martes, 9 de noviembre de 2010

LAS CLAVES SON BUCRAA Y EL ESTRECHO

frente_polisario

Saludos.

El mismo día en que se iba a producir el enésimo intento de negociación entre el Frente Polisario y el Reino de Marruecos, el sátrapa de Washington en la ribera sur del Estrecho de Gibraltar, como nosotros los somos en la del norte, lanza sus huestes a masacrar a los saharauis.

Otra vez.

Era una medida osada la de acercar a El Aaiún a mas de veinte mil personas, en condiciones deplorables, para tratar de ejercer presión sobre las autoridades alauitas.

Un mar de jaimas que acogían a innumerables ancianos, mujeres y niños y que el  animal de Mohamed VI no ha tenido reparos en masacrar a la mejor escuela israelita.

Alá y Yahvé los cría. Y el otro también.

¿Pero qué tiene el Sahara Occidental, la antigua colonia española, para que durante treinta años, los marroquíes no hayan dejado de tratar de exterminar a los legítimos dueños de aquellas tierras?

Haciendo un poco de historia conviene recordar –y no olvidar nunca- que el primer y mayor responsable de todas ésas muertes, penurias, carencias y agonías es España.

En 1947  se descubrieron los yacimientos de fosfatos al aire libre de Bucraa -fosfatos de la mejor calidad-, que generan en torno al sesenta por ciento de toda la producción mundial. Los fosfatos, recordemos, son la base fundamental de los abonos y de los detergentes, con lo que podemos imaginar la importancia de poseer minas de ésa consideración.

España creó la empresa estatal Fosfatos de Bucraa, S. A.-o FosBucraa-, para la explotación de las mismas y construyó una cinta trasportadora de mas de 100 kilómetros hasta El Aiún –donde son embarcados en grandes transportes marítimos-. La ciudad crece y se desarrolla a buen ritmo.

Pero en 1976 y tras la muerte del dictador Franco, el Gobierno español cede el control del Sáhara a Marruecos. Fue la famosa Marcha Verde con la que pusieron en fuga al ejército patrio. Y fue la vergonzosa dejación de las vidas de los españoles saharauis en las manos del criminal de Hasan II, padre del rey actual.

Y ya tenemos una de las claves: los fosfatos.

La otra es la situación geoestratégica del reino alauita. España y Marruecos comparten la llave de acceso al Mediterráneo controlando el Estrecho. Y los yanquis nos controlan a los dos.

Ser aliado de Washington no es poco.

Y como sucede con Israel –que ejerce de contrapeso a un posible desarrollo desaforado de arabismo en Oriente Medio-, Marruecos pasa por ser un país moderado que frena el expansionismo radical de los musulmanes.

Y ambos, con el apoyo fundamental de los norteamericanos, campan por sus respetos.

De ésa forma no es complicado entender que las masacres se repitan y perpetúen sin tiempo ni solución porque los yanquis, también, controlan a la ONU y los acuerdos allí tomados, sean del tipo que sea, quedan en papel mojado si se tocan los intereses de Obama como antes lo fueran de Busch, o de Clinton…

Y el Gobierno español mira para otro lado.

Y el Gobierno español permite que ciudadanos españoles sean matados.

Y el Gobierno español es amigo y socio del Gobierno de Marruecos porque tenemos intereses comunes.

Bandera-sahara

Cuidaros.

P.D. Un beso enorme para Selem, nuestra niña saharaui, porque un día sabrás lo que le hemos hecho a tu pueblo y quizás ya no nos quieras tanto.

3 comentarios:

Tántalo dijo...

Gran post. Muchas gracias.

Es necesario alzar la voz por los que no la tienen y recordar a la gente el porqué de este enésimo genocidio consentido.

¡Marruecos culpable!
¡España responsable!

¡Viva el Sahara libre!

Guardianes de la Memoria dijo...

Hoy está la blogosfera que se sale. No sabe uno que atender en calidad de la información.

Pues sí, realmente penoso y lo más grave es que los Estados Juntitos estan detrás siempre de todas estas cosas.

Rubén Márquez dijo...

Asistimos nuevamente a la misma situación vergonzosa de siempre. La defensa de los intereses económicos de unos cuantos se convierte en paradigma político mientras que el pueblo saharaui sigue desangrándose. Mirar para otro lado ya es una costumbre excesivamente extendida en los gobiernos españoles, que jamás se han pronunciado y temo que se pronunciarán con la dureza que debería.Existen motivos más que suficiente como para no creer en gobiernos interesados, para ser pesimistas pero algo tiene que pasar, algo debemos de hacer, son muchísimos años ya de vejaciones, demasiados.

Un abrazo, seguiremos denunciando e irritandonos por la situación, ojalá no perdamos la esperanza.