jueves, 25 de junio de 2009

¡OH, CESAR, RECUERDA QUE ERES MORTAL!

Saludos.

En la antigua y poderosa Roma, cuando los generales volvían victoriosos de una campaña, solían celebrar sus triunfos con una marcha por las vías principales de la ciudad. Montados en una cuadriga, recibían las aclamaciones del pueblo hasta la llegada al Senado.

Si además de generales eran emperadores, un esclavo los acompañaba en el vehículo donde, sosteniendo la corona de laurel, cada cierto tiempo recitaba junto al oido la frase ¡Oh, César, recuerda que eres mortal!

Era la manera de recordarles que sus éxitos militares no debían inducirles a creerse dioses.

Después de Julio, a todos los emperadores se les llamó César.

En nuestros días conocemos a muchos pretendidos césares que sin haber vencido en grandes batallas ni ser emperadores de nada, se endiosan con tanta facilidad que el esclavo se la ve y se las desea para, siquiera, acercarse a la oreja del ínclito.

Lo normal en estos casos es que liquiden al siervo y se acabaron los cuchicheos molestos.

Cerca, muy cerca, tenemos un ejemplo viviente y cuya sombra planea por La Palmera: el supuesto general que tras diecisite años de imperio apenas ha logrado un par de victorias dignas, lo primero que hizo cuando alcanzó la jefatura fue eliminar cualquier voz que le recordase su condición de mortal.

Por olvidar algo tan elemental y creerse tocado de poderes divinos, condujo su imperio a un caos que está produciendo hambruna en su pueblo. Y el pueblo, cuando no llena su estómago con regularidad, suele sublevarse.

Otro caso lo tenemos un poco más lejos, a unos quinientos kilómetros, donde un nuevo césar ha alcanzado la dignidad de emperador y aunque no existan puntos de compración con el anterior -porque el primero no sabe como dominar la revuelta-, el segundo, cuando el pueblo no lo quiera, dejará paso a otro que seguirá gobernando su ancho imperio. Además, éste lejano ya gobernó antes y logró victorias sonadas.

Son, en otros aspectos, idénticos: no permiten que el esclavo les susurre al oido.

El primero ha sumido a sus súbditos en honda depresión, el castillo expuesto, el tesoro saqueado y las huestes dispersas.

El segundo lleva su ciudad a la misma degradación que llegó Roma y ya sus ciudadanos no se implican en la defensa del imperio: sus tropas son todas mercenarias y solo se movilizan si se les pagan fuertes sumas. Y seguirán así mientras posean reservas de oro, pero si no llegan pronto nuevas conquistas, con el consiguiente saqueo, las arcas pueden agotarse y las tropas se dispersarán en busca de nuevos reyes a los que servir.

Reyezuelos de taifas, éstos megalómanos disparatados se endiosan y al modo de Luis XIV, gritan "¡El equipo soy yo!".

Pero siempre hay un Bruto que suple, de otra manera, al esclavo.

Cuidaros.

martes, 23 de junio de 2009

ESTRATEGIAS










Saludos.

Ayer, durante un rato y porque me fue imposible seguir en ello por motivos familiares, estuve escuchando una magnífica tertulia en nuestra radio. Debo admitir que como la pillé ya empezada, no llegué a escuchar los nombres de los intervinientes, por lo que les pido perdón desde ya si no logro identificarlos.

Analizaban los participantes la Liga pasada y las actuaciones del Sevilla y las estrategias del equipo en los partidos.

Unos apoyaban a Manolo Jiménez en sus ideas de estudiar al contrario y adaptar el equipo a ésas características. Sacar a éste o aquel jugador por un lado u otro; más defensas y centrocampistas o menos; uno o dos delanteros...

La frase mágica era "los demás también juegan" y en función de ella, plantear una estrategia acorde el potencial del contrincante, como ha hecho Jiménez toda la temporada, la consideraban la mejor opción, la acertada.

Dados los resultados obtenidos por el equipo, puede que tuvieran razón.

Pero había otros que lo proponían de distinta forma y decían: nosotros somos el Sevilla y salvo uno o dos casos, deben ser los otros los que nos estudien y se planteen la mejor forma de pararnos, como hace todo el mundo cuando juega contra el Madrid o el Barça, porque nosotros también somos de los grandes, de los poderosos y el problema para ganarnos lo tienen ellos.

Como adivinaréis y por eso traigo el tema tal cual, me alineo con la segunda tesis. Puede que me llaméis simplista y dudéis muy mucho de mi capacidad de análisis futbolero -que no la tengo-, pero yo lo escribo como lo pienso, sin autoridad reconocida salvo la que me otorgo yo mismo.

No admito argumentos tales que hay otro montón de equipos y entrenadores que hacen lo mismo porque no es verdad ya que puestos a compararnos, prefiero hacerlo con los que tienen más personalidad, más fútbol y un modelo definido. Si hemos de pretender parecernos a alguien -que no es el caso-, deberíamos hacerlo con el Barça.

El equipo catalán ha demostrado toda la Liga que ha sido fiel a su idea de fútbol, a su equipo y a su concepto del juego y hemos sido los demás, los otros diecinueve, los que hemos tenido que "machacarnos el coco" para idear la mejor forma de frenarlos. En la inmensa mayoría de los casos, hemos fallado.

El Sevilla ha hecho partidos magníficos -los menos y pocos completos- y muchos otros que ha sacado adelante por la calidad de sus peones, por machacón y por suerte, que son todos factores que intervienen decididamente nos guste o no.

Hemos carecido de un patrón fijo de juego -al modo Barça-, al que se somete a correcciones ocasionales en función de lesiones, sanciones, rotaciones, descansos... y si bien es cierto que el apartado médico nos ha ocasionado no pocos problemas, lo es también que el tercer equipo del campeonato debe tener un banquillo suficiente como para sobrellevar ésas situaciones.

