembrados.

Y Sión se parte de la risa.

En la cola, Jordania, Arabia Saudita (que tardará más porque hay demasiado dinero en juego), Turquía (que recibe un cierto amparo europeo con la eterna promesa de integración), Argelia…

(Nos saltamos al Líbano porque estos vecinos de Israel tendrán paz solo el tiempo que tarden en recomponer, otra vez, su perpetua buena economía. En cuanto levanten de nuevo la cabeza, estallará otro conflicto. Sin solución de continuidad por vivir tan cerca del ojo del huracán)

Y Sion espera, sentado a su puerta, ver pasar los cadáveres de sus vecinos.

Desde que en 1947 Ben Gurión declarara el Estado de Israel (pequeñísimo enclave judío en medio de una océano de árabes), ha visto a cincuenta, sesenta o setenta millones de musulmanes que no se ponían nunca de acuerdo para empujarlos al mar, como prometieron, grandilocuentes y esperpénticos, aquellos días.

Se hizo fuerte, fortísimo (con el fiel, generoso, vergonzante y consistente apoyo de los USA), obtuvo sus armas atómicas, sus escudos anti misiles, un ejército letal, unos servicios secretos como nadie y una diplomacia digna del mejor Vaticano. Es, además, una isla de “democracia” entre tanto régimen feudal, medieval. Una distorsión.

Pero los medios han cambiado a las sociedades. Televisión, teléfonos, internet… al alcance de cualquiera y con millones de oídos y ojos dispuestos a comparar situaciones, a mirarse dentro y verse sus miserias. La pregunta era inevitable: ¿y nosotros por qué no?

Sion de descojona porque los vence dándoles lo mismo que tienen ellos.

Y Sion mira ahora más allá, a la Irán que se esconde tras la defenestrada Iraq porque tiene misiles que pueden llegarle.

La escalada de tensión tendrá momentos álgidos, picos y valles, pero no llegará a más. Es cuestión de tiempo que la pandemia sabiamente sembrada alcance a los iranos y exijan cambios. De la forma que sea (mejor con mucha sangre) porque Sión no tiene prisa.

Sión sabe que el tiempo es suyo, que juega a su favor y duerme el sueño satisfecho tras una buena y copiosa comida.

Eructa Sión mientras le rodea el caos. Y se desternilla de la risa.

Cuidaros.

lunes, 6 de febrero de 2012

FIN DE LA AVENTURA

 

Saludos.

Se acabó el crédito. No más. Llega el momento de invertir en entrenadores.

Es muy posible que Marcelino se vaya por su falta de personalidad. Es posible.

Quizás no ha sabido ser consciente de que manejar a veintitantos chavales (gente, como él, muy joven la mayoría), estrellas rutilantes que apenas pueden salir a la calle como cualquier otro ciudadano, permanentemente en los medios, deportistas de élite con físicos formidables, con egos descomunales (necesarios y exigibles), en los años más explosivos de la vida y obligados a domesticar los impulsos naturales de ésas edades, es tarea ardua y compleja, muy difícil.

Solo hay dos caminos: dominas o te dominan.

Hay que tener una personalidad de hierro para que la atención se polarice en uno solo (pararrayos permanente) y deje al margen, dedicados a lo suyo, a los verdaderos protagonistas.

Podremos decir lo que se nos ocurra del impresentable que entrena al Madrid y tendremos razón. Podremos pensar que es chocante, desagradable, procaz, virulento, borde, repulsivo… todo ello y más y es cierto. Pero es el más chulo de la clase. Es capaz de desviar cualquier tipo de atención (y la tensión) para defender a criminales del tipo Pepe, Ramos, Khedira… y saltarle al cuello al primero que diga, siquiera, la verdad sobre sus muchachos aunque asquee. Son intocables y “yo soy el primo de Zumosol”.

Al noroeste distintas formas: exquisitez, educación, buenos modos, buen juicio y nivel intelectual… pero el mismo resultado. El que entrena al Barça es el mayor atractivo del equipo. Y sus chicos, al campo, a hacer magia con el balón que para eso les pagan y muy bien. Ni siquiera el jugador número uno del mundo es capaz de llamar tanto la atención como su jefe ante los micrófonos. Da gusto escucharle porque habla por todos, de todos y muy bien.

Los grandes equipos necesitan grandes entrenadores porque lo contrario (aunque alguna vez suene la flauta), es hurtarles un soporte fundamental.

Y los grandes entrenadores son, sobre todo, grandes psicólogos. Para lo bueno y para lo otro. De mala manera o correctamente, da igual, motivan como nadie. Y respaldan a los suyos aunque alguna vez hagan estupideces, cometan errores o, sencillamente, fallen (esto es un juego aunque no lo parezca tantas veces).

