sábado, 2 de agosto de 2008

COMIENZA EL ESPECTÁCULO



Saludos.

Hago un pequeño alto en mis vacaciones (por cuestiones ineludibles) y asisto, con grandísimo placer, al primer test serio de mi equipo.

Consideremos que los partidos de pretemporada anteriores eran, dicho al modo coloquial, "pachanguistas" (con todo el respeto a nuestros rivales) y que se solventaros con suficiencia. Sin embargo nada significativos salvo, como debe ser, para afinar los músculos y las ideas de los nuestros.

Pero vemos al Sevilla en un torneo internacional codeándose con Chelsea, Lokomotiv y Milán.

Impresiona.

Vemos al equipo del Nervión jugando con la élite mundial. Sin dudas. Y eso me produce un orgullo que no soy capaz de explicar.

Además, lo vemos ganándole al Milán con suficiencia. Jugando más y mejor, perdonando y poniendo a prueba al portero en varias ocasiones.

Muy buen comportamiento de los nuevos. Excelente. Quizás aún faltos de minutos, de coordinación y de aprender a gritar en nuestro idioma para entenderse, les veo condiciones. Buenas condiciones. Les veo con capacidad de mejorar mucho y eso es importante.

Quizás tengamos que aceptar que el modelo Jiménez no es el anterior y queda demostrado que la solidez defensiva es mejor y que el centro del campo funciona bien (mi gran Maresca puede tener su AÑO).

Quizás debido a las ausencias, la punta no termina de meter tanto miedo como en años anteriores. Pero volverán los que faltan y el conjunto mejorará. No hay dudas.

En general, me causó buena impresión y estimo que cuando terminen los ajustes, el EQUIPO debe dar miedo.

Pero me siento muy satisfecho de ver a mi equipo en un torneo de tal magnitud, con tales equipos y demostrando nivel, calidad y clase.

Impresiona.

Los que ya tenemos cierta edad y que hemos vivido el Carranza como un hito (con toda su calidad), vemos ahora al Sevilla en estadios muy superiores.

Impresiona.

Ya he dicho que Manolo Jiménez no es, precisamente, mi modelo de entrenador. Pero al igual que me equivoqué con el manchego, espero y deseo hacerlo con Manolo. Especialmente con él porque es probable que jamás tengamos otro entrenador tan sevillista, tan de la casa y que le duela tanto el escudo como él.

Manolo, por favor, cállame la boca y hazme el devoto más fiel de entre todos los palanganas.

Cuidaros.

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