De hecho así ha sido porque cuando se inicia el curso has de saber que puede pasar y tenerlo previsto. No hay un solo equipo en el mundo que nunca, jamás, haya jugado siempre con su once ideal durante todo el año. Ni uno. Y para eso están los suplentes.

El Sevilla ha estado siempre más preocupado por lo que harán los contrarios -se llamen como se llamen- que en definirse a sí mismo. Hemos visto alineaciones extrañas, incomprensibles, contra rivales de muy poca entidad -y hemos perdido muchos de esos partidos, muchos- en nuestro afán de defendernos... ¿de qué? ¿contra quién?

Es verdad, por el contrario, que cuando hemos salido a jugar y ganar, usando las armas "naturales" que tenemos, hemos arrollado y pocos se nos han podido resistir. Pero no ha sido la tónica general, no ha sido la estrategia maestra, el modelo y lo hemos visto tan pocas veces que la mayoría, diga lo que diga de labios afuera, también lo deberá admitir.

Jiménez piensa antes en el contrario que el propio -y dicho así puede que me cueste alguna bronca-, pero así lo he visto todo el año.

Un año de agridulces.

Por todo ello, convendría que para el próximo curso, el Sevilla deba preocuparse por crear un estilo definido -preferiblemente de potencia ofensiva- porque jugando a atacar es como hemos logrado nuestra mayor gloria y si por el contrario seguimos pensando en cómo parar al Jerez, al Getafe, Osasuna, Valladolid... puede que volvamos a repetir puesto. Pero solo eso.

Ya hemos plantado el último campamento base y hemos hecho los deberes con buenas notas.

Ahora toca atacar la cima y sentarnos en la cumbre a contemplar el paisaje aunque debamos usar las mascarillas de oxígeno.

Y cuidado con las congelaciones y los descensos.

Cuidaros.

lunes, 22 de junio de 2009

domingo, 21 de junio de 2009

EL PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE

Saludos.

Heisenberg, premio Nobel de Física en 1932, decía que el mero hecho de estudiar el comportamiento de un átomo alteraba sus condiciones naturales y dedujo, por tanto, que nunca sería real la lectura que se obtuviera.

Llamó al hecho "principio de incertidumbre" o "relación de indeterminación".

Ésta explicación necesariamente mutilada e incompleta, de andar por casa, de filosofía de cola de supermercado -que para mí es suficiente-, pudiera ser aplicable a otras materias tales que la Historia.

Si aceptamos ése principio y mi propuesta posterior, cuando tratamos de estudiar los acontecimientos de la historia del Sevilla FC en los últimos ciento diecinueve años... ¿los estamos alterando?

Depende de qué línea investigadora apliquemos.

Para nosotros, los sevillistas, conocer nuestros orígenes se ha convertido en un reto absolutamente necesario. Saber de dónde vienes, qué has hecho, porqué eres lo que eres y otras razones existenciales fundamentales, es una exigencia indispensable ya que de la misma forma que tenemos una historia personal que conocemos a la perfección -dónde nacimos, quiénes son nuestros padres y hermanos, familia, estudios, trabajos, andanzas...-, pretendemos saber, como colectivo con idénticos intereses, tantos datos como sean suficientes e ineludibles para ubicarnos con exactitud en el tiempo, en la Historia.

Ocurre, no obstante, que si aplicamos aquel "principio de incertidumbre" descubrimos que alteramos ésa historia. Y la alteramos desde la otra óptica, desde la que se ha mantenido interesadamente durante décadas y que convenía a inclinaciones espúreas y pseudocientíficas.

Así, lo que pudiera parecer una incongruencia para la mecánica cuántica, se convierte en un refuerzo indispensable para un estudio científico serio, documentado y razonado del hecho histórico.

Y digo "estudio científico" porque interesa aplicar la idea de Heisenberg, contrariamente a lo que propone, en tanto que las tesis que conocíamos no cumplían mínimos aceptables, no eran creíbles y presentaban carencias y fallas estructurales notables como para ser admitidas sin discusión.

Como buenos estudiosos, comprobamos que los átomos no estaban alineados tal cual nos decían, que la posición y el momento lineal no era correctos y se hizo necesario reformular el emplazamiento real. Incluidos los errores de observación, los resultados porteriores destruyen todas las consideraciones anteriores y presentan nuevos resultados mucho más ciertos y auténticos.

Como apoyo a mis conclusiones, podéis consultar datos adjuntos y bibliográficos en:

Sevilla FC - Historia

La Palangana Mecánica

Voladizo de Gol Sur

Ayer y Hoy Sevillista

Entre tantos otros de gran valor.

No obstante, el alumno es libre de usar las fuentes que considere oportunas y se valorarán nuevas aportaciones de otros autores.

Cuidaros.

DIA DEL ESPAÑOL - LA PALABRA

Saludos.

Ayer se celebró en todo el mundo el Día del Español.

Como soy un poco algarivo, esperé que pasara para proponer mi palabra:

EGO

Porque lo contiene todo.

Cuidaros.

sábado, 20 de junio de 2009

CARAS Y NUCAS

Saludos.

Haber nacido humano te predestina a ocupar un lugar en la fila: siempre llevas una nuca delante y una cara detrás.

Naces en una familia longa, como número dos -la chica casi no cuenta porque era el país que era- y apareces por allí predestinado al segundo puesto. Todo el resto de tu vida el otro está primero, delante.

Años montado en ése imaginario tren que nunca cambia el orden de los vagones terminan por acostumbrate a heredar del heredero, a reestrenar, a contar la mitad, a opinar menos, a no opinar.

A llegar siempre después, a tener la mitad de valor, a ser menos guapo, a ligar menos, a no ligar, a contar por unidades y no por decenas, a escapar.

En el colegio tenías bancas y cabezas que te impedían ver bien la pizarra aunque a veces, también, te ocultaban de la mirada taladrante del maestro. Como no eras de los destacados, siempre detrás, al final, gangrenando hasta la necrosis la Pedagogía más elemental porque eras segundón entre los segundones.