No entiendo de fútbol y no soy entrenador. Me avalan, pobremente, muchos años de ver partidos de todos los calibres. Siempre pensé que el trabajo principal de un entrenador es ése precisamente: psicológico, motivador y motivante. Una parte para tácticas y estrategias y pedir entrega a los que sudan la camiseta.

Llegar a la élite de la competición como jugador es sinónimo de que tienes aptitudes sobradas porque te contrata gente que sabe de ello y suele acertar. La actitud, generalmente, la extrae el entrenador (aunque muchos se motiven solos), la propicia, la fomenta y la exige o no juegas.

Hemos visto muchos ejemplos de plantillas de nivel bajo o medio rendir de manera sorprendente porque han tenido un técnico tan vehemente que los ha hecho correr como posesos. Carentes de las aptitudes de otros mejor pagados, ha suplido ésas carencias con tesón, esfuerzo y entrega.

Y miren por donde, los que más cobran en los equipos económicamente mas poderosos también se comportan igual… pero con muchas más aptitudes. Y están arriba, ganan títulos y corren tanto como aquellos. Todos los partidos. No consideran a ningún enemigo pequeño y si pueden (que suelen poder), no se conforman con un gol. Te meterán seis apenas les dejes unos resquicios.

El Sevilla tuvo la fortuna de contratar a Caparrós para salir del pozo. Y Caparrós, motivador por excelencia y donde los haya, nos dejó arriba y con un elenco de estrellas en ciernes descomunal. Juande, que se encontró aquel pastel, supo sacarle un jugo impresionante (sonó la flauta), hasta convertirnos en uno de los poderosos de la Liga.

Desde entonces, iniciamos un descenso lento pero constante con todos los que llegaron después. Y ahora, hoy, debe salir Marcelino porque estamos tan cerca de los puestos de descenso como de los de Europa. En la zona gris y mirando, otra vez y tras la gloria recién pasada, hacia abajo.

Marcelino es un tipo correcto, sincero (a veces demasiado y eso no es productivo en ésta profesión), educado y… blando. Como decía (recuerden el caso Aragonés-Reyes y el tema del negro, por ejemplo), hay que ponerle a un tío la mano en el cuello y gritarle para que se crea mejor de lo que es (y suelen serlo mucho) y que “mueva el culo”. Y decirle, a voces si es necesario, que si no corre y hace exactamente lo que se le diga, no juega. Se llame como se llame.

Marcelino (sospecho porque no lo conozco), me temo que no hace eso y mientras anduvo manejando a jugadores de menor nivel y que ya de por sí eran conscientes de sus limitaciones o con grandes esperanzas de destacar, le fue bien. Pero llega al Sevilla y se encuentra un vestuario lleno de figuras nacionales e internacionales. Es otra cosa. Otro mundo.

Y Marcelino no dio la talla.

Pero no es el único culpable porque las señales de alerta saltaron hace ya meses. Años, tal vez.

Instalados arriba, nos faltó (desde la flauta de Juande), el complemento equilibrador de un entrenador potente, poderoso y del mismo nivel o superior a la plantilla. Un director de escena que manejara a los actores para extraerles algo más que sus propios jugos. Es así nos guste o no.

Club, Equipo, Técnico y Afición.

Todos juntos, todos en el mismo plano. Todos. No puede fallar ninguna de las patas.

Un conjunto nivelado, equilibrado y armonioso o nos vamos a las cavernas de nuevo.

Hay modelos que no podemos imitar. Ya no.

Cuidaros.

domingo, 5 de febrero de 2012

LOS BONI Y LA TELEVISION

 

Saludos.

La televisión (ése aparato que ocupa lugar preferente en la mayoría de los hogares españoles desde hace décadas y que cuasi adoramos con pasión religiosa), es uno de los inventos más fascinantes del hombre de la era contemporánea. Puede que solo Internet consiga superarla entre las muchas maravillas que podemos disfrutar en el ámbito doméstico. Hoy no entendemos un salón sin ése artilugio a pesar de que, al modo dios exigente y severo, no permita otras devociones.

Detrás de ésa pantalla luminosa y de increíble definición, capaz de enseñarte el mundo en tiempo real con noticias (en riguroso directo aunque sean reacios a usarlo profusamente por la peligrosa falta de control de lo que se emite), cine, novelas, estupideces a mantas de incomprensible propagación (recuerden lo que sentenciaba Groucho Marx y la capacidad de motivar a la lectura del engendro), viajes, documentales, deportes… hay un inmenso esfuerzo científico por, como haría más tarde Internet, acotar el volumen total del planeta en unas pocas pulgadas.

