martes, 18 de octubre de 2011

DECIBELIOS

 

Saludos.

Ya se han hecho eco toda la blogosfera sevillistas y  todos los medios de las declaraciones de José María del Nido a Canal+ Noruega, en la que decía, textualmente: “El Madrid y el Barça roban a la primera división”.

El resto de la entrevista ya lo conocéis, por lo que no voy a repetirla. Sin embargo, hay que admitir que habla claro, en plata y como siempre.  Lo entiende hasta Artur Mas.

El decibelio es la unidad que se usa para medir magnitudes acústicas y todos sabemos de lo que hablo. Véanse (o mejor, escúchense), por ejemplo, a esos canallas que a las tres de la madrugada y aunque vivas en un piso catorce, te hacen saltar de la cama, sientes que los cristales tembletean y a punto estás de salir pitando, por la escalera, porque piensas que es un terremoto. No, es un cani con un Seat León, cristales tintados, dos toneladas de pastillas entre pecho y espalda (por arriba y por abajo casi que no hay nada) y dos millones de veces superados los decibelios aconsejados por la OMS.

No se les saltan los ojos porque, como decía, casi que no hay nada mas arriba del gañote (que funciona para poder trasegar las dosis pastilleras y otros aditamentos).

Eso son decibelios. Y delincuentes medio ambientales. Y canallas.

Reconduzcamos: ¿por qué sube Del Nido los decibelios en su discurso sobre el reparto justo de los derechos de televisión?

Habremos de reconocer que pasar de “es injusto” a “roban”, hay un salto cualitativo importante. Un montón de decibelios de distancia. Casi un cani. Y además y por si alguien esperaba comedimiento o corrección política, justo cuatro días antes de vernos las caras con uno de los ladrones.

Se me ocurren dos opciones:

a) Fuerza la máquina porque está seguro de que tiene un acuerdo a tiro de piedra. Sabe, como sabemos todos, que estamos condenados a ganar esta guerra. Y puede que tenga muchos más apoyos de los que aparenta contar.

Que haya prohibido el acceso a las radios es síntoma (y a pesar de que muchos sevillistas no lo hayan entendido), creo yo, de que hay promesas secretas de solución si, hasta el momento de renovar el acuerdo con las televisiones, “nos portamos bien”.

Pero sale el Del Nido más extremo, sube los decibelios y suelta una andanada que se escucha hasta en Beijing, antigua Pekín. ¿Eso es “portarse bien” o meterle más madera a la máquina? ¿Moderación? ¿Por qué desafía con tanto descaro? ¿Está tan seguro de sus posibilidades que le importa un higo chulearle a los mastodontes?

b) Se siente abandonado por los cabeza de chorlito del resto de clubes de la BBVA.

¿Cómo reactivamos el cotarro? “Obras son amores y no buenas razones”, decía aquel.

¿Pretende demostrarle al resto de espermatozoides que aceleren o se quedan fuera?

¿Quién dijo miedo?

A por los grandes. Y el resto, a rebufo.

No lo tengo claro aunque desee, como es lógico, que sea la opción a) la que prevalezca.

Y si alguno de ellos se molesta, cambiamos el discurso y les decimos que hurtan. Queda más fino y el Mas tendrá menos problemas para enterarse.

Cuidaros.

3 comentarios:

Boticario117 dijo...

Pues yo también espero que prevalezca la opción A, sinceramente. Aunque no entiendo por qué cambiar el criterio ahora con las radios. Me parece fatal (pero el SFC y el resto de clubes, ahí los meto a todos juntos).

Ahora, la comparación del cani, y el "¿Pretende demostrarle al resto de espermatozoides que aceleren o se quedan fuera?" han sido brutales. Me han encantado xD

Marcu dijo...

Todos tenemos nuestras dudas, excepto, creo, que nuestro Presidente.
"Siempre diré lo que más le convenga al Sevilla"
Una cosa es segura, que le echa "cataplines al asunto" y sus declaraciones salen a nivel nacional.
A la piscina sin agua, estoy seguro que no se tira nunca.
Declaraciones con los mismos decibelios que el Seat León. Me gusta.
Cordialidad para Vd.

Jose Manuel Ariza dijo...

Saludos.

Sr. Boticario, muchas gracias. A veces cuesta entender determinadas decisiones de los gestores.

Sr. Marcu, es una campaña perfectamente pensada y diseñada para que no se olvide, que faltan dos años para renovar el contrato y que para entonces, el clamor popular de los aficionados de todos los equipos debe inclinar la balanza de los tibios.

Gracias a ambos.

Cuidaros.