El faro que debió ser se apagó pronto -si es que lució alguna vez- porque serás como te dicen o no serás y enseguida debes construirte tu propio mundo, aparte, lejos, oculto y donde solo para tí eres el primero, el número uno.

Llamas a la nuca y no te oye. Le dices que hay caras detrás y no te escucha.

Y cuando vuelves la cabeza ves esas caras, ojos, labios y sonidos. Son personas que hablan y te miran, que esperan algo. No lo sabes, pero eres observado. Y la nuca de delante sigue siendo nuca. Solo nuca. Las caras de atrás están vivas y desde pronto solo quieres mirar caras porque la nuca marca su ritmo y quien no lo siga, se queda.

Acabas por volverte y andar a la contra, para atrás, para las caras.

Construyes cosas y ves las caras alegres; haces cosas con las caras sonrientes y te sientes bien. Y siempre las caras están ahí y la nuca más lejos.

Un día la nuca desaparece del todo y las caras siguen. Las miras como se transforman pero son tus caras, las de siempre. Y descubres que toda tu vida has tenido las caras detrás, al lado, alrededor. También descubres que nunca has sido nuca para ellos.

Y quieres a tus caras porque son tus caras.

Y sientes un pelín de orgullo de no haber sido una nuca.

Siempre pensabas en lo que sería ser tercero, cuarto, quinto... y haces lo que sea para rebajarles su destino, para dulcificar las filas.

Cuidaros.

BREVEMENTE

Saludos.

Solo y brevemente, os pego el comentario que me han hecho en la entrada anterior.

Quiero que leáis a un tipo que tiene unas condiciones literarias impresionantes y que no escribe porque no le sale.

Haced el favor de obviar los elogios y quedaros en la literatura:

"
No voy a comentar el artículo en sí, estoy de acuerdo por completo. Permíteme que te felicite por lo que era simplemente cuestión de tiempo, sólo te faltaba desembarazarte de la timidez e inseguridad innata que tenemos. Ahora das a leer tus escritos; escritos que yo intuía y que ocasionalmente pude leer en fragmentos. Hubo veces que desfacía en mis intentos de contar algo después de leerlos, no podía igualarlos ni de lejos, pero fue una liebre: un objetivo inalcanzable que me hizo esforzarme por aprender. Creo que esto ya es un mérito. A veces, incluso escribí alguna historia "buffa".


No he sido un buen alumno, carezco de constancia y mis limitaciones son excesivas. Ahora te veo seleccionado entre columnistas blancos y me siento bien. Me siento muy bien.


Ahora escribes en tu blog y colaboras en otro. Lejos quedan aquellas cuartillas desordenadas, escritas con una letra que parecía un electrocardiograma. Muchos mundos han sido creados en pequeños trozos de papel que se habrán perdido, como debe ser. Los cimientos se establecen y se olvidan; no vuelven a verse, pero sustentan todo lo que viene después. Ahora que por fin construyes los pisos altos, sólo puedo esperar impaciente a que el edificio esté concluído.

Soy tu lector número uno, y creo que tengo derecho a, al menos, decirlo. Desafiaré a cualquier advenedizo que pretenda apropiarse del hecho de haber pasado más de cuarenta años observándote, tratando de aprender."

Este tipo tiene un blog que no actualiza desde...

A este tipo le robo ideas, descaradamente. Y lo hago porque tengo la certeza de que solo me dirá mamón y como eso ya lo sé, pues lo doy por admitido.

Ese es mi Yorick y es, incluso, más tímido que yo -para lo de la escritura-. Por eso y si como dice aprende de mí -falso-, pues habrá que decirle que deje los complejos en el cajón grande de la cómoda, que se lance y que haga el favor de no quedarse con los tesoros porque no es justo, que no tiene derecho a privarnos de las delicias que es capaz de crear.

¿Qué pasa, amigo? ¡Lánzate, joé!

Cuidaros.

viernes, 19 de junio de 2009






Saludos.

Si os apetece, podéis comentar mi último artículo en Columnas Blancas pinchando aquí.

Gracias.

Cuidaros.

martes, 16 de junio de 2009

BLOGUEROS SEVILLISTAS












Saludos.

Hace algún tiempo, en un foro sevillista, apareció un tipo con un nick compuesto solo de consonantes. Entró preguntando cosas sobre la creación de una Peña y nosotros, que ya estábamos en ello, intentamos echarle una mano a base de información y detalles de cómo hacerlo.

De resultas de todo ello y con la esperanza de haber contribuido, modestamente, de alguna manera, nació la Peña Cultural Sevillista La Zurda de Diamantes, de Camas, Sevilla.

Era el amigo José Luis y recuerdo que nos invitó a participar, incluso, en la elección del nombre. Tras algunas propuestas, decidió llamarla por el apodo de nuestro querido Antonio Puerta.

La Peña se ha convertido en una de las más dinámicas, frescas e imaginativas de las muchas que conozco y no para de crear nuevos eventos. Para comprobarlo, solo daros una vuelta por http://pcslazurdadediamantes.blogspot.com/ y veréis de lo que son capaces.

Pues José Luis, probablemente recogiendo una idea que ya surgiera en Sevillistas de Reanult a finales del pasado año, ha decidido convocar el I Encuentro de Blogueros Sevillistas para el próximo 4 de Julio.

Ni que decir tiene que pienso presentarme allí, junto a alguno de mis hermanos palanganas, para participar, porque tengos unas ganas enormes de ponerle caras a muchos de los amigos que leo a diario y a los que admiro. Espero que acudamos en masa, que desbordemos a la organización y que creemos algún tipo de conflicto por afluencia masiva.

Blogueros sevillistas, nos vemos en Camas el día 4.

Cuidaros.

COLUMNAS BLANCAS






Saludos.

Hace unos días recibí una invitación de Agustín Rodríguez y Sebas Cárdenas, creadores del portal Columnas Blancas, para participar en él.

Debo admitir que mi ego saltó disparado y a la vez, sentí un pánico hondo porque si miráis la lista de colaboradores que nos premian con sus artículos, entenderéis que me sienta regalado en exceso.

Este honor desmesurado no se corresponde, de ninguna manera, con los méritos adquiridos. Sin embargo, agradezco a éstos dos sevillistas que hayan pensado en mí.

Haré cuanto esté en mi pluma y trataré, en la medida de lo posible, de no descolgarme de ése pelotón de grandísimos escritores palanganas de los cuales, cada día, aprendo tantísimo.

No puedo negar que me siento jugando en la Champions Blanca y Roja y prometo entregarme a fondo. Por falta de ganas no ha de quedar.

Gracias.

Cuidaros.

lunes, 15 de junio de 2009

EN OTRO PELLEJO

Saludos.

Vamos a hacer un pequeño ejercicio de imaginación y pensemos, por unos minutos, que somos socios, aficionados o seguidores de cualquier equipo de la Primera División que no sea de los grandes o grandísimos.

Imaginemos uno del montón, de la mitad para abajo, de esos que se las han visto canutas para eludir el descenso. O pensemos que somos del Jerez, por ejemplo, y leemos los diarios, miramos la televisión o escuchamos la radio y asistimos al fenómeno Florentino con cara de perro.

Enseguida recordamos los presupuestos que nuestro presidente nos ha planteado para el próximo ejercicio y sin quererlo, comparamos ésa cantidad paupérrima con el despliegue monetario del preboste madridista.

Ni siquiera llegamos a la mitad de lo que ha costado uno, uno solo, de los dos jugadores que han anunciado ya y nuestro ánimo se nos cae al suelo porque esos vendrán a nuestra casa a ganarnos el partido. Y luego, o antes, habrá que haber ido allí, a la suya.

Y contra ésas plantillas alineamos a once perfectos deconocidos, buenos chavales, magníficos padres de familia pero que cobran poco más que un ingeniero bien situado en una empresa grande y le decimos: "sal ahí fuera y peléate con aquel, el que cobra nueve kilos limpios al año, no lo dejes tocar balón y gánale en todos los sprines, corre más que él, elévate más alto y de camino, métele un par de goles al Casillas".

Todo por tropecientos pavos al mes y sin garantías de continuidad.

Además, aspiramos a conseguir los cuarenta puntos en la primera vuelta, los que no garanticen la permanencia. Y por si fuera poco, hemos firmado un acuerdo con Sogecable por el que nos darán veinte kilillos por dos partidos en todo el año y siempre, cuando lleguen los monstruos a devorarnos.

Te sientes abrumado y el desaliento te embarga porque sabes que eres carne de cañón, que estarás toda la competición con el corazón en un puño, con el alma en vilo y rezando a todas las vírgenes que conoces, creas o no, para que el desastre no se produzca.

Y te haces cincuenta combinaciones con el calendario porque tu liga, la tuya particular, nada tiene que ver con la mitad de los clubes de la Primera. Tu caso tiene seis o siete nombres propios, los de aquellos de tu pelo, tan probrecitos como tú, que están, precisamente, haciendo lo mismo en ése momento: matemáticas puras en un juego que de científico no tiene nada.

Y a pesar de ello, te queda la esperanza, la fé, el aliento incombustible hacia tus colores, hacia tu equipo, ése que llevas impreso en el corazón, grande o chico, rico o pobre, pero que inunda tus sentidos de color y sabor.

Piensas, vengativo, en que ojalá se les parta la pierna a alguno de esos bajando la escalera -nada grave pero para seis meses de baja-, que tengan la pájara, el día ése nefasto que tienen todos en algún momento, justo cuando vengan a tu casa; que una vez, solo una, te salga un partido perfecto y tus chavales, esos a los que quieres como si fueran tus hijos o hermanos, les den una lección de pundonor, de ganas, de esfuerzo y si es posible, de fútbol y les ganen.

Porque no hay nada más apetecible que pasar por la piedra a un grandísimo a pesar de los árbitros -los que sabes, con certeza absoluta, que usarán dos varas de medir y que la tuya es la mitad de corta-; que el placer se dispara hasta límites imposibles cuando logras humillar, si llega a producirse, a un gigante; que llegas al orgasmo absoluto porque toda la inquina,la perversa venganza que acumulas viendo a los super poderosos abochornar a todo el mundo con sus carteras, que no les sirve de nada, que muerden el polvo en tu casa, ante tu gente, de la manera más ominosa -que es la única posible- si, contra lo que los astros prohíben, el tirilla se equivoca y te pita un penalty a favor en el último minuto...

Le tienes "jambre" a los prepotentes porque te cuesta un mundo ser seguidor de un equipito que te ofrece muy pocas alegrías. Te sientes minusválido frente a los Ferrari y piensas que juegas con una pata amarrada, con un seiscientos con la ruedas pinchadas, que usas tirachinas para parar a una división acorazada, por apoyo aéreo, que decide llevarse, por lo civil o por lo criminal, tres puntos que son tuyos.

Y se los llevarán si no hay milagro. Y los domingos o sábados, no toca.

Pero es tu equipo, el tuyo. Y jamás vas a renunciar a él porque es tuyo. Y los otros, los del glamour, los del Florentino -ridículo tipo, ridículo nombre, ridícula macro fortuna que dices con despecho-, los de los medios y los enteros, todos, se pueden ir al guano si, cosas que ocurren a veces, de década en década, a tu equipo le sale el partido y los humillas.

Es el sabor de la venganza, fría, que llevas años esperando. Y ése día, el mundo es tuyo. Eres feliz; quieres más que nunca a tus enanos y adoras a tu pareja -"esta noche..."-; tus vecinos ya casi no molestan; la comunidad... ¡qué importan unos euros mas o menos!; ¿el tráfico...? un poco de paciencia, hombre, que no es para tanto...

Todo es de color de rosa porque has humillado a la galaxia, porque han pasado por el aro todos esos que conocemos casi mejor que a nosotros mismos, que ya se encargan de venderlos en todo espacio posible, en todo panfleto que se precie.

Y luego ya vendrán las vacas flacas que aquí estamos para apechugar, para vencer todos los obstáculos. Y si el año que viene descendemos, pues ya retornaremos que para eso tenemos la mejor afición del mundo, la más fiel, la más constante.

Luego, fríamente, te invanden las náuseas pensando en que es imposible sobrevivir con un cuchillo frente a los marines, con piedras frente a los tanques.

Pero es TU equipo y nadie, ni siquiera el Florentino ése, va a cambiar eso.

Que se joda.

Cuidaros.













LOS AMOS DEL MUNDO


Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del computador, su futuro y el de sus hijos.

Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro.

Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo.

Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden.

No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro.

Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia.

Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados.

Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.

Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad.

Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, ¡oh, prodigio!, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no.

Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros.

Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda.. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros, y a veces con su puesto de trabajo, Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.

Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena.

Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.


Cuidaros.


P.D. Este artículo fué publicado en El Semanal el 15 de Noviembre de 1998.

Gracias, Manuel, por enviármelo.

domingo, 14 de junio de 2009

LOS HEREDEROS

Saludos.

Emil dejó el Basilet sobe la cama con un gesto de aburrimiento. Aquella tarde no conseguía componer nada digno y decidió dejarlo para otro momento.

El problema es que acababan de comenzar las vacaciones de verano y ya se sentía cansado de no encontrar nada productivo que hacer. Se notaba vacío de objetivos y echaba mucho de menos los retos diarios de las clases, de los estudios y de bucear en las bibliotecas en busca de datos.

Se estiró en la cama, las manos bajo la nuca y se dedicó a pensar en el próximo curso y en los nuevos problemas que tendría que resolver para seguir siendo el alumno más aventajado.

La puerta lo sacó del ensueño:

-Tu padre solicita permiso para entrar -dijo la suave voz feminizada.

Emil de incorporó de un salto. ¿Mi padre? ¿En mi aposento? Aquello no parecía normal, pero era su padre al fin y al cabo.

-Déjalo pasar, por favor.

Entró un hombre joven aún, alto y rubio. Una versión más madura del propio Emil.

-¿Estás ocupado, hijo? -preguntó desde el umbral.

-No, papá. Pasa por favor.

Solo entonces el padre se acercó hasta él y se sentó a su lado, en la cama. La intimidad era un norma muy estricta aquellos días. El padre miró el Basilet y adivinó:

-¿Mal día con las musas?

-Si, hoy no consigo nada útil.

-Tranquilo -dijo el padre- hay que dejar que la inspiración llegue. Es caprichosa pero debes estar preparado para recibirla cuando sea el momento.

Emil albergaba sentimientos contradictorios hacia su padre: lo quería y respetaba aunque sus relaciones fueran ocasionales -algunos días comían juntos- y a pesar de saber con exactitud lo que significaba la selección genética que hizo posible su nacimiento.

Le agradaba mucho que lo enseñara a ser autosuficiente cuando aún era un niño y que observara con precisión su independencia. Jamás antes se había entrometido en su intimidad... hasta ése momento.

-Tengo una sorpresa para tí -anunció de golpe su padre.

Emil se puso en tensión porque las "sorpresas" lo sacaban, invariablemente, de su ordenada, pacífica y productiva rutina cotidiana.

-¿De qué se trata, padre? -preguntó tímidamente, temiendo la respuesta.

-Este año -dijo el padre-, la Liga Intergaláctica se juega en nuestro cuadrante...

-¿La qué? -interrumpió Emil.

-La Liga Intergaláctica de Foot Ball.

Emil se sintió perdido. Había leído algo sobre un deporte ancestral que se jugaba en el Planeta Primigenio de la Especie, pero desconocía que siguiera jugándose ni que existiera una Liga Intergaláctica.

Su cara debió expresar perfectamente su desconcierto porque el padre, con un gesto cariñoso, dijo:

-Creo que va siendo hora de que conozcas tus orígenes.

-¿Mis orígenes? No entiendo -apostilló.

Aquello estaba tomando un rumbo inesperado y Emil se sintió aún más perdido, absolutamente fuera de lugar. Aunque en su momento se le comunicó que había sido objeto de selección genética, nadie le había informado que tuviera otro origen anterior. La mezcla de rechazo y curiosidad le produjo náuseas.

-Verás, hijo... procedemos de una antigua estirpe llegada del Planeta Primigenio, como sabes. Somos muchas generaciones de herederos que hemos conservado dos cosas: la génesis y el Sentimiento.

-¿El Sentimiento? ¿Qué es el Sentimiento?

El padre cayó unos instantes y asintiendo a algo que ocurría solo en su mente, dijo:

-Creo que hemos cometido un pequeño fallo en tu educación.

Se levantó, apesadumbrado y preguntó:

-¿Has estado alguna vez en mi aposento privado?

-¡No! -negó Emil con un sentimiento de repulsa incontrolable. ¡Invadir un aposento privado! ¡Qué locura! ¡Qué falta de respeto!

-Pues creo que es hora de que lo hagas. ¿Quieres acopañarme, por favor? -dijo el padre de pie, junto a la puerta y haciendo un gesto de invitación.

Emi lo miró con recelo y sintió cierta comezón, como de estar haciendo algo prohibido, pero se levantó y salieron juntos al pasillo.

Era un túnel amplio, largo y recubierto de placas de plasti-acero que clareaban dejando pasar luz exterior matizada a medida que ellos avanzaban. Pasaron ante la puerta del aposento de su hermano pequeño, cerrada, ante el comedor donde a veces, en fechas señaladas, los cuatro comían juntos y ante la sala de robots de servicio. El aposento de su padre, junto al de su madre, estaban en la otra punta de la finca.

Llegaron y el padre ordenó a la puerta abrirse, se apartó a un lado y pidió a Emil:

-Pasa, por favor.

Emil entró tres pasos y se quedó parado. Era una estancia inmensa, más del doble que la suya, con pocos muebles y muchísimas estanterías de record-libros. Los espacios libres, en todas las paredes visibles, estaban cubierto de "fotos" -aquella técnica de hacía siglos y que había estudiado en clase-, todas de personas con ropas raras y un símbolo extraño que se repetía en todas y cada una de ellas.

El padre se sentó tras su mesa de trabajo e invitó a Emil a hacer lo propio en uno de los dos anato-sillones que tenía delante. El padre quedó pensativo unos segundos, como componiendo su discurso mentalmente, hasta que soltó:

-Verás, hijo. Como te dije, venimos de una antigua estirpe procedente del Planeta Primigenio, de la Tierra...

Aquello era nuevo para Emil. ¿Tierra? ¿Qué era la Tierra? Quiso preguntar pero prefirió esperar confiando en que su padre lo sacaría de dudas.

...que era el nombre original del planeta -continuaba diciendo-. Y somos los portadores del Sentimiento en nuestro cuadrante galáctico...

¡Otra vez el Sentimiento! ¿Qué demonios sería eso?

...y por ello, somos la cabeza visible de un movimiento que ampara a más de doscientos millones de adeptos...

¿Doscientos millones? ¿Adeptos? ¿Cabeza visible? ¿Se habría metido su padre en alguna actividad ilegal? ¿Un partido político ilícito? Lo tenía por un bombre sensato, pero cualquiera puede caer en manos de los manipuladores, como habían estudiado en clase de psicología. Se movió inquieto en su anato-sillón que, instantáneamente, se readaptó a la nueva posición.

...y como este año la final de la Liga se juega en nuesro cuadrante, tu madre y yo hemos pensado que ya es hora de que conozcas la parte de tu sangre que te legaron tus abuelos, tus bisabuelos y varias generaciones más...

Otra vez estuvo a punto de preguntar y otra vez se contuvo porque no parecía tan peligroso lo que su padre estaba diciendo.

...por tanto -añadió el padre- hemos conseguido cuatro localidades para la gran final en el Planeta Capital...

Emil se quedó de piedra. ¿Los cuatro? ¿Quería decir papá, mamá, el hermanito y él mismo?

Desde ése momento los acontecimientos se precipitaron sin solución de continuidad y a un ritmo vertiginoso: dos días más tarde embarcaron en la nave familiar y tras dos micro saltos, emergieron en la órbita del Planeta Capital donde, asombrado, Emil vió larguísimas filas de naves, cuales algas, convergiendo en rizados descensos hacia los trescientos astro-puertos de la superficie. Debía de haber miles de todos los tamaños y formas, de todas las procedencias del cuadrante.

Les ordenaron que se colocaran en su sitio, tras una nave de llamativos colores, y que aguardaran su turno.

La espera duró casi un día y Emil descubrió que su hermano pequeño, Beri, era un tipo formidable. Nunca antes habían pasado tanto tiempo juntos y el niño de cuatro años, cinco menos que él, era un ser alegre, dinámico, juguetón, algo travieso y sobre todo, simpático. Además, se pasaba todo el tiempo tatareando una cancioncilla pegadiza que terminó por peñarsele al cerebro y él también la entonaba susurrante a cada rato.

Cuando, por fin, llegaron a la superficie, dejaron la nave posada en el aparcamiento que tenían reservado y bajaron. Emil estuvo a punto de salir corriendo para regresar cuando vió a un numeroso grupo de personas que venían a buen trote hacia ellos. Gritaban y cantaban enarbolando banderas con aquel extraño símbolo que adornaba las paredes del aposento privado de su padre. Al llegar a su altura, los rodearon y se fundieron en grandes abrazos.

El que llevaba la voz cantante, dijo:

-Salud, presidente. Hoy es el gra día y estamos orgullosos de que hayas venido con toda tu familia.

-Gracias -repuso su padre-. Hoy, además, viene Emil con nosotros porque hoy, precisamente, será presentado ante los adeptos.

Todos los del grupo aplaudieron y le dieron grandes vivas.

Treinta años más tarde, en la Asamblea General de Adeptos al Sentimiento, el presidente Emil se dirigió al auditorio compuesto por más de dos millones de representantes. Cerca, el Vicepresidente Beri lo miraba con adoración:

-Después del tercer título consecutivo de Campeones de la Liga Intergaláctica, hoy quiero proponeros que modifiquemos nuestros estatutos -el acuerdo ya se había forjado en las asambleas previas- y retomemos el nombre original, el de nuestros antepasados...

Los aplusos interrumpieron el discurso durante más de un minuto.

... por tanto, desde hoy volvemos a llamarnos... ¡Sevilla Fútbol Club!

Y ya no pudo terminar porque las ovaciones atronaron durante más de media hora, hasta que por los altavoces comenzó a sonar el maravilloso Himno del Milenio.

Cuidaros.

P.D. Mi pequeño homenaje a Isaac Asimov, Frank Herbert y tantos otros que me enseñaron que con la imaginación, cualquier mundo es posible.

lunes, 8 de junio de 2009

NO LO CONOCEIS











Saludos.

Es Manuel, el Papi Magase.

Es un corazón que no cabe en un cuerpo enorme y es mi hermano sevillista, mi hermano palangana.

Manuel tiene un problema: es demasiado bueno. Y como toda persona buena, los palos siempre le llegan más.

Mi hermano también tiene tres hijas, tres soles, tres criaturas deliciosas que se te meten por el corazón desde el primer momento. Y una mujer que no se merece.

Manuel y yo hemos vivido muchos momentos complicados y hemos estado ahí, juntos contra todo y contra todos. Y hemos sobrevivido. Y nunca nos hemos rendido. Y hemos tirado palante y hemos podido con todo.

Manuel, está sufriendo la crisis económica, la de los pobres, con demasiada crudeza. Y Manuel necesita que le echemos una mano.

Me muevo maravillado por la blogosfera sevillista y estoy leyendo la gran capacidad de movilización, de solidaridad, de los corazones palanganas.

Pero no está solo y no lo ha estado nunca.

Nos hemos conjurado y vamos con él.

Y vamos con él por su corazón, por su sencillez, por su sevillismo y porque es AMIGO de sus amigos.

Aunque a veces hagas o digas cosas raras, flaco, te quiero un güevo.

No desfallezcas que los de Nervión vamos contigo.

Te quiero, canijo (sin mariconeo, como tú dices).

Cuídate.

sábado, 6 de junio de 2009

¿NERVION?










Saludos.

Pues si, es Nervión. Es el Sánchez Pizjuan.

Es, como poco, chocante ingresar al Espacio de los Sueños y no ver la alfombra de césped. Te desorientas, miras para allá, para acá, abarcas todo...

Y enseguida llegan las bromas: van a replantar con césped de Champions, calidad "seminifinales" por lo menos y por eso no se nos dió bien la última vez, porque teníamos el de Uefa.

Alguien comenta que los trozos que tienen impregnada la esencia de Antonio, la de aquel día en que inició su viaje al Anillo de Arriba, no deberían venderse porque es patrimonio de todos los palanganas.

Y la imaginación te juega malas pasadas y piensas en lo que sería derrapar por allí dejando jirones de piel como antaño, cuando los jugadores salían del partido cuales gladiadores todo parcheados de rasguños rosados, rojos, grandes como platos. En algunas partes, directamente arados con yunta.

Luego, inevitablemente, te das tiempo para volver otro día y verlo, de nuevo, en todo su esplendor.

Será la yerba que pisen los nuestros, donde volverán a dejarnos la magia y donde veremos morder el polvo -polvo que ya no habrá y por eso tendrá doble mérito-, a una larga nómina de equipos de todos los tamaños, de todos los países, de todas las lenguas porque ¡gooooool...!, se diga como se diga, no necesita traducción; es un hecho físico, metafísico y tangible. Es un géiser de pasión, un volcán de adrenalina que desde Nervión se eleva hasta el infinito poniendo en peligro la gravitación terrestre.

Es el Sánchez Pizjuan en promesa de momentos felices.

Paso al futuro.

Cuidaros.

miércoles, 3 de junio de 2009

TIEMPO DE SEQUIA

Saludos.

Llega el estío con sus calores y la abstinencia forzosa de fútbol y llega el tiempo de echarle imaginación a la cosa.

Decenas de blogs sevillistas nos quedamos huérfanos de partidos, de análisis, de ideas y discusiones sobre éste o aquel asunto y nos lanzamos, en el primer asalto, a comentar -¡como no!- los fichajes, los nombres, los dimes y diretes y a leer todo lo que cae ante nuestros ojos propuesto por los que "saben".

Suena aquel o este otro, el de más allá desmiente y un tercero se ofrece. Calculamos millones y posibilidades de inversión y cuales expertos, rechazamos a ése porque vale mucho. Sin embargo, aquel está a "tiro de piedra" y es bueno -yo le he visto dos o tres partidos y doy fe-, y le vendría muy bien al equipo porque andamos flojos en ésa área. Además, el aquel sería la pareja perfecta para nuestro muchacho de la demarcación.

Son momentos de salir disparados a internet, teclear un nombre -¿cómo se escribe?- y tragarnos la vida y obra de un chaval que jamás antes habíamos oído nombrar. Luego, en el currelo, soltamos la historia con expresión de "lo conozco de sobras, ignorantes", le damos un visto bueno con reparos y miramos a los demás desde cierta perspectiva superior, desde la atalaya de "preguntarme a mí si queréis saber".

Enseguida largamos el nombre verdadero, el que queremos que venga y lo rechazamos, ipso facto, porque vale un güevo y no tenemos tanto dinero. Eso pal Madrí o el Barça. Pero si yo fuera Monchi, iría a muerte a por él.

Las cátedras se muestran, ahora, en todo su esplendor. Incluso damos lecciones magistrales y por tanto, la terna que nos proponen los otros no vale porque ése tío es un matao, aquel no ha visto un balón en su vida y el otro, es un veneno para el vestuario.

Incluso, indulgentes, concedemos que quizás fulano, que ha sugerido tímidamente alguien, pueda caber. Pero de suplente de mengano, por supuesto.

De pronto, nos hemos convertidos en grandísimos expertos en fútbol mundial. Nos conocemos todas la ligas y todos los nombres, sabemos qué han hecho en el último año, si han estado lesionados, cuánto valen y por cuanto se vendrían. Y podríamos cederles, a cambio y unos kilos, a ése que apenas juega y con quien no cuenta el entrenador. Y nosotros pagamos la mitad de la ficha.

Y las listas. Todos tenemos nuestras listas de transferibles porque yo largaría a uve doble, equis, y griega y zeta sin pensármelo dos veces porque ¿es que no véis que no nos sirven, que cobran un pastón y no aportan nada al equipo? Y están quemados y ya han dado todo lo que tenían que dar. Gracias, que te vaya bonito y adiós.

Un inciso y le damos un repaso a Florentino porque ya casi no nos interesan los problemas del otro equipo, el de segunda. Además, como toda la culpa es de Lopera, hasta que no lo echen no hacemos nada.

Y llega el año de la crisis para todo el mundo excepto para Florentino. Parece que todo el dinero que falta en la calle lo tenga el tipo ése y lo gasta con una alegría impúdica. ¿Ochenta? Me lo quedo. ¿Noventa? Para mí.