Con finalidad definida porque como decía aquel nazi… “una mentira mil veces repetida se convierte en verdad”.

(Por cierto y después de siglos de combatir el anglicismo de las medidas “raras” (pies, yardas, millas…) con “nuestro” Sistema Métrico Decimal, ahora todo el mundo es capaz de saber, con exactitud y sin conversor, que una pantalla de 32 pulgadas es la idónea para su salón, aunque fisiológicamente les esté perjudicando la vista. Dato técnico: lo que mide la diagonal de una pantalla de televisión multiplicado por cinco es la distancia correcta para verla, sin que perjudique, incluso con los modernos sistemas de prevención y ya sean HD, Led, plasma…)

Si nos asaltara la curiosidad improbable de ver cómo es el espectro de la onda de televisión, podremos observar que está dividida en portadoras o “paquetes”.

Señal TV 

Vemos que el paquete mayor lo ocupa la señal de video y los colores (rojo, azul y amarillo básicos que luego el receptor recompone para obtener el resto de la gama)…

color

…y a la derecha, el paquete más pequeño es el de la portadora de sonido (en modulación de frecuencia o FM). Otros componentes esenciales, sincronismos de barridos vertical y horizontal, también andan por ahí.

Desde el regreso de Los Boni al poder político directo (los otros poderes los llevan controlando desde hace siglos y ahora, de nuevo, los incrementarán decididamente porque resulta intolerable que el Santander de Botín, por ejemplo, solo haya obtenido 5351 millones de euros de beneficios en 2011. ¡Un 35% menos!), la imagen que se me viene repetidamente a la cabeza es la de la señal de la televisión.

El paquete grande, visible y vistoso de los colores en la pantalla es la CRISIS. El súper enemigo público número uno, el terrible monstruo, la devoradora de hombres, la deformidad diabólica contra la que combatir por medio de éstos exorcistas modernos (a base de hisopos de razón y coherencia) y para frenar la pandemia heredada de las carnes putrefactas que dejaron los apestados anteriores.

La CRISIS, el estigma social que nos marca y al que sin duda hemos sido condenados por nuestros pecados.

La CRISIS cuya solución consiste en socializar las pérdidas y privatizar las ganancias, en igualarnos a la mayoría… por abajo (si lo hacen los chinos, los coreanos, lo taiwaneses, los indios… ¿por qué no podemos hacerlo nosotros, compañeros?), en devolver todo aquello que nos prestó el “estado del bienestar” porque demasiado duró el aborto del sueño que nunca se cumplió, sin haberlo merecido (sonaba una enorme discordancia cuando al nacer sin cuna se le adjudicaba algún tipo de derecho).

Y el paquete pequeño, el audio.

Por esa ventanita nos llegan las palabras, los sonidos, la música y los ruidos, las distorsiones, la estática, los chirridos y los berridos.

Por ahí entran los abortos “controlados”, los matrimonios homosexuales, la “educación”, los divorcios, la formación profesional (el PPO ya que nada), el copago, la sanidad, la enseñanza pública y la privada y los impuestos…

…los directos y sobre todo, los indirectos. A saco porque los segundos, que son los que más abultan, se notan menos a simple vista, no figuran en las nóminas y los pagamos en todo lo que consumamos. Ganemos lo que ganemos. Pagan lo mismo ricos y pobres.

Todo, como veréis, estrictamente necesarios para solventar la CRISIS, la que nos llena la pantalla y que al modo de programa basura (cualquiera vale y hay donde elegir), encuentra multitud de adeptos que justifican, razonan, asienten, comprenden y apoyan las barrabasadas aunque haya que donar un buen buche de sangre por la causa. Incluso hay quien mata por ello.

La última campaña de los Boni está en pleno apogeo. Desplazadas sus legiones a tierra de vándalos, a Vandalusía (ancestral pueblo fiel a los gérmenes que implantara el amigo de los caballos) a veces apoyando al emperador, a veces en contra, es el último bastión firme contra los nuevos amos. Hay que conquistarlo al precio que sea.

En Vandalusía, sin embargo, acaban de nombrar jefe de las legiones al General Rubalcaba (amigo de Bruto, Caracalla, Germánico y Pompeyo Magno y con Grignano de comandante operativo en jefe) que deberá hacer frente al temible Bocca Nera, incansable su cerco de treinta años. El nacido en Al-Berr acaba de recibir refuerzos considerables y presentará la batalla decisiva en el mes de los idus, el de los buenos augurios.

Si resisten, los vandalusíes podrán intentar cruzar el Rubicón dentro de cuatro años. Si pierden, la victoria total de los Boni.

Y sálvese quien pueda.

Cuidaros.