martes, 23 de junio de 2009

ESTRATEGIAS










Saludos.

Ayer, durante un rato y porque me fue imposible seguir en ello por motivos familiares, estuve escuchando una magnífica tertulia en nuestra radio. Debo admitir que como la pillé ya empezada, no llegué a escuchar los nombres de los intervinientes, por lo que les pido perdón desde ya si no logro identificarlos.

Analizaban los participantes la Liga pasada y las actuaciones del Sevilla y las estrategias del equipo en los partidos.

Unos apoyaban a Manolo Jiménez en sus ideas de estudiar al contrario y adaptar el equipo a ésas características. Sacar a éste o aquel jugador por un lado u otro; más defensas y centrocampistas o menos; uno o dos delanteros...

La frase mágica era "los demás también juegan" y en función de ella, plantear una estrategia acorde el potencial del contrincante, como ha hecho Jiménez toda la temporada, la consideraban la mejor opción, la acertada.

Dados los resultados obtenidos por el equipo, puede que tuvieran razón.

Pero había otros que lo proponían de distinta forma y decían: nosotros somos el Sevilla y salvo uno o dos casos, deben ser los otros los que nos estudien y se planteen la mejor forma de pararnos, como hace todo el mundo cuando juega contra el Madrid o el Barça, porque nosotros también somos de los grandes, de los poderosos y el problema para ganarnos lo tienen ellos.

Como adivinaréis y por eso traigo el tema tal cual, me alineo con la segunda tesis. Puede que me llaméis simplista y dudéis muy mucho de mi capacidad de análisis futbolero -que no la tengo-, pero yo lo escribo como lo pienso, sin autoridad reconocida salvo la que me otorgo yo mismo.

No admito argumentos tales que hay otro montón de equipos y entrenadores que hacen lo mismo porque no es verdad ya que puestos a compararnos, prefiero hacerlo con los que tienen más personalidad, más fútbol y un modelo definido. Si hemos de pretender parecernos a alguien -que no es el caso-, deberíamos hacerlo con el Barça.

El equipo catalán ha demostrado toda la Liga que ha sido fiel a su idea de fútbol, a su equipo y a su concepto del juego y hemos sido los demás, los otros diecinueve, los que hemos tenido que "machacarnos el coco" para idear la mejor forma de frenarlos. En la inmensa mayoría de los casos, hemos fallado.

El Sevilla ha hecho partidos magníficos -los menos y pocos completos- y muchos otros que ha sacado adelante por la calidad de sus peones, por machacón y por suerte, que son todos factores que intervienen decididamente nos guste o no.

Hemos carecido de un patrón fijo de juego -al modo Barça-, al que se somete a correcciones ocasionales en función de lesiones, sanciones, rotaciones, descansos... y si bien es cierto que el apartado médico nos ha ocasionado no pocos problemas, lo es también que el tercer equipo del campeonato debe tener un banquillo suficiente como para sobrellevar ésas situaciones.

De hecho así ha sido porque cuando se inicia el curso has de saber que puede pasar y tenerlo previsto. No hay un solo equipo en el mundo que nunca, jamás, haya jugado siempre con su once ideal durante todo el año. Ni uno. Y para eso están los suplentes.

El Sevilla ha estado siempre más preocupado por lo que harán los contrarios -se llamen como se llamen- que en definirse a sí mismo. Hemos visto alineaciones extrañas, incomprensibles, contra rivales de muy poca entidad -y hemos perdido muchos de esos partidos, muchos- en nuestro afán de defendernos... ¿de qué? ¿contra quién?

Es verdad, por el contrario, que cuando hemos salido a jugar y ganar, usando las armas "naturales" que tenemos, hemos arrollado y pocos se nos han podido resistir. Pero no ha sido la tónica general, no ha sido la estrategia maestra, el modelo y lo hemos visto tan pocas veces que la mayoría, diga lo que diga de labios afuera, también lo deberá admitir.

Jiménez piensa antes en el contrario que el propio -y dicho así puede que me cueste alguna bronca-, pero así lo he visto todo el año.

Un año de agridulces.

Por todo ello, convendría que para el próximo curso, el Sevilla deba preocuparse por crear un estilo definido -preferiblemente de potencia ofensiva- porque jugando a atacar es como hemos logrado nuestra mayor gloria y si por el contrario seguimos pensando en cómo parar al Jerez, al Getafe, Osasuna, Valladolid... puede que volvamos a repetir puesto. Pero solo eso.

Ya hemos plantado el último campamento base y hemos hecho los deberes con buenas notas.

Ahora toca atacar la cima y sentarnos en la cumbre a contemplar el paisaje aunque debamos usar las mascarillas de oxígeno.

Y cuidado con las congelaciones y los descensos.

Cuidaros.

3 comentarios:

Rafael Sarmiento dijo...

Estoy de acuerdo contigo. Yo soy de los que piensan que Jimenez es un entrenador inexperto que tiene mejorar, lo mismo que lo tiene que hacer cualquier valor de la cantera aún a medio explotar. Y su mejora debe ir, entre otras cosas, por donde apuntas. Encontrar un patrón de juego y aplicarlo siempre. Y que sean otros los que se preocupen por cómo contrarrestarlo.

Para mí, la temporada ha sido muy buena. Cómo no, habiendo acabado terceros. Pero me quedo con la sensación de que se podría haber hecho más, y que un entrenador más experto lo habría conseguido.

Confiemos en el márgen de mejora para el año que viene.

Un saludo

EL PAPI MAGASE dijo...

Es mi mismo sentir el que aqui expresas hermano jose y espero como dice el hermano ravesen que el margen de error sea superado con creces y manolo de un paso al frente como los valientes y se tire a la piscina con todo,la sensación del sevillismo es esa misma,queremos estar arriba si,pero queremos que nuestro equipo tambien nos enamore todos los partidos,es muy dificil conjugar las dos cosas,pero si no se plantean los partidos para ello y se sale con esa convicción,poco veremos este año del ya famoso y expresivo dicho del TIKI-TAKA.
mejor dicho,NOS ABURRIREMOS EN LA BUTAKA.

antonio dijo...

Señor Ariza, llevas toda la razon en la inexperiencia de Jimenez, pero este año debe ser decisivo para ver hasta donde ha aprendido
el mister.
!un abrazo!