Es como Lopera pero a lo bestia y a menudo, por lo menos, consigue un título grande.

Hace unos días paseaba por Puerto Banús, haciendo el cateto como casi todos, y viendo las herramientas que se gastan por allí, no es de extrañar que cuando le pidan ochenta kilos por Kaká o cien por el Cristiano, los large sin el más mínimo retortijón en las tripas. Cuando uno tiene un yate de treinta metros, hablar de kilos se convierte, seguramente, en una vulgaridad. Estos hablan de cientos de kilos.

Y tanta obscenidad es portada en todos los diarios, radios y televisiones. Ya me cuesta entender que se paguen seis o siete millones por el jugador que sea, no digo lo que pienso cuando sueltan que serán ochenta y miles apludiendo -desgraciados- y relamiéndose porque la próxima Liga es nuestra. Fijo. Y que se vaya preparando el Pep Team.

Bien, parece que voy llenando la página y puede que alguno, generoso, me haya leído hasta aquí.

Para que tengáis, no obstante, una pincelada muy al tiempo, os diré que sigo sin especular y como tengo confianza absoluta -hasta que la cague-, en el Sr. Monchi, me abstengo de comentar nada que no esté firmado.

Y le deseo al Florentino y a toda su cohorte que lo gasten bien, que disfruten y que saquen los dientes porque en el campo, cuando el otro sale a por todas, los Kakás, Ronaldos y otras bestias, se comen lo kilos con papas.

Cuidaros.

lunes, 1 de junio de 2009

EL BORDE DEL PRECIPICIO

Saludos.

De nuevo y contra mi costumbre, debo hablar del otro equipo de la ciudad.

Hoy he visto a muchos amigos hundidos, cabizbajos, avergonzados y dolidos, muy dolidos. También he visto a sevillistas explotando, eufóricos, sarcásticos y crueles.

A béticos resignados y pensando solo en recuperar su dignidad de equipo de primera y a sevillistas correctos, deportivos y sinceros.

Y he visto a béticos furiosos, irascibles y obtusos, arremeter contra nuestro equipo y nuestra afición tratando, inútilmente, de ocultar, de proyectar sus frustraciones en nosotros.

Anoche estuve viendo el partido y siguiendo la actualidad,a la vez, de los demás implicados en el descenso. Debo reconocer que fueros dos horas vibrantes, plenas y repletas de sentimientos contradictorios y una de las jornadas más emocionantes de toda la Liga. Como cada año.

El Betis lleva caminando varias temporadas por el borde del precipicio y ha terminado por desplomarse. Tantos años tentando a la suerte no podían salir bien y el final, el inevitable final, es que deberán pasarse el próximo año, por lo menos, en el infierno de la segunda.

Eso es un desastre en todos los sentidos.

No solo porque la afición centenaria del segundo equipo sevillano no merece tamaño castigo, sino porque las entradas de dineros, esos dineros que mueven la maquinaria y sin los cuales no hay fútbol posible, se verán seriamente recortadas. A saber: los abonos deberán reducir su coste sensiblemente; los ingresos por publicidad -en año de crisis galopante-, pueden desaparecer o casi; la televisión, las televisiones se llamen como se llamen, pagan cantidades muy inferiores en la Liga Adelante...

Además, muchos de los jugadores con cierto renombre no querrán jugar en la segunda y se marcharán por precios recortados -su trabajo minusvalorado- y al club no le quedará otra opción que recuperar chavales de la cantera y fichar en el mercado de barato, configurar un equipo "duro" y tratar, de la manera que sea, volver a estar entre los mejores.

Pavoroso futuro.

Pero nadie escarmienta en cabeza ajena y los modelos que funcionan no inspiran al todopoderoso Lopera. Parece increíble que después de tantísimos años de ofrecer bastante poco -una Copa del Rey y una participación en Champions-, éste individuo se empecine en hacerlo mal y reincida en los mismos errores cada año, sin solución de continuidad.

Es posible que su deconfianza natural y su ego desproporcionado, sean la peor combinación posible para dirigir un club de fútbol. Y Lopera tiene de ambos en cantidades insoportables.

Como tantos otros equipos de éste país, un año bueno en un club sin las suficientes estructuras, sin los soportes adecuados y consolidados, te llevarán al descenso casi inmediato porque son los cimientos los que garantizan la estabilidad del edificio y no la decoración de los pisos altos, del ático.

Haber llegado a Champions supuso, para el Betis, alcanzar un nivel impropio para sus posibilidades. La coincidencia en el tiempo de un buen entrenador y de varios jugadores brillantes, permitieron crear la ilusión de que ya estaba todo conseguido y el despotismo inculto del máximo digirigente, con apuestas y fanfarronadas impropias, le permitió, desafiante, desprenderse de los artífices del éxito y fracasar estrepitosamente.

Nunca pudo llegar a comprender que su nombre, sus bobadas y su dinero no hacen un equipo. Y sigue sin comprenderlo.

El antiguo ditero está perfectamente incapacitado para dirigir y gestionar una empresa moderna, dinámica y rentable. Y su ego, ése que le pierde haga lo que haga, le impide reconocer que todo el demérito, todo, está en él.

Y no es justo que semejante individuo someta a tortura permanente a tanta buena gente que siente, en lo más profundo de su ser, los colores de su equipo.

No es justo.

Pero son sociedades anónimas y en ellas, el accionista mayoritario es quien tiene el poder. Si ése accionista no quiere irse, no quiere vender su participación, nadie podrá echarlo. Nadie.

Este año, desgraciadamente, no tendremos derbys y esperemos que, si todo sale bien, volvamos a vivir ésos partidos dentro de dos temporadas.

A mis amigos y familiares béticos les deseo, de corazón, que vuelvan pronto a su sitio.

Cuidaros.