domingo, 22 de febrero de 2009

FUTBOL DE FE





Saludos.

Mucho más que tres importantísimos puntos porque aparcamos a un rival directo. Y más aún por ser el equipo que es ése Atlético dañino (por venir de la ciudad que viene y todo el aparato que lo rodea). Pero sobre todo, por superar el formidable obstáculo del Pérez Lasa, ése animal de árbitro, malo para hartarse. Además, con manifiesto odio a nuestro equipo.

A libarla.

Nunca antes un apodo le vino mejor a ése equipo: el Patético de Mandril. Y como ya he repetido cienes y cienes de veces, salir a no perder es la mejor apuesta para que te pasaporten. En ésa línea, por la tremenda y salvo catástrofe mayor, hasta el engendro Pérez Lasa acaba por pitar las tremebundas faltas de un equipo protegido. Hasta eso y sin olvidar el rosario de violaciones del reglamento que se permiten a unos y se castigan a otros.

Harto ya de ser malo, ya se cansó y solo queda pensar que es voluntario, dirigido y mafioso.

Los nuestros, los que se quedan los tres puntos (cuatro, si se miran bien), un compendio de fé inquebrantable. También escribí en otras ocasiones que si algo les insufla Manolo a sus jugadores, es fé en la victoria. Esa fé que nos ha dado ya muchos triunfos ésta temporada. Los puntos de los últimos minutos, los pases de fase en Copa... Luchar hasta el pitido final.

No mucho más, pienso yo, pero si es así como llegaremos a los objetivos, luchando hasta que se acaba el concierto, pues que sea.

Seguimos sin maravillarnos, pero al menos tenemos emoción y esperanzas y dada la situación, algo es algo. Mucho, tal vez.

En general, nadie que destacar especialmente porque el nivel estuvo alto en todas las líneas aunque la defensa, toda, muy acertada teniendo en cuenta los elementos que rondaban por allí (el Forlán, ¡qué lujazo si lo hubiéramos tenido nosotros!).

Los debutantes, chapó. No mucho, pero bien hecho.

Este equipo de la fé, si ahora que pasamos a la fase de un partido a la semana, logra recuperar el tono muscular al cien por cien y a los del botiquín, será un hueso se ponga quien se ponga delante.

No vamos a maravillar, no vamos a enamorar y no vamos a sorprender a nadie. Pero seremos un martillo pegando sin parar hasta romper el pilón.

Si así ha de ser, pues que sea porque si no nos respetan, deberán temernos. No hay otra.

Y a los Pérez Lasa se les gana jugando más y mejor. Es preferible antes que pegarle el botellazo (embase lleno y si es de cristal, mejor), que lleva años pidiendo a gritos. Y cuando llegue su equipo, burrearlo. Directamente. Que le escueza un poquito.

Cuidaros